Su nombre e imagen de "superstar" sobresalen en los estándares de las grandes leyendas de la música, para convertirse en una figura de culto: un fenómeno cultural
Aun cuando existen casos de artistas que perdieron la vida, pocos disponen de un sitial de honor en el Olimpo del espectáculo, donde la luz de la intérprete de "Bidi Bidi Bom Bom" continúa brillando (Flickr/Smithsonian Institution Traveling Exhibition Service)
31 de marzo de 2021 2:55 PM | José R. Flores A.
15 minutos. Única e irrepetible, de voz privilegiada para el canto. Conmocionó al mundo cuando el infortunio, a sus 23 años, se cruzó en su camino un 31 de marzo de 1995. Nacía una leyenda que se transformó en ícono de la cultura popular latinoamericana: Selena Quintanilla Pérez, “La reina del Tex-Mex”.
La artista, quien dejó una profunda huella en el imaginario de su fanaticada luego del paradójico homicidio, logró la admiración y el reconocimiento nacional e internacional.
Aun cuando existen casos de artistas que perdieron la vida, pocos disponen de un sitial de honor en el Olimpo del espectáculo, donde la luz de la intérprete de Bidi Bidi Bom Bom continúa brillando.
De esta manera, Selena no solo sigue vigente, sino que, al pasar los años, crece y trasciende idiomas, fronteras y generaciones.
Su nombre e imagen de superstar sobresalen en los estándares de las grandes leyendas de la música, para convertirse en una figura de culto: un fenómeno cultural.
Los orígenes de Selena se remontan a una familia típica mexicana, humilde, de clase trabajadora. Nació el 16 de abril de 1971 en Lake Jackson, una localidad de Texas en Estados Unidos (EEUU). Fue hija de Abraham Quintanilla Jr. y de Marcella Ofelia Zamora.
Su padre, un músico perseverante, visionario y soñador, descubrió que la niña menor de sus 3 hijos tenía un don especial: estaba dotada de una voz excepcional para cantar.
A partir de aquel momento, Abraham, lleno de disposición, concentró toda su energía en dirigir la vida de su pequeña de 9 años hacia el mundo de la música, sin imaginar que esa chiquilla, en el futuro, sería catalogada por Billboard como “la artista latina femenina más grande de todos los tiempos”.
Entonces, el mentor de los Quintanillas formó el grupo Los Dinos con Selena, su hijo mayor, Abrahan III, conocido como A.B. Quintanilla III, quien tocaba el bajo y se hizo compositor prolífico de grandes éxitos y su hermana Suzette, quien era la baterista.
Al principio, la banda se presentaba en el restaurante Papagayos, propiedad de Abrahan. Sin embargo, con la crisis económica que sacudió al país, el negocio quebró y la familia tuvo que mudarse a la ciudad de Corpus Christi, al sur de Texas, EEUU.
Aunque los inicios musicales de Selena fueron a temprana edad, el éxito no le llegó de la noche a la mañana. Ella y sus hermanos trabajaban duro con Los Dinos en fiestas, clubes, restaurantes, ferias y otros escenarios, desarrollando poco a poco su potencial.
En los años 80, Selena Quintanilla se había convertido en una cantante popular de proyección regional, tras ganar el Tejano Music Awards a la mejor vocalista femenina. Corría el año 1987.
Su audiencia latina en EEUU crecía de manera exponencial. Su imagen en los medios proyectaba carisma y simpatía. La cotización y reputación como artista aumentaba cada vez más.
El contrato con la discográfica EMI supuso un nuevo impulso que marcaría en su carrera un antes y un después. Sus temas escalaban las listas del top musical del momento.
El álbum Entra en mi mundo, lanzado en el año 1992, logró alzarse con el puesto número uno del top de la revista Billboard, a través de su tema emblemático Como la Flor, tras 8 meses en las listas de preferencia.
Si bien ya era un hecho el estrellato, 1993 fue el año que consagró su carrera. Ganó el premio Grammy por mejor álbum de música mexicana estadounidense, convirtiéndose en la primera cantante femenina de música tejana en llevarse este reconocimiento.
La artista del Tex-Mex, que contrajo matrimonio el 2 de abril de 1992 con el guitarrista de Selena y los Dinos, Chris Pérez, había obtenido la gran aceptación del mundo hispanoamericano. No obstante, Selena aspiraba llegar a una audiencia mucho más universal: la angloparlante.
A una pregunta del periodista mexicano, Gilberto Brenis, sobre sus planes para el futuro, Selena respondió: “Ser una artista internacional en el mercado en inglés, no más intentarlo va a ser lo máximo para mí”. Era diciembre de 1994.
Pérez la recuerda. “Nunca pudimos imaginar en lo que se iba a convertir, pero siempre supe que iba a llegar lejos. Cada vez que se subía al escenario se convertía en otra persona", recogió la BBC News.
En tal sentido, quien redefinió la música texana, género exclusivo -hasta entonces- de los intérpretes masculinos, trabajaba en un disco en inglés, que suponía iba a ser el crossover: el salto mundial de su épica y expansiva carrera.
Pero el infortunio, con apariencia humana, se interpuso en el camino de Selena bajo la persona de Yolanda Saldívar. De manera paradójica, fue su ángel guardián y su aniquilador.
Saldívar, como mano derecha de la cantante, se convirtió en la presidenta del club de fans de Selena. Allí, ganando su confianza, comenzó a administrar la empresa de ropa de la fallecida artista.
Los problemas con Yolanda no se hicieron esperar. Las pruebas de robo de dinero en los negocios y de las actividades del club de fans empezaron a salir a flote.
La decisión era una sola: despedir a Yolanda Saldívar. Pero nadie vislumbró lo que sucedería más adelante.
Su exmarido, Chris, habló del fatídico día en que Selena se reunió con su verdugo.
"Ese día se levantó temprano. No hubo nada que me advirtiera que ella estaba en peligro porque se fuera a encontrar con Yolanda", señaló.
El encuentro de las 2 mujeres en la ciudad de Corpus Christi fue planificado de manera confidencial en el hotel Days Inn.
Según las autoridades, en plena reunión -en una de las habitaciones- Saldívar fue despedida, lo que generó una fuerte discusión. Yolanda, “descontenta”, según The New York Times, desenfundó una pistola calibre 38.
Selena, cuando vio el arma, asustada, trató de huir, pero Yolanda accionó el gatillo. Una bala atravesó por su espalda y alcanzó la artería de mayor circulación sanguínea. La artista, desangrándose, corrió hacia el lobby del hotel, donde sus últimas palabras, antes de desplomarse, fueron: “Yolanda Saldívar, habitación 158”.
Pese a los intentos de los paramédicos, quienes la asistieron con transfusiones de sangre en la ambulancia, Selena no pudo sobrevivir. Ya era demasiado tarde.
Por la magnitud de los hechos, Saldívar fue sentenciada culpable de asesinato en primer grado en 1995. La condenaron a cadena perpetua, con la posibilidad de libertad condicional, una situación que será evaluada en el año 2025.
La muerte de Selena estremeció al mundo. Una leyenda terminaba de nacer para convertirse en un símbolo de culto que inmortalizó su legado: Selena Quintanilla Pérez.
Hablar de Selena es relatar la historia de un símbolo humano con características sobresalientes. Destacó en el mundo artístico, donde los niveles de excelencia son competitivos y exigentes.
La cantante dominó las convenciones de la música tradicional tejana y, la reinventó, con una lista de géneros como baladas románticas, pop latino y en inglés, cumbia mexicana, entre otros.
Pero, en definitiva, según la crítica cultural estadounidense, Deborah Paredez, Selena “(...) representó (…) la cultura fronteriza entre Texas y México, al mismo tiempo que logró cruzar las fronteras estéticas culturales y nacionales”.
Por tanto, Paredez considera que la muerte de la artista fue el catalizador que impulsó su popularidad, lo que catapultó a la estrella del Tex-Mex a otro nivel.
De esta manera, el 14 de marzo en la celebración de los premios Grammy 2021, Selena Quintanilla fue honrada con un Lifetime Achievement Award, que de acuerdo a la descripción de la Recording Academy, "rinde homenaje a los artistas intérpretes o ejecutantes que han realizado contribuciones destacadas de importancia artística en el campo de la grabación".
El hecho de que Selena tuviera tan solo 23 años el día de su trágica muerte, hace que su selección sea notable para el reconocimiento de un galardón como este.
De hecho, un solo artista que, como Selena, tuvo una vida breve, había recibido este premio hasta ese entonces. Era el año 1963 y, por primera vez, le era otorgado a Buddy Holly, quien falleció a los 22 años en un trágico accidente aéreo el 3 de febrero de 1959, donde también murieron los cantantes Richie Valens (17 años) y The Big Bopper (28 años). Al suceso lo llamaron “El día que murió la música”.
La madre de Selena, Marcela Samora, contó que su hija tenía un gran corazón. En una presentación “había una chica que admiraba las botas nuevas de ella (Selena), se las quitó y se las dio a la chica, y le dijo a una persona del equipo: “Búscame los otros zapatos en el autobús”.
“Así de gentil era ella y si decías algo negativo de alguien ella diría algo positivo. A ella no le gustaba la negatividad”.
Marcela Samora
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