El gerente del establecimiento criticó a las autoridades por la poca claridad respecto a una posible reactivación del oficio
La situación coloca en riesgo a 120 trabajadoras sexuales y a los 70 empleados (geralt/Pixabay)
3 de septiembre de 2020 12:03 PM | Por EFE
15 minutos. El Pascha, considerado el mayor burdel de Europa, ubicado en la ciudad alemana de Colonia, se declaró en quiebra luego de cinco meses sin actividad debido a la prohibición del ejercicio de la prostitución como consecuencia del coronavirus.
"En cierta manera es inimaginable, pero he tenido que presentar el martes ante el Tribunal Administrativo la solicitud de suspensión de pagos. Estamos acabados", confirmó el gerente del Pascha, Armin Lobscheid, en declaraciones al diario local Express.
El lupanar, en el que trabajaban 120 prostitutas, se quedó sin reservas para afrontar los gastos del edificio de 10 plantas y pagar a sus 70 empleados entre operarios, cocineros, peluqueros, electricistas, masajistas, personal de limpieza y de seguridad.
Lobscheid criticó a las autoridades por la falta de claridad respecto a una posible reactivación de este oficio y el hecho de que les hayan dado largas una y otra vez, lo que dificulta la planificación.
"Quizás podríamos haber evitado la insolvencia con ayuda de los bancos si nos hubieran confirmado que a principios del año que viene podemos retomar la actividad", dijo.
Advirtió, asimismo, que "todos en el sector saben que el negocio del sexo sigue activo, pero de una manera que nadie realmente celebrará; es decir, en el anonimato y sin contribuir a Hacienda".
Agregó que esta situación pone en peligro a las meretrices. Como la demanda se mantiene, ahora se reúnen con los clientes en hoteles, apartamentos, vehículos y caravanas.
"Ya no tienen protección y se ven expuestas a la indefensión frente a proxenetas y clientes, ya que difícilmente pueden acudir a la policía si ocurre algo. Eso lo saben los clientes y les obligan, por ejemplo, a practicar sexo sin condón", dijo.
Queda en el aire qué piensa hacer el propietario del edificio, la sociedad comanditaria Timoste Appartementhotel Schildbach, ya que el inmueble siempre alojó una mancebía.
Es bastante improbable que se autorice su uso como hotel o centro de acogida para refugiados, ya que obligaría a realizar una reforma integral.