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Felipe de Edimburgo: el príncipe elegante que inspiró a escritores

Aunque no llegó a celebrar su centenario, se considera el consorte real más longevo. Su talante real lo ayudó a vencer condiciones nada positivas para ser miembro de la familia real más compleja. Varios autores lo consideran una pieza clave en la vida de los Windsor

Además de ser el esposo de la reina, fue un hombre que no tuvo miedo de expresar lo que sentía y tampoco se doblegó ante ninguna posición contraria a su criterio (EFE/EPA/Joshua Bratt)

15 minutos. Felipe de Grecia y Dinamarca y luego príncipe de Inglaterra, duque de Edimburgo, conde de Merioneth y barón de Greenwich. Es conocido por su temperamento, que ya se dio por calificar de políticamente incorrecto.

Un hombre que decía lo que pensaba, poseía un sentido del humor muy especial y no dudaba en hacer un chiste a un periodista y expresar sus impertinencias, incluso frente a la cámara.

Pero poseía un excelente gusto que quedaba en evidencia en su porte impecable, por lo que estuvo en la lista de los hombres más elegantes. Su estatura (1,80 metros) y esbeltez hacían que se destacara tanto con un uniforme militar como con el de su equipo de cricket.

El sastre John Kent, cuyo casa, la Norton & Sons, se encuentra en Savile Row, la calle que aglutina las mejores sastrerías que cosen a la medida ropa para caballeros, fue durante mucho tiempo el encargado, no solo de crear sus trajes, sino de adaptar y rejuvenecer modelos más viejos.

El esposo de Isabel II no era de esos que desechan la ropa porque pasó de moda. Reciclar no es nada nuevo en esa familia.

El príncipe Felipe compraba ropa de excelente calidad para que durara y siempre luciera impecable. Esta tradición la heredó su hijo Carlos, a quien se le ha visto repetir vestimenta de hace muchos años, sin que esto perjudique el estar siempre correctamente trajeado. Sin embargo, al príncipe de Gales le falta ese toque de picardía de su padre.

Las combinaciones clásicas y los detalles en su vestuario colocaron al príncipe Felipe en la lista de los más elegantes. Supo combinar el buen gusto con la austeridad y quizás haya sido allí donde estribaba su secreto, además de que sabía vestirse para cada ocasión, sin desentonar.

Elegante en la humildad

Por otra parte, podría calificarse como el verdadero embajador de la moda británica. Incluía en sus encargos todos los materiales que llevaran el sello de garantía real.

En uno de los tantos libros que sobre él se han escrito citan que en su juventud, cuando comenzó a cortejar a la princesa Elizabeth, tenía escasísima ropa pero sabía valerse de ella para que siempre tuviera impecable. Quienes asistían a las reuniones se daban cuenta de que el modelo de camisa era la misma y los zapatos lucían impecables pero no se los cambiaba y tenían la suela más que gastada.

Pero este detalle no hizo mella en Elizabeth, quien estaba decidida a casarse con él, y así fue.

Durante los 73 años de matrimonio, la reina tuvo siempre al lado a un caballero que cumplía con el protocolo exigido para el vestuario, sabía llevarlo y destacaba por su estilo. Nombres como Hawes & Curtis, Gieves & Hawkes y Eves & Ravencroft se veían en las etiquetas de sus trajes. Todos vinculados a la más pura tradición del corte meticuloso, el uso de excelentes materiales y la confección impecable.

Atraído por la escritura

Lo meticuloso en su vestuario no impidió al príncipe Felipe de Edimburgo ser un apasionado deportista. Esto lo llevó a escribir varios libros vinculados a la naturaleza y al deporte de conducir autos tirados por caballos.

Uno de sus libros se tituló Competition Carriage Driving (Conducción de carruajes de competencia), donde narra su experiencia en el manejo de estos autos, tanto en competencias nacionales como internacionales. En esas páginas brinda consejos no solo en la conducción sino también en la forma de preparar los vehículos, los caballos y sobre la manera de competir.

Durante 2004 se publicó otra obra suya, que se tituló 30 Years On and Off the Box Seat. La obra relata sus experiencias, algunas catastróficas, y su participación en la organización de ese deporte como competencia. Va hasta los orígenes y hace referencia a los campeonatos donde participó.

Como fue presidente de la federación, conoció el porqué de cada artículo del reglamento y se dio el lujo de explicarlos detalladamente. Se vanagloriaba de haber estado tanto en la organización como en el bando competidor. Subrayó en sus palabras que se trata de un deporte donde ser individualista no cuenta, además exige que la coordinación entre personas y caballos sean perfectos para alcanzar el triunfo.

El humor propio del príncipe Felipe, las anécdotas y fotografías lo hacen interesante para aquellos que practican este exigente deporte. A estos títulos se unen también otros sobre ornitología.

Material inspirador e inagotable

Pero el príncipe Felipe también inspiró a un buen grupo de escritores especializados en el tema monárquico, por lo que sobrepasa la docena de libros sobre una azarosa vida. Si bien murió en el palacio de Windsor, donde nació su madre, también fue apátrida, sus hermanas coquetearon con el nazismo y los internados terminaron siendo su hogar. Todo esto, quizás originó su peculiar sentido del humor y su irreverencia.

Ingrid Seward, editora de la revista Majesty, ha trabajado durante décadas dando a conocer las actividades de la familia real. Uno de sus trabajos se centra en la biografía del esposo de la reina Isabel II.

Según la crítica, resulta fascinante. Parte de la primera infancia de Felipe, la esquizofrenia de su madre y su carrera militar, con páginas destacadas por su actuación en la II Guerra Mundial.

También incluye el matrimonio con Elizabeth en 1947, sin dejar de lado sus facetas de padre, filántropo, mujeriego y estadista. Seward presenta en Prince Philip Revealed a quien puede ser catalogado como uno de los miembros más complejos, poderosos y desconcertantes de la familia real británica.

La juventud, un bestseller

Otro escritor que investigó al padre del futuro rey de Inglaterra es Philip Eade, abogado dedicado al periodismo y a contar relatos de economías emergentes. Su libro Young Prince Philip, publicado en 2011, fue un verdadero bestseller.

Eade se centró en los aspectos más convincentes de la juventud de Felipe de Edimburgo. En su narración explica el drama de su padre en la Grecia revolucionaria; la locura de su madre y su posterior encierro en un manicomio; sus días escolares en la Alemania nazi; el vínculo con sus 3 hermanas, casadas con alemanes que militaban en el nacionalsocialismo; y su noviazgo y matrimonio con la jovencita de oro de aquella época, la entonces princesa Isabel. Se considera el relato más completo de la juventud del príncipe Felipe.

Simplemente "el duque"

Ian Lloyd apeló a un simple sustantivo, El duque, para bautizar su libro, donde retrató al recientemente fallecido príncipe Felipe desde diversos ángulos.

A través de entrevistas, dibuja a este hombre que hoy, con un lugar en la historia, es el centro de admiración y de homenajes. Señala que el arzobispo de Canterbury lo llamó "malditamente grosero". Los cortesanos temían que fuera "un intruso extranjero en busca de golosinas". Su nuera, Sarah Ferguson, lo encontró "aterrador"; y la reina madre lo etiquetó como "el huno".

El duque explora al hombre detrás del mito. Ian Lloyd muestra algunos aspectos de su personalidad, desde el amor por la poesía y la religión hasta su afición por Duke Ellington y su fascinación por los ovnis. Lloyd también explica por qué durante más de 7 décadas el duque de Edimburgo fue la "fortaleza y el apoyo" de la reina, y por qué muchos lo consideran un tesoro nacional.

El esposo

Ingrid Seward regresó con otro libro, My husband and I, donde se sumerge en la vida matrimonial de Isabel II y Felipe. Una lectura sobre aquel romance que culminó en boda, que si bien no estuvo exento de problemas, representó la alegría en un país donde salir de las garras de la posguerra era su objetivo.

Seward presenta una renovada visión de la relación de Felipe con su familia: 70 años de matrimonio y el impacto que su figura tuvo en la nación.

En Mi esposo y yo, se dibujan los desafíos a los que se enfrentó el príncipe Felipe, como el segundo a bordo de la reina en los compromisos públicos, y cómo funcionó la relación a puerta cerrada. Un matrimonio que se extendió por 7 décadas marcadas por rumores sobre problemas matrimoniales, enfrentamientos en la manera de criar a los hijos, los divorcios de estos, los escándalos y tragedias que compartió esta pareja, unida hasta que la muerte los separó. Felipe se ha convertido en modelo de constancia, como lo ratificó el pontífice Francisco en su carta de pésame a la reina.

Otra biografía

Príncipe Felipe. La biografía llegó a manos de los lectores gracias a las investigaciones y posterior trabajo editorial de Meghan Reads, quien es autora de otras narraciones sobre la vida de la reina Isabel II, Oprah Winfrey y el príncipe Harry.

La autora considera en su libro que además de ser el esposo de la reina, fue un hombre que no tuvo miedo de expresar lo que sentía y tampoco se doblegó ante ninguna posición contraria a su criterio. Considera que debido a como se desarrolló su vida, Felipe no entendió de adulancias.

Un siglo

Por último, está El siglo del príncipe Felipe, otra biografía de Robert Jobson, periodista que tiene en su haber varios libros vinculados a la nobleza británica, entre ellos uno sobre Diana, realizado a 4 manos con el oficial de seguridad de Scotland Yard que cuidada a la princesa.

Robert Jobson cuenta la historia completa de la vida y logros del príncipe consorte más longevo de Europa. Después de su matrimonio en 1947 con la princesa Isabel, logró superar el estar en la retaguardia y creó un rol para sí mismo, modernizó la monarquía y trabajó para proteger el medio ambiente, apoyó las ciencias y la ingeniería.

No fue lejano a los jóvenes. Para ellos, creó el premio Duque de Edimburgo.

El libro demuestra que el príncipe Felipe se convirtió en el compañero más valioso y leal de la reina, lo que se ha reconocido mundialmente tras su fallecimiento. Para hacer más interesante el libro, la lectura se acompaña de una serie de fotografías.

El príncipe Felipe de Edimburgo sabía lo difícil que era ser miembro de la familia real británica, pero no evadió su rol, sino que lo consolidó, convirtiéndose así en su mejor aliado.

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