Últimas 15minutos

La mujer que persigue ser la número uno: Kamala Harris

Lleva en sus venas sangre india y caribeña. Su historia es un camino marcado por ser la primera. Ahora tiene otra meta, la Casa Blanca, que podría ser su hogar dentro de 4 años

15 minutos. Si nos sumergimos en la biografía de Kamala Harris, la primera mujer que llega a la vicepresidencia de Estados Unidos (EEUU), no encontraremos una historia de miseria, ni de drogas, ni una niña que creció en un vecindario asediado por pandillas callejeras.

Según los numerosos artículos escritos sobre su vida pretérita, el estudio era el camino de superación.

Sin embargo, tampoco es un sendero de rosas. Sus padres eran inmigrantes. Shyamala Gopalan Harris provenía de una familia acomodada de la India y viajó a Norteamérica para continuar sus estudios. Su padre, Donald Harris, nacido en Jamaica, también viajó a EEUU para seguir estudios en Economía.

Dos condiciones: los marcaban el color de su piel y ser extranjeros. Pero ambos pudieron cumplir el sueño americano porque estudiaron en destacadas universidades y ejercieron con éxito sus profesiones.

Quizás, por ello, Kamala Harris pareciera ser una mujer de sonrisa fácil y amplia, que podría revelar algo más que sentirse orgullosa de una dentadura blanca y perfectamente alineada: es su arma para vencer el enemigo y mostrar que no se rinde fácilmente y que conoce el autocontrol. Al menos así lo demostró tanto en la preelección como durante la campaña presidencial.

La mujer de hierro

Kamala Harris, cuyo nombre significa flor de loto, no denota fragilidad, ni muchos menos titubeos. Se ve que es de carácter y de una sola palabra.

Está consciente que, sin todavía haber ejercido el poder, ya pasó a la historia. No solo es la primera mujer en ocupar la presidencia de EEUU, sino que también es la primera negra y de origen asiático que ocupará el segundo cargo más importante de ese país.

La mujer que persigue ser la número uno: Kamala Harris
Harris será la primera vicepresidenta de EEUU (EFE/Andrew Harnik)

Kamala Davi Harris ha hecho empatía con 2 sectores de la población estadounidense: las mujeres y los jóvenes. Las primeras ven en ella que ascender y alcanzar los sueños es posible, mientras que los segundos encuentran un elemento inspirador para poder integrarse a una sociedad donde la libertad continúa siendo un valor fundamental.

Kamala, al igual que su madre, es pequeña de estatura, mide 1,57 metros, y de mediana contextura, lo que denota que, sin exageraciones, cuida su apariencia. Pertenece a ese grupo de mujeres, entre las que se encuentra Angela Merkel, que aman las chaquetas, por lo prácticas y vestidoras, traduciendo su personalidad de working woman.

La madre, su inspiración

El nivel cultural de su hogar era alto. Su madre fue una mujer de acción, dedicada a las ciencias. Una frase que Kamala pronunció en uno de sus discursos dejó sentado que, en casa, las excusas y quejas no tenían cabida. Su madre le decía: "No te sientes y ni te quejes de las cosas, haz algo". Y lo hizo. Estudió leyes, y sin complejos entró a competir en un mundo de hombres, siguiendo el ejemplo de su madre, quien no decayó ni siquiera en aquella ocasión en que fue dejada de lado cuando optaba por un cargo y prefirieron dárselo a un hombre por el solo hecho de que su inglés sonaba con un acento diferente.

Shyamala provenía de la India, un país donde las mujeres no han disfrutado plenamente de sus derechos. Por eso y más allá de las distancias, en estos días celebran que una de las suyas triunfa.

Pertenecer a una familia acomodada y con mayor cultura -su padre era diplomático- le permitió estudiar. Shyamala ingresó a la Universidad de Delhi donde se graduó y posteriormente prosiguió en la Universidad de Berkeley, donde obtuvo el doctorado en Nutrición y Endocrinología. Era una mujer de fuerte presencia que dedicó sus esfuerzos a la investigación.
Centró sus trabajos en estudiar las causas del cáncer de mama, lo que la llevó a las universidades de Illinois y Wisconsin. Además, formó parte de la Comisión Especial sobre Cáncer de Mama. Como una ironía, la madre de Kamala murió de cáncer de colon en 2009.

El profesor emérito

Su padre, Donald Harris, es economista, un activista por los derechos que gracias a ello conoció a Shyamala. Se casaron, y aunque compartían intereses intelectuales e inquietudes por los derechos ciudadanos, el matrimonio solo duró 7 años.

También es un hombre estudioso, como lo revelan varios trabajos sobre economía que llevan su firma. Su nombre aparece en la lista de profesores eméritos de la Universidad de Stanford.

Harris nació en Jamaica en 1938 y su familia se preocupó por su educación desde pequeño. Tiene 82 años.

El ser pionera es una bandera que Kamala Harris tomó de su padre, pues fue el primer negro que obtuvo una beca del Departamento de Economía de Stanford. Posteriormente, viajó a Brasil como becario Fulbright e hizo de la economía un instrumento para trabajar por la equidad social.

Dos aliadas

Aunque la número 2 de la política norteamericana afirme que la influencia de su madre fue decisiva en su carrera y en su pensamiento político, su padre también ha dejado huella, tanto en ella como en su única hermana, Maya Harris, quien es abogado, defensora de políticas públicas y comentarista de televisión.

En estas elecciones, Maya tuvo un rol destacado. Fue la jefa de campaña de su hermana, lo que refleja la gran relación y confianza, tanto en lo personal como en lo profesional que existe entre ellas.

La tercera generación de las Harris está representada en la sobrina de la vicepresidenta, Meenakshi Ashley Harris, quien simplemente se firma como Meena Harris y sigue el ejemplo de su madre y su tía, pues es abogada egresada de la Universidad de Stanford y Harvard. Escribió un libro infantil titulado Kamala and Maya's Big Idea, donde deja como moraleja que para cumplir los sueños hay que trabajar y buscar alianzas. El New York Times lo calificó como un texto inspirador.

Kamala también tuvo la experiencia de vivir fuera de EEUU cuando se mudó junto a su madre y hermana a Montreal, Canadá. Entonces se enfrentó a un nuevo idioma y parece que guarda buenos recuerdos de esa temporada.

El momento del sí quiero

Pareciera que los estudios y el ejercicio de las leyes no le dieron a Kamala mucho tiempo para pensar en romances. Pero 2014 fue un año decisivo en su vida. Conoció a otro abogado exitoso, Douglas Emhoff, experto en leyes vinculadas con el mundo del espectáculo. Neoyorquino y judío, de 56 años, su vida transcurrió entre Brooklyn y Nueva Jersey hasta que se mudó a California. Cuando la conoció, hacía un año que se había divorciado de su esposa Kerstin, con la que tuvo 2 hijos, Cole y Ella, que revelan su afición por el jazz. Por cierto, ellos la llaman Momala.

Al año de estar saliendo, Doug, como ella lo llama, le ofreció matrimonio y Kamala dijo "sí quiero". La ceremonia nupcial la ofició la Meena Harris, hermana de la novia. Para representar las 2 culturas, el novio llevó en el cuello la jayamaala (guirnalda de flores que en la India simboliza la aceptación de la novia). Y al culminar la ceremonia rompió una copa con el pie, para destacar la costumbre judía que simboliza la destrucción del Beit Hamikdash, el gran Templo de Jerusalén. Para esa importante cita, Kamala Harris se vistió de dorado.

Aunque Emoff ha dejado de lado su carrera para apoyar a su esposa, en el camino tendrá que decidirse a renunciar al bufete donde trabaja. pues existen intereses particulares que resultarían opuestos a la carrera de Kamala hacia la Casa Blanca, quien no esconde sus aspiraciones de ocupar, en una época no muy lejana, la residencia situada en la avenida Pensilvania de Washington D.C.

Vestida para activar

Aunque Kamala Harris es una mujer con un estilo sencillo y moderno, donde privan piezas que reflejen su interés por el trabajo, no deja de existir en ella toques de coquetería.

Generalmente, lleva un collar de perlas que, más allá de ser una prenda clásica, recuerda que fue miembro del movimiento Alpha Kappa Alpha, la primera hermandad afroamericana que reúne a mujeres universitarias y las impulsa a optar por una vida académica ascendente, y busca elevar su estándar de vida. Sus integrantes reciben una insignia donde aparecen 20 perlas que significan lo bello, lo valioso, además que se vincula con la feminidad.

El dinamismo y la innovación lo representan las prendas deportivas que usa, donde abunda la marca Nike, junto a la colección de zapatos deportivos Converse, especialmente los Chuck Taylor All-Star, que se convirtieron en un símbolo durante la campaña para invitar al voto. Dicho por ella misma, tiene una colección que van desde los negros hasta los blancos clásicos, con dibujos y sin ellos.

En cuanto a los diseñadores, tiene preferencia por los latinos. Una demostración fue la selección que hizo de vestirse de Carolina Herrera la noche triunfal. Seleccionó un traje sastre blanco, el color de las sufragistas, aunque hay quien afirma que también quiso recordar a Shirley Chisholm, la primera afroamericana electa para el Congreso, quien el día de su proclamación también se vistió de blanco.

Libros con su firma

Los libros son un instrumento indispensable para divulgar ideas y Kamala Harris no solo lo sabe, sino que hizo de la escritura otra actividad.

Con su firma, se han publicado 3 títulos: Superheroes Are Everywhere (Los superhéroes están en todas partes), un libro infantil que explica a los más pequeños que dentro de cada uno de nosotros hay un superhéroe. Las ilustraciones pertenecen a Mechal Renee Roe, quien desde los 6 años descubrió que el dibujo era la pasión de su vida. El New York Times informó que el libro se ha convertido en todo un bestseller.

La otra obra editorial firmada por Kamala Harris se titula The Truths We Hold: An American Journey, que ya ha sido traducido al español como Las verdades que sostenemos. Una trayectoria por Estados Unidos. Esta lectura está dedicada a los más jóvenes, y a través de su vida deja un mensaje sobre liderazgo y cómo solucionar las crisis. También explica sus ideas sobre lo importante de compartir, sobre los valores y de tener siempre presente que son más las cosas que nos acercan que las que nos separan.

Smart of Crime es el otro libro escrito por quien fuera fiscal, un texto sobre las políticas vinculadas al sistema penal y cómo hacerlo menos retórico y más efectivo.

El uso de las redes sociales, especialmente Instagram, también dan cuenta de una mujer que tiene la capacidad y la energía de dirigirse a todos los públicos, pero de manera especial a las mujeres jóvenes. Para ellas, fue su primer saludo como ganadora: "Yo estoy aquí, ustedes también pueden hacerlo".

Más Vistas

Ver más