La investigación fue publicada este domingo en la "Journal of Archaeological Science"
Los restos de este emplazamiento para fundir cobre, "uno de los más antiguos del mundo", se excavaron en 2017 (Imagen referencial/Pixabay/Jerzy Górecki)
4 de octubre de 2020 5:01 PM | Con información de EFE
15 minutos. Un taller de cobre de unos 6.500 años de antigüedad desenterrado en la milenaria urbe de Bersheva (en el sur de Israel) pudo ser el lugar que usó por primera vez el horno, que podría tener su origen en la región, según un estudio de arqueólogos israelíes.
Los restos de este emplazamiento para fundir cobre, "uno de los más antiguos del mundo", se excavaron en 2017. En él se hallaron "fragmentos de un horno" pequeño, hecho de estaño, una "evidencia muy temprana" de su uso. Así lo indica una investigación de varios estudiosos publicada este domingo en la Journal of Archaeological Science.
Esto "plantea la posibilidad" de que el horno, aparato que revolucionó la metalurgia en el período calcolítico, "se inventara" en esta zona de Oriente Medio, señaló Erez Ben-Yosef, profesor de la Universidad de Tel Aviv y autor del estudio. También participaron expertos de la Autoridad de Antigüedades y del Servicio Geológico de Israel.
Pero no se puede descartar que su invención fuera en otro lugar. Es decir, a través de la producción metalúrgica en crisoles (recipientes para fundir materias a temperatura elevada).
"Algunos científicos creen que los primeros hornos no eran más que grandes crisoles enterrados en el suelo". Por ello, sigue habiendo un debate que "solo se resolverá con descubrimientos futuros".
Sin embargo, "no hay duda" de que la vieja Bersheva -en el desierto del Neguev y una de las urbes más antiguas de la región- "desempeñó un papel importante en el avance de la revolución mundial del metal". "Fue una potencia tecnológica para toda la zona", remarcó Ben-Yosef.
El cobre que se fundía en el horno de este taller procedía de Wadi Faynan, en la actual Jordania y a más de 100 kilómetros de distancia, según un análisis de isótopos de los restos del mineral.
Esto muestra un modelo propio del calcolítico, cuando la fundición de cobre se hacía "lejos de las minas". Probablemente, para preservar "el secreto tecnológico", ya que "no había tecnología mas sofisticada en todo el mundo antiguo", destacó el profesor.
"El cobre era refinado por expertos en talleres especiales", cada uno "tenía su propia 'receta", que "no compartía con sus competidores".
La técnica de fundición "estaba en manos" de los miembros de una élite, "gremios" que al comienzo de la revolución metalúrgica establecieron barrios donde se ubicaron talleres como el de Bersheva, importantes para el desarrollo de esta época remota.
Los objetos de cobre que producían tenían solo un "propósito ritual" y "valor simbólico". Probablemente, se usaban en ceremonias, pero la población del momento siguió utilizando utensilios de piedra para las tareas cotidianas, concluye el estudio.