Lucretia Mott: la cuáquera que defendió la igualdad de hombres y mujeres

Lucretia Mott: la cuáquera que defendió la igualdad de hombres y mujeres

15 minutos. Su figura esculpida en mármol recibe hoy en día a los visitantes del Capitolio de Estados Unidos (EEUU). Lo hace desde hace un siglo. Pero ella no aparece sola. La creadora de la obra de arte, Adelaide Johnson, la dejó bien acompañada. El Retrato monumental a Lucretia Mott, Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony, expuesto en 1921, le recuerda al mundo que hace apenas cien años las mujeres estadounidenses ejercen libremente su derecho al voto. Antes eran invisibles para el sistema electoral de ese país.

Lucretia Coffin Mott nació el 3 de enero de 1793 en Nantucket Island, Massachusetts. Se formó en el vientre de una comerciante emprendedora, Anna Folger; y con los genes de un capitán de barco, Thomas Coffin.

A esa poderosa mezcla se le debe agregar un ingrediente adicional: una fuerte crianza y educación cuáqueras. Este término procede del inglés quaker, que significa tembloroso, porque en sus inicios (mediados del siglo XVII en Inglaterra) el entusiasmo religioso se expresaba con temblores y contorsiones.

Cuáquera de carne y hueso

Sin embargo, ese no es el rasgo distintivo de los miembros de la Sociedad de Amigos. Los cuáqueros se oponen a los cultos externos y a la jerarquía eclesiástica; al contrario, creen en la igualdad de todos los seres.

Cuando cumplió 13 años, sus padres la enviaron a la Nine Partners Boarding School de Dutchess, New York, dirigida por cuáqueros.

Allí, además de graduarse de maestra, tuvo la oportunidad de comprobar que lo que le enseñaban en casa difería de la realidad. Las mujeres, en la práctica, son discriminadas por su condición de ser mujer; por eso, los hombres de esa institución tenían mejores sueldos que las mujeres. Este “descubrimiento” la empujó a las filas del abolicionismo y feminismo hasta su último respiro.

En esa escuela también conoció el amor: James Mott, otro cuáquero, con quien se casó en 1811 y tuvo seis hijos, uno de los cuales falleció en 1817 a la edad de 3 años. Bastante camino recorrieron juntos.

Coherencia entre palabras y hechos

Lucretia Mott: la cuáquera que defendió la igualdad de hombres y mujeres
Extracto del libro “Ochenta años y más reminiscencias 1815-1897” escrito por Elizabeth Stanton en 1898 (Cortesía www.nytimes.com)

Creía tanto en sus ideales, que Lucretia Mott -igual que su esposo- se rehusó a emplear o comerciar con artículos confeccionados con mano de obra esclava. Es decir, tela de algodón, caña de azúcar y productos similares. A pesar de la persecución social en contra de los abolicionistas, hospedó en su propia casa a esclavos fugitivos y donó de su bolsillo a organizaciones benéficas.

Adicionalmente, ganó fama recorriendo el noreste de EEUU con su fabuloso don para la oratoria sin filtro, por lo que en 1821 se convirtió en ministra cuáquera. Que una mujer se atreviera a hablar en público desafiaba no solo la causa abolicionista y posteriormente feminista, sino el patrón de conocimiento de la sociedad, de raíz eminentemente patriarcal.

Sus mismos compañeros de lucha la juzgaban por contradecir las instrucciones de San Pablo: “Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio” (Timoteo 2:12). La llamaron “promiscua” por hablar en sitios públicos en presencia de ambos sexos.

Trayectoria imparable

Además de ser miembro de la Sociedad Americana contra la Esclavitud de William Lloyd Garrison, cofundó la Sociedad Femenina contra la Esclavitud de Filadelfia (1833), y militó en la Sociedad Antiesclavitud de Pensilvania y la Asociación Estadounidense de Producción Libre. En 1837, Lucretia Mott ayudó a organizar y asistió a la Primera Convención Antiesclavitud de Mujeres Americanas, en New York.

Esta incesante experiencia acumulada también le sirvió para afrontar la discriminación en el extranjero, cuando la excluyeron de la Convención Mundial contra la Esclavitud celebrada en Londres en 1840. A pesar de que era una de las seis mujeres delegadas escogidas, todas debieron sentarse en un área apartada del evento por decisión de la mayoría de los delegados hombres.

Al final del encuentro, fue incluida en la pintura conmemorativa de la convención. ¿Premio de consolación o recompensa por su tesón? Por cierto, allí conoció a Elizabeth Cady Stanton, pionera de la lucha de los derechos de las mujeres en EEUU, y cofundadora y presidenta de la Asociación Nacional por el Sufragio de la Mujer (National Woman Suffrage Association).

Sentimientos declarados

Lucretia Mott y Elizabeth Stanton forjaron una larga amistad y fructífera relación colaborativa. El primer gran resultado de esa unión entre féminas fue, sin lugar a dudas, haber organizado la primera convención anual en EEUU sobre los derechos de las mujeres. Se realizó en Seneca Falls, New York, en julio de 1848, y se selló con la llamada Declaración de Sentimientos, firmada por 68 mujeres y 32 hombres de un total de 300 asistentes. El nombre de Lucretia Mott encabeza la lista de rubricantes.

Lucretia Mott: la cuáquera que defendió la igualdad de hombres y mujeres
Ilustración de la Convención de Seneca Falls (Cortesía www.labrujulaverde.com/Librería del Congreso)

Elizabeth Stanton fue la autora principal de la Declaración de Sentimientos, que escribió tomando como referencia la Declaración de Independencia de EEUU. Vale la pena destacar algunos de sus pasajes:

  • “Sostenemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres y mujeres son creados iguales”.
  • “La historia de la humanidad es una historia de lesiones repetidas y usurpación por parte del hombre hacia la mujer, teniendo como objeto directo el establecimiento de una tiranía absoluta sobre ella”.
  • “Él cierra contra ella todos los caminos hacia la riqueza y la distinción, que considera más honorable para él. Como profesora de teología, medicina o derecho, no se la conoce”.
  • “Él la permite en la iglesia, así como en el Estado, pero en una posición subordinada, reclamando autoridad apostólica para su exclusión del ministerio y, con algunas excepciones, de cualquier participación pública en los asuntos de la Iglesia”.
  • “Él se ha esforzado, de todas las formas posibles para destruir su confianza en sus propios poderes, para disminuir su autoestima y hacer que esté dispuesta a llevar una vida dependiente y abyecta”.

Persiste la deuda hacia ellas

En 1865, finalmente se abolió la esclavitud en EEUU con la aprobación de la Decimotercera Enmienda a la Constitución. Sin embargo, en 1868 se ratificó la Decimocuarta Enmienda, que incorpora el término “ciudadanos masculinos” para referirse a los votantes. Su esposo James falleció ese mismo año. Luego, vino la Decimoquinta Enmienda constitucional de 1870, que posibilitó el voto sin distingo de “raza, color o condición previa de servidumbre”, sin mencionar a las mujeres.

Aunque aplaudió la gesta abolicionista, Lucretia Mott se sintió defraudada por el sesgo positivo hacia los hombres y la omisión de las mujeres, por lo que a partir de ese momento dedicó casi todos sus esfuerzos a la reivindicación de los derechos femeninos. Primero presidió la Asociación Estadounidense de Igualdad de Derechos. Más tarde, conformó la Asociación Nacional de Sufragio de la Mujer junto con Elizabeth Stanton y otras líderes, con la cual se mantuvo activa hasta el final de su existencia.

Lucretia Mott murió en su casa, Pennsylvania, el 11 de noviembre de 1880. Tenía neumonía. Sus restos mortales fueron enterrados cerca de la cima de Fair Hill Burial Ground, un cementerio cuáquero ubicado en Filadelfia.

No vivió lo suficiente para ver materializado su anhelo: la aprobación de la Decimonovena Enmienda a la Constitución de EEUU. Pero sus aportes fueron ampliamente reconocidos. En 1948, se emitió un sello con los rostros de Elizabeth Stanton, Carrie Chapman Catt y Lucretia Mott; debajo de los retratos se escribió: “100 años de progreso de las mujeres, 1848-1948″, en alusión al centenario de la Convención de Seneca Falls. Después, en 1983, Lucretia Mott fue incluida en el Salón Nacional de la Fama de la Mujer.

Hasta siempre, Lucretia

¿Cómo pensaba Lucretia Mott? Aquí una muestra de su puño y letra, extraída del Discurso sobre la mujer (17 de diciembre de 1849):

“(…) Es cierto que la naturaleza ha marcado una diferencia en su configuración, su fuerza física, su voz, y no pedimos ningún cambio, estamos satisfechos con la naturaleza. ¡Pero cómo la negligencia y la mala gestión aumentaron esta diferencia! (…)

(…) Una nueva generación de mujeres está ahora en el escenario, mejorando las mayores oportunidades proporcionadas para la adquisición de conocimiento (…).

(…) La colina de la ciencia no es tan difícil de ascender como la representaban antes poetas y pintores (…).

(…) Deje que la mujer continúe, sin pedirle un favor, sino alegando que es correcto, la eliminación de todos los obstáculos para su elevación en la escala del ser. Deje que reciba el estímulo para el cultivo adecuado de todos sus poderes, para que pueda entrar de manera rentable en el negocio activo de la vida; empleando sus propias manos…”.

Recientemente, en 2016, el Departamento del Tesoro de EEUU anunció que para el año 2020, cuando se cumplen cien años del voto femenino estadounidense, una imagen de Lucretia Mott sería impresa en el reverso de un billete al igual que las de Sojourner Truth, Susan Anthony, Elizabeth Stanton, Alice Paul y la Procesión de Sufragio de Mujeres de 1913. Ojalá la pandemia del coronavirus y la Administración de Donald Trump lo consientan.


Fuentes consultadas:

– ShareAmerica: https://share.america.gov

– American National Biography: https://www.anb.org

– National Women’s History Museum: https://www.womenshistory.org

– Wayback Machine: https://web.archive.org

– Encyclopaedia Britannica: https://www.britannica.com

– Khan Academy: https://www.khanacademy.org

– Carrie Chapman Catt Center for Women and Politics. Iowa State University: https://awpc.cattcenter.iastate.edu

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