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La princesa eterna: Diana de Gales

Un nuevo aniversario de la muerte de Diana Spencer revive su recuerdo que continúa vigente

Cuando se habla de Lady Di no podemos dejar de lado la influencia que ejerció en la moda (Robert Sullivan/Flickr)

15 minutos. Se cumplen 23 años de la trágica muerte de la princesa Diana. De no haber sucedido, tendría 59 años y de algo podríamos estar seguros, que estaría feliz de ser abuela y sus cuatro nietos llenarían su vida.

Quienes la conocían bien saben que ese amor no lo compartiría con Emad El-Din Mohamed Abdel Moneim Fayed, mejor conocido como Dody Al-Fayed, su novio en ese momento pues, que de no haber sucedido la desgracia que cegó la vida de ambos en París, Al-Fayed seguro no se habría casado con Diana, por ser un capricho de verano.

Una nueva generación sólo la conoce a través de las revistas y ahora gracias a la serie Crown que comienza su cuarta temporada con la Diana como plato fuerte. La veremos primero encarnada por la actriz Elizabeth Debicki y luego Emma Corrin tomará el relevo para interpretar a la princesa de corazones.

Esta actriz será Lady Di en las últimas temporadas de The Crown
Lady Di, nacida en 1961, aparecerá por primera vez en la cuarta temporada de The Crown (Cortesía Twitter @THR)

En este nuevo aniversario de su muerte, recordamos a Diana de Gales gracias a sus hijos, un par de hombres con responsabilidades familiares y alejados uno del otro. Es capítulo hubiese sido muy doloroso para la madre, que los crió para que fueran unos hermanos unidos, aunque quizás este alejamiento no lo hubiese podido remediar, porque en casa de los Windsor la vida no es tan simple y ella lo sabía muy bien.

La niñez de la princesa Diana

Diana, una niña aristócrata, reunía todas las cualidades para ser una reina, aunque la Casa real británica no había puesto los ojos en ella sino en su hermana Sarah, seis años mayor. Su padre, John Spencer, VIII conde de Spencer, se casó con Frances Ruth Roche. La historia de los Spencer se remonta al siglo XV, mientras que la de los Roche están vinculados a la Casa de los Burke que data del siglo XIII.

Su juventud y candidez le impidió ver que era seleccionada para una tarea difícil, ser reina. Pero su rey no la amaba. A los 30 años Carlos todavía era soltero y tenía una amante pero sabía que con ella no se podría casar. Con Diana cumpliría a cabalidad con sus obligaciones como heredero del trono.
Diana buscó en Carlos el cariño que le había faltado de niña. Según sus propias palabras: “Nunca recibí abrazos o besos, solo las otras cosas”. La relación de sus padres fue algo caótica, donde llegó a estar presente la violencia doméstica, algo que afecta a cualquier niño. Se divorciaron en 1969. Diana todavía era una niña y creció alejada de la figura materna porque le retiraron la patria potestad.

A la medida de la monarquía

Lady Di encajaba perfectamente en lo que la monarquía y su corte buscaban, joven, aristócrata, bonita, virgen y supuestamente dócil. Lo cierto es que ella se casó enamorada, pero el amor necesita de la ilusión que pronto el mismo Carlos se encargó de borrar.

El matrimonio cambió su vida. De la chica tímida y de vestidos insípidos, pasó a ser una de las mujeres más admiradas y populares del mundo. Todos la adoraban porque vieron en ella a la víctima. Sin embargo, Diana supo zafarse de la opresión de los Windsor y no aceptó someterse a ellos.

Entonces surgió la mujer independiente, la madre cariñosa, la que marcaba la moda, pero también la que asumió posiciones políticas como oponerse a las minas antipersonas, sin importarle que iba en contra de un negocio que producía dinero pero multiplicaba muertes y mutilaciones.

Aprendió el valor de una fotografía, por eso no sintió temor al encabezar la lucha contra el sida cuando media humanidad huía de los enfermos. En 1987 dio una gran lección al mundo al visitar un hospital donde se encontraban internados enfermos de VIH y se dirigió a uno de ellos y le dio la mano. A diferencia de otros miembros de la realeza no llevaba guantes. Muchos lo consideraron un acto casi heroico, pero lo más importante era lo que ella estaba expresando. Con su gesto sencillo decía: No hay que temerles, ni aislarlos, ni rechazarlos. De esta manera la princesa Diana de Gales se convirtió en la abanderada de una lucha que, afortunadamente, con el tiempo ha dado sus frutos.

La búsqueda del amor

Diana quiso hacer alarde de lo que nunca había tenido, el amor. Por eso se arriesgó y lo buscó en Barry Mannakee, James Hewitt, James Gilbey, Oliver Hoare, Hasnat Khan y Dodi Al Fayed. Cada uno fue una historia diferente.

Con Mannakee encontró la pasión que Carlos le había negado. Hewitt fue su equivocación, hubo amor pero también una gran decepción. Gilbey un capricho para echarle en cara a Carlos su infidelidad. Hoare, fue más una obsesión que un verdadero idilio. Khan, fue para muchos el verdadero amor, pero él no estaba preparado ni iba a aceptar que su carrera se viera interrumpida por la popularidad de una princesa y todo acabó. Al Fayed pudo ser la manera de acabar con un despecho para olvidar la negativa de Khan, pero el desenlace fatal lo unió eternamente a la princesa de corazones.

Madre cercana y verdadera

Todos sus amigos hablan de la relación que estableció con sus hijos. Ella se encargó de aligerar el camino de Kate, en cuanto a la maternidad porque rompió aquella ruda y distante relación que existía anteriormente.

Diana fue una madre más cercana, siempre quiso que sus hijos gozaran de una infancia normal y sobre todo cultivó en ellos la solidaridad, algo que tanto William como Harry están repitiendo.

Podría interpretarse que Diana le enseñó a sus hijos que los privilegios de los que gozan les obligan más a comprometerse con la gente. Hoy vemos al príncipe William en actitudes más relajadas e, incluso, más divertidas con sus hijos. Hay una privacidad que han hecho respetar para que sus hijos disfruten de una vida tranquila.

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Lady Di fotografiada junto al príncipe Harry (Wire/Press Association Images/Martin Keene/Europa Press)

Por su parte, Harry ha marcado esa relación alejándose de su rol de personaje de primera fila dentro de la Corona. No sólo ha defendido a su esposa del acoso de los paparazzi, que lo persiguieron desde su nacimiento, sino que se ha enfrentado a la prensa cuando ha considerado que violaron su vida privada.

El duque de Sussex ha heredado las inquietudes sociales de su madre así como su rebeldía ante ciertas normas que ya son caducas.

Sus viajes

Fueron numerosos los viajes que realizó Diana para dar cumplimiento a sus obligaciones reales.

En cada uno iba dejando su estela de simpatía, de elegancia, pero ella se cargaba de resentimientos, especialmente cuando Carlos se marchaba primero para reunirse con Camilla y la dejaba sola, con los niños.

Sin bien esto se traducía en indignación, con el tiempo fue el hilo que tejió su independencia. Ya no necesitaría estar al lado de un heredero de la Corona británica para ser importante. Por esfuerzo propio se había ganado un lugar en el mundo.

La recibían estadistas, gente de las artes. Encontró inspiración para su obra filantrópica en personalidades como Nelson Mandela. Aquellos primeros encuentros con el presidente africano hicieron que en ella naciera el interés por ese continente, donde apoyó instituciones que trabajaban por la salud y la educación de los niños. Estos sentimientos los transmitió a Harry, quien ha apoyado e impulsado en Lesoto la fundación Sentebale, una organización de ayuda a huérfanos por el sida.

La India estuvo entre sus itinerarios preferidos, allí apoyaba a su amiga, la Madre Teresa de Calcuta. Diana quedó impresionada con el trabajo que realizaba la religiosa. Coincidieron en varias ciudades, una de ellas Nueva York. Sus partidas de este mundo, aunque por causas totalmente diferentes también fueron muy cercanas. Diana falleció el 31 de agosto y la Madre Teresa dejaba el plano terrenal el 5 de septiembre del mismo año.
Su paso por la Casa Blanca en la época de Ronald Reagan quedó inmortalizado con aquel baile junto a John Travolta, luciendo el vestido diseñado por Victor Edesltein. Otra de las oportunidades donde opacó totalmente a su marido.

Diana, una princesa icono de la moda

Cuando hablamos de Diana no podemos dejar de lado la influencia que ejerció en la moda. La princesa Ana nunca comprendió porque ella, una gran trabajadora, alcanzaba menos centimetraje en la prensa con su trabajo que los atuendos de su cuñada.

Al conocerse que era la prometida del príncipe de Gales, los fotógrafos comenzaron a seguirla. Eran los tiempos de una Diana que todavía revelaba que recién había salido de la adolescencia y en su vestuario abundaban las faldas y los suéteres, que además eran muy apropiados para su trabajo de maestra de preescolar, profesión que asumió dejando de lado sus deseos de ser bailarina profesional.

Diana supo valorar el negro. Convertía al petite robe noire en un vestido de antología al sumarle accesorios, como su célebre collar de perlas que se unían al centro por un gran zafiro.

No le temía a las propuestas arriesgadas, ejemplo de ello su traje de bodas, que resultó único, irrepetible e inolvidable, sólo Diana podría lucir aquel modelo de exageradas mangas, cola infinita y amplia falda creado por David y Elizabeth Emanuel. Fue concebido para que su figura no se perdiera en la gigantesca nave de la catedral de Saint Paul.

Se convirtió en amiga de diseñadores de la talle de Gianni Versace, quien diseñó varios trajes para ella. Catherine Walker, siendo francesa, también ocupó un lugar importante en su vestuario. Se suma a los anteriores Victor Edelstein.

Después de su divorcio se sumaron los nombres de Jacques Azagury y Chanel. De esta manera, Diana se entronizaba como una de las mujeres más emblemáticas en la moda.

En este trabajo también apoyó el fotógrafo Mario Testino, quien hizo la célebre portada para la revista Vogue y luego describió la sesión de trabajo como una de las más satisfactorias de su carrera.

La cuarta temporada de The Crown cuenta con los personajes de Diana y sus hijos (Netflix/Europa Press)

A los 23 años de su desaparición Diana renace en una serie de Nexflit y con ella su leyenda sigue vigente. La huida de Harry hacia otro continente puede verse como la venganza de Diana quien en una oportunidad dijo que la familia Windsor es implacable con los extraños, pues ella no recibió de la reina Isabel el apoyo que esperaba cuando se sintió traicionada por Carlos.

Sus hijos la siguen recordando así como esa generación contemporánea a ella. La princesa Diana supo darle un nuevo aire a la Corona británica y sin duda, acercó la familia real a la gente.

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