Es una de las rutas más peligrosas del mundo por el terreno montañoso, la fauna y los insectos, así como la presencia de criminales
"He visto a mujeres salir de la selva con sus bebés en brazos después de caminar durante más de 7 días sin agua, comida o cualquier tipo de protección", dijo la Unicef (Unicef/Moreno González)
30 de marzo de 2021 7:51 AM | Con información de DPA
15 minutos. La cantidad de niños y adolescentes migrantes que se dirigen a Estados Unidos (EEUU) a través de la peligrosa selva de Darién, entre Colombia y Panamá, se multiplicó por 15 en los últimos 4 años, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
En concreto, desde 2017, el número de niños que cruzan la región del Tapón del Darién se disparó de 109 a 1.653 en 2020, con un pico de 3.956 en 2019.
Además, la proporción de niños entre los migrantes a través de la selva de Darién aumentó "drásticamente" en los últimos años, advirtió la agencia de la ONU. Los menores representaban solo el 2 % de todos estos migrantes en 2017, pero fueron más del 25 % en 2020.
En los últimos 4 años, más de 46.500 migrantes cruzaron la selva del Darién. De ese total, 6.240 son niños. Con las restricciones a la movilidad y el cierre de las fronteras para frenar la propagación de la COVID-19, este flujo migratorio irregular se frenó, pero no se detuvo del todo.
La selva es una de las rutas más peligrosas del mundo debido al terreno montañoso, la fauna y los insectos, así como la presencia de organizaciones criminales. Los migrantes que quedan atrapados en ella están expuestos a múltiples amenazas, incluida la muerte.
En este contexto, las mujeres, especialmente las embarazadas, al igual que los niños, son los más vulnerables.
A finales del año pasado, se registraron los primeros casos de violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes.
Aquellos que emigran a través del Tapón del Darién no son solo hombres solteros en busca de trabajo. También son familias enteras que huyen de la violencia y la pobreza de más de 50 países, con el sueño de encontrar mejores oportunidades en el norte.
"He visto a mujeres salir de la selva con sus bebés en brazos después de caminar durante más de 7 días sin agua, comida o cualquier tipo de protección". Así lo explicó la directora regional para América Latina y el Caribe de Unicef, Jean Gough, quien realizó una visita en el terreno de 2 días a la frontera de Darién.
"Estas familias están sobrepasando sus propios límites y poniendo sus vidas en peligro, a menudo sin darse cuenta del riesgo que corren", lamentó. Asimismo, agregó que aquellos que consiguen finalmente cruzar esta "peligrosa" frontera, están física y mentalmente "devastados".
Por otro lado, las repercusiones socioeconómicas con la pandemia de la COVID-19, unidas a la violencia, el desempleo, el racismo, la xenofobia y los fenómenos climáticos extremos, probablemente aumentarán la pobreza y empujarán a más familias a emigrar al norte en los próximos meses. De esta forma lo alertó la Unicef, que proporciona ayuda vital a estos migrantes sobre el terreno.
La Unicef cuenta con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront).
"Sus necesidades humanitarias son inmediatas e inmensas", reiteró Gough. Igualmente, pidió no "olvidar" la "dura situación de las comunidades a las que llegan, que se encuentran abrumadas y muchas veces no cuentan con los servicios básicos".
Puso como ejemplo a una comunidad de 400 personas, llamada Bajo Chiquito, que actualmente alberga a unos 1.400 migrantes.
La Unicef hizo un llamado a los Gobiernos para que aborden las causas estructurales que llevan a las familias a emigrar. Asimismo, para que promuevan su integración en las comunidades de acogida.
También reiteró que los derechos de los niños que se desplazan deben ser protegidos "en todo momento" durante cada una de las fases de su viaje migratorio.
"A menos que la comunidad internacional proporcione más apoyo humanitario para abordar las causas estructurales de la migración, es probable que cada vez más familias con niños, niñas y adolescentes no tengan otra opción que aventurarse en este peligroso viaje a través del Tapón del Darién en busca de una vida mejor", dijo Gough.