15 minutos. Stan mide casi 4 metros de alto y otros 12 desde la cabeza a la última vértebra de la cola. Algunos de sus colmillos superan los 20 centímetros de longitud y su aspecto es paleontológicamente aterrador. Se trata de un Tiranosaurio Rex (T-Rex) que la casa de subastas, Christie’s, pondrá a la venta en Nueva York el próximo 6 de octubre.
Su nombre científico es BHI 3033 y sus réplicas, repartidas por todo el planeta, fueron vistas por miles de aficionados a la paleontología y al mundo de los dinosaurios.
“Es el mejor T-Rex que se pone a subasta desde 1996”, aseveró el director de Ciencia e Historia Natural de Christie’s, James Hyslop, a través de una conversación telemática. También adelantó que el precio estimado de venta, entre 6 y 8 millones de dólares, no estará al alcance de la mayoría de los bolsillos.
Sin embargo, el esqueleto de este enorme depredador, que vivió hace 67 millones de años, podrá contemplarse -con reserva previa- hasta el próximo 21 de octubre. Si no, a través de la vitrina de la sede de Christie’s, entre las calles 48 y 49 en el céntrico Manhattan de Nueva York.
“Es un objeto increíblemente emocionante”, aseguró desde Londres Hyslop, que no oculta que la casa de subastas espera “marcar un nuevo récord mundial” en la puja por un dinosaurio T-Rex.
Lo ubicaron en una sala de techos bajos, con una tenue iluminación de claro oscuros que acompañan el marrón nogal de su esqueleto. Lo acomodaron en posición de carrera, como si la gran bestia del Cretácico persiguiera a una presa que quisiera devorar.
Confundido con un Triceratops
Pero su cabeza, de la que destaca el enorme hueco de sus ojos y, sobre todo, su monstruosa mandíbula cargada de afilados dientes, es una réplica.

La original pesa demasiado para ser soportada por la estructura que lo sustenta, pero no está lejos de allí. En la sala contigua recibe al visitante con las fauces abiertas y su nombre en grande escrito en la pared: STAN.
A Stan lo bautizaron con ese nombre en honor a su descubridor, Stan Sacrison, un paleontólogo amateur que halló los huesos de su cadera en la región geológica de Hell Creek, en el estado de Dakota del Sur en 1987. Lo ignoraron en un primer momento al ser confundido con un Triceratops, “que aunque es un descubrimiento también emocionante, es un fósil que es bastante común encontrar” en dicha región.

Al parecer, no fue Sacrison quien erró en la primera identificación, sino un científico con quien compartió su descubrimiento.
Tras permanecer 5 años ignorado, en 1992 el paleontólogo aficionado se puso en contacto con el Instituto de Investigación Geológica Black Hills. Y este inmediatamente determinó que se trataba de un ejemplar “del principal depredador de su época, el Cretácico tardío“.
Luego de un año de excavación y una breve estancia en Japón a donde se trasladó para una exposición, los 188 huesos originales de su robusto esqueleto, sustentados por una estructura de acero, están expuestos desde 1996 en el museo del Instituto Black Hills, en Dakota del Sur. Según Hyslop, se cree que un esqueleto completo de T-Rex, como el de la casa de subastas Christie’s, podría estar compuesto por unas 300 piezas.
Los huesos hablan
El experto de la casa de subastas explica que a través de algunas de las marcas en la estructura ósea de este ejemplar de T-Rex se pueden reconocer heridas sufridas durante sus “veintitantos años de vida”. Por ejemplo, varias costillas rotas o punciones en su cráneo y mandíbula, alguna de las cuales podría corresponder al colmillo de otro Tiranosaurio Rex sufrida durante una pelea.
“Pero la herida verdaderamente grave sufrida a lo largo de su vida, no fueron las costillas rotas, sino una vértebra en su nuca, que se rompió” y dos vértebras se unieron entre sí. A pesar de eso, “siguió viviendo siendo el mayor depredador con su nuca rota. Era un animal duro“, dijo Hyslop. Además, confesó que se desconoce la causa de su muerte, que sitúa en el cauce de un río.
Según el Instituto Black Hills, Stan es el segundo Tiranosaurio Rex del mundo por el número de huesos hallados.
El T-Rex que ha dado la vuelta al mundo con y sin subastas
Aunque se desconoce qué institución, centro o millonario acabará adquiriendo a Stan, las réplicas de su esqueleto se encuentran en decenas de lugares en todas las partes del mundo.
Desde el Museo de Historia Natural de Washington hasta el Museo Nacional de Ciencia Natural de Japón, pasando por instituciones museísticas en Manchester (Reino Unido), Oslo (Noruega), Taguig (Filipinas) y Teruel (España), entre muchísimas otras, se han hecho con partes o el cuerpo completo de este dinosaurio. Su peso, según los científicos, pudo rondar en vida entre las 7 y 8 toneladas (2 veces el peso de un elefante actual).
Y es que en su página web, el Instituto Black Hills todavía ofrece la oportunidad de comprar una copia completa del esqueleto. Esta fue elaborada en uretano y puede ser dispuesta en la postura deseada por el comprador. Eso sí, siempre que esta sea “natural y anatómicamente posible”.
Su precio, 100.000 dólares, muy por debajo de los en torno a entre 6 y 8 millones que desde Christie’s esperan que alcance el original. Sin embargo, todavía un poco fuera de presupuesto para quien quiera poner en su vida a “la máquina de matar definitiva, el dinosaurio más grande y malo que conocemos”, al “tirano rey lagarto”.