15 minutos. Las emisiones de carbono generadas por los volcanes no fueron un factor importante en el evento de extinción más reciente de la Tierra, ocurrido al final del Cretácico y que causó la extinción de los dinosaurios.
La Tierra ha experimentado 5 grandes eventos de extinción masiva en los últimos 500 millones de años. Las erupciones volcánicas masivas fueron identificadas como el principal impulsor de los cambios ambientales que precipitaron al menos 3 de esos eventos.
El quinto y más reciente, la extinción masiva del fin del Cretácico, ocurrió hace 66 millones de años. Fue el responsable de la desaparición de los dinosaurios.
Los investigadores han debatido durante mucho tiempo si las emisiones de gas de las erupciones de los volcanes de los traps del Decán (una enorme provincia volcánica ubicada en India) o el impacto de un gran asteroide, son el principal responsable de causar los cambios climáticos que desencadenaron dicho evento que acabó con los dinosaurios.
Ahora, un equipo de investigación dirigido por científicos del CUNY Graduate Center en Estados Unidos (EEUU), analizó la cantidad y el momento de la emisión de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases liberados por los traps del Decán. La idea es determinar el papel que desempeñó el vulcanismo en los cambios climáticos en la época de la extinción masiva del Cretácico.
Estudios recientes identificaron un evento de calentamiento global que ocurrió varios cientos de miles de años antes de la extinción del Cretácico.
CO2 es clave
Algunos científicos relacionaron la erupción de los traps del Decán con este calentamiento. Sin embargo, se discute si las lavas que entraron en erupción pudieron liberar suficiente CO2 a la atmósfera como para provocarlo.
Además, los volúmenes de lava que entraron en erupción durante esta época son relativamente pequeños en comparación con los volúmenes que entraron en erupción durante las etapas posteriores de la actividad de los traps del Decán.
Un reto importante en este debate es la falta de datos de CO2 en los magmas del Decán de esta época.
“Nuestro equipo analizó los presupuestos de CO2 de los traps de Decán que coincidieron con el evento de calentamiento. Descubrimos que el desprendimiento de carbono de los volúmenes de lava por sí solo no podría haber causado ese nivel de calentamiento global“. Así lo señaló Andrés Hernández Nava, estudiante de doctorado en el Centro de Graduados del programa de Ciencias de la Tierra y el Medio Ambiente de la CUNY y primer autor del estudio.
“Pero cuando tuvimos en cuenta la desgasificación de los magmas que se congelaron bajo la superficie en lugar de entrar en erupción, descubrimos que los traps del Decán podrían haber liberado suficiente CO2 para explicar este evento de calentamiento“, añadió en un comunicado.
Su estudio incluyó también a la geoquímica Sally Gibson, de la Universidad de Cambridge; el geocientífico Robert Bodnar, de Virginia Tech; el geólogo Paul Renne, de la Universidad de California; y el geoquímico Loc Vanderkluysen, de la Universidad de Drexel.
Mediciones y análisis
Los expertos utilizaron láseres y haces de iones para medir la cantidad de CO2 en el interior de diminutas gotas de magma congelado atrapadas en los cristales de las traps del Decán de finales del Cretácico.
Asimismo, midieron las cantidades de otros elementos, como el bario y el niobio. Estos pueden servir como indicadores de la cantidad de CO2 con la que comenzaron los magmas.
Por último, realizaron una modelización del último clima del Cretácico para comprobar el impacto de la liberación de carbono de las traps del Decán en las temperaturas de la superficie.
Los resultados del equipo ayudan a colmar una importante laguna de conocimientos sobre la interacción de los magmas con el clima durante este período crucial de la historia de la Tierra.
Sus datos muestran que la emisión de CO2 de los magmas de los traps del Decán puede explicar un calentamiento de las temperaturas globales de la Tierra de unos 3 grados centígrados durante las primeras fases del vulcanismo del Decán. No obstante, no se produjo un calentamiento tan intenso cuando ocurrió el evento de extinción masiva. Esto apoya la idea de que los magmas posteriores del Decán no liberaron tanto CO2.
Estos nuevos datos no favorecen la teoría de que el CO2 de los volcanes fue el principal impulsor de la extinción masiva de los dinosaurios.