Aunque el virus se transmite principalmente por medio de gotitas respiratorias, están siendo comunes los contagios por la exposición a estornudos
19 de febrero de 2020 8:16 AM | Jesús Centeno (EFE)
15 Minutos. El nuevo coronavirus (COVID-19) continúa haciendo estragos en China, que vio este miércoles sobrepasar la barrera de los 2.000 muertos por el brote. Mientras, sus habitantes permanecen en vilo pero aferrados al optimismo tras conocerse que los nuevos contagios siguen una tendencia a la baja fuera del foco de la epidemia.
Según el último parte oficial de las autoridades sanitarias del país asiático, la cifra de muertos es de 2.004 personas -136 más que el martes-. La de contagiados es de 74.185 y la de casos graves de 11.977.
No obstante, el número de pacientes que superaron a COVID-19 en China, bautizado como SARS-CoV-2, sobrepasó este miércoles el de nuevos contagiados por primera vez: 1.824 recuperados en las últimas 24 horas por 1.749 infectados, de acuerdo con las estadísticas oficiales.
Además, el número de nuevos casos confirmados fuera de la provincia de Hubei, el epicentro del brote, acumula 15 días consecutivos a la baja. Este miércoles registró 56 casos. Es decir, muy por debajo de los 890 detectados el 3 de febrero.
Y en total son ya 14.376 las personas que superaron la enfermedad. Según informó este miércoles la Comisión Nacional de Sanidad de China, se expande más fácilmente si la gente permanece en entornos relativamente cerrados durante prolongados periodos.
Aunque el virus se transmite principalmente por medio de gotitas respiratorias, lo que requiere un estrecho contacto físico, también están siendo comunes los contagios por la exposición a estornudos u otras secreciones corporales, especialmente en espacios cerrados.
Los casos de COVID-19, la enfermedad causada por el virus respiratorio, se siguen concentrando en Hubei, en el centro-este de China. Allí, este miércoles se informó de 1.693 casos nuevos y 132 muertes más.
Entretanto, el país trata de volver a la normalidad a cuentagotas ante la preocupación no solo por los contagios sino también por las consecuencias económicas que pueda tener esta crisis.
En respuesta, el Ejecutivo chino anunció que adoptará un "enfoque múltiple" para facilitar la operación de las empresas y el empleo, con medidas específicas como reducir o eximir aportaciones de los empleadores a la seguridad social en un esfuerzo por apuntalar el crecimiento.
Mientras, las autoridades del país asiático minimizaron este miércoles la decisión del Gobierno ruso de suspender la entrada al país de ciudadanos chinos a partir del 20 de febrero para impedir la propagación del coronavirus.
"Rusia ha enfatizado que apoya firmemente la lucha de China contra la epidemia, nos ha ofrecido mucha ayuda, pero al mismo tiempo ha tomado algunas medidas restrictivas de acuerdo a sus necesidades y esfuerzos de prevención y control. Son medidas temporales, y una vez que la situación mejore, se retirarán". Así lo explicó el portavoz de la Cancillería china, Geng Shuang.
Según la directiva, los ciudadanos chinos no podrán entrar en Rusia ni con fines laborales, ni particulares, ni turísticos, ni científicos. Esto, debido al "empeoramiento de la situación epidemiológica en China y la continua entrada de ciudadanos chinos en territorio ruso".
En Pekín cunde el temor a que la gestión de la crisis del coronavirus no le granjee más que aislamiento internacional y críticas. Así quedó demostrado al expulsar a tres periodistas del periódico estadounidense The Wall Street Journal (WSJ). El hecho se dio por la publicación de un artículo supuestamente racista contra China.
El rotativo publicó este mes un artículo de opinión sobre la respuesta del Ejecutivo chino a la epidemia del nuevo coronavirus titulado "China, el verdadero enfermo de Asia". Pekín exigió una disculpa pública por realizar "comentarios racistas y atacar maliciosamente" al país, según el portavoz Geng.
Esta expresión se utilizó de forma despectiva a finales del siglo XIX y principios del XX para referirse a China, castigada entonces por divisiones internas y los intentos de colonización de las potencias occidentales, que la obligaron a firmar una serie de tratados para obtener concesiones comerciales.
El Club de Corresponsales Extranjeros de China (FCCC) expresó su fuerte condena a esta "represalia sin precedentes" con la que China trata de "intimidar a los corresponsales extranjeros". Enfatizó que ninguno de los tres periodistas expulsados estuvo implicado en el mencionado artículo.
Mientras, Hong Kong registró este miércoles su segunda muerte, un anciano de 70 años que fue hospitalizado el pasado 12 de febrero. Murió esta mañana, informaron las autoridades en un comunicado.
Hasta la fecha, la ciudad acumula 62 contagiados diagnosticados. Preocupa el hecho de que aumentaran las infecciones por COVID-19 entre habitantes sin antecedentes de viajes a China.
En la urbe financiera se recuerda el impacto del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS) de 2003. El mismo que se cobró en Hong Kong 299 de las 774 víctimas mundiales. Esto provocó llamamientos por parte de distintos segmentos sociales para sellar por completo la frontera con la China continental.
Hasta la fecha, todos los fallecimientos menos seis -Taiwán, Japón, Francia, Filipinas y dos en Hong Kong- se produjeron en la China continental. Aunque una treintena de países cuentan con casos diagnosticados, China acapara en torno al 99 % de los infectados.
Los síntomas del nuevo coronavirus son en muchos casos parecidos a los de un resfriado. Pero pueden venir acompañados de fiebre y fatiga, tos seca y dificultad para respirar.