Las muertes confirmadas en el continente son 27.336, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
La mayoría de los Gobiernos siguen implementando medidas para aminorar el impacto de la pandemia (Marcos Pin/EFE)
16 de abril de 2020 8:18 AM | Por EFE
15 minutos. El coronavirus sigue sumando más contagios en América cada día, donde hay más de 725.000 contagiados. Persiste la preocupación por las pocas pruebas que tienen hasta el momento la mayoría de los países y las tensiones políticas en Estados Unidos (EEUU) y Brasil.
En los conteos, recogidos por la Universidad de Johns Hopkins, se apunta este miércoles la cifra de 725.753 contagios en América. Entretanto, el número de muertes confirmadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), asciende a 27.336.
En ese sentido, la mayoría de los Gobiernos de América siguen implementando medidas para aminorar los contagios y el impacto de la pandemia en sus economías y estructuras sociales, con consecuencias colaterales que seguramente van a dejar huellas profundas en todos los países.
La cifra de los más de 725.000 contagios podría ser, en un escenario optimista, apenas una dramática muestra de cómo realmente está afectando la enfermedad a América. Se debe tener en cuenta un factor: el subregistro, que es la poca capacidad de realizar pruebas en algunos países, sobre todo en América Latina.
El polémico anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de suspender los fondos a la OMS desató las criticas en EEUU y en el mundo, que el mandatario enmarca en su consigna nacionalista de "EEUU primero".
"Nunca dudaré en tomar las medidas necesarias para proteger la vida, la salud y la seguridad del pueblo estadounidense. Siempre pondré el bienestar de EEUU primero", dijo Trump. Mientras, en el país son más de 600.000 las personas contagiadas y casi 28.000 personas murieron.
EEUU aporta entre 400 y 500 millones de dólares anuales a la OMS, entre sus contribuciones obligatorias y voluntarias.
En Brasil, con 1.736 muertos y 28.320 casos, la gestión ante la pandemia del presidente, Jair Bolsonaro, provocó la renuncia del secretario de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud, Wanderson de Oliveira.
La tensión fue a mayores y durante horas se habló de una posible dimisión del ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta. Él mismo tuvo que desmentirlo para parar con estas especulaciones que desde hace días rondan los pasillos de los centro de poder de Brasilia.
Las discrepancias entre Bolsonaro y Mandetta por la necesidad de cuarentenas u otras medidas de aislamiento social, que el gobernante censura, llevaron este miércoles a la dimisión del secretario de Vigilancia Sanitaria. Sin embargo, Mandetta explicó que no la aceptó y que le convenció a continuar en el cargo. "Estamos juntos y continuamos juntos. Él dijo que salía, yo dije que no aceptaba y aquí estamos", dijo el ministro.
En Bogotá, cientos de personas se lanzaron este miércoles a las calles para pedirle tanto al Gobierno de la ciudad como al Ejecutivo que preside Iván Duque que los ayuden con alimentos o los dejen ir a trabajar. Esto, dada la cuarentena obligatoria decretada desde el pasado 25 de marzo y que fue ampliada hasta el 27 de abril.
"Tengo cinco hijos y los hijos qué, ¿se van a morir de hambre? No tengo ninguna solución del Gobierno, entonces que me dejen trabajar". Así lo aseguró un obrero que participaba en la toma de la Avenida Suba, una de las principales arterias de la urbe.
Las autoridades colombianas admitieron que después del 27 de abril se podría considerar una flexibilización de la cuarentena para mover de a poco sectores de la vida productiva. Pero esto depende de cómo se comporte la panemia en Colombia. Allí, hay reportados 3.105 casos de SARS-CoV-2 con 131 muertes.
Si bien se sabe que el coronavirus afecta en una mayor proporción a los adultos mayores, este no conoce de edad, y es el caso de un recién nacido y su madre en Perú, país que suma 11.475 positivos y 254 fallecidos.
En un hospital de la selvática ciudad de Moyobamba, la mujer, paciente asintomática, dio a luz por cesárea este miércoles, procedimiento tras el cual, por protocolos establecidos, se le realizó la prueba del SARS-CoV-2 tanto a ella como al neonato, dando ambas positivo.
Uno de los misterios de esta lucha americana contra COVID-19 es Nicaragua, ya que su sistema sanitario no da luces claras sobre sus estrategias de prevención y sus cifras son poco creíbles tanto para países vecinos como para organizaciones internacionales.
El país centroamericano apenas sí reporta nueve casos con una sola persona fallecida, pero incluso Gobiernos aliados como el de Cuba lanzaron alertas sobre estos números, ya que algunos de sus contagios (814) tienen relación con personas llegadas de Nicaragua.
En EEUU se comenzaron a entregar este mismo miércoles las transferencias directas de efectivo, parte de un paquete de estímulo fiscal aprobado por el Congreso para compensar el impacto económico de la pandemia, y que ascienden a 1.200 dólares por persona con ingresos menores de 75.000 dólares al año, 2.400 en el caso de matrimonio, más 500 dólares adicionales por hijos menores de 17 años.
El monto total de este programa de alivio es de dos billones de dólares, el mayor en la historia del país, e incluye además de los pagos directos, subsidios para empresas, ampliación de la cobertura por desempleo, avales y créditos blandos para pequeñas y medianas empresas.
Otro anuncio comprendido dentro de las ayudas económicas a los más afectados por la crisis es el hecho desde Nueva York, en el que se consigna que las autoridades del sector transporte de la ciudad que actualmente es el foco de la pandemia a nivel mundial indemnizarán con 500.000 dólares a las familias de sus empleados muertos por COVID-19.
Esta cantidad es diez veces más de lo que habitualmente se compensa por la muerte de un trabajador en activo.
El estado de Nueva York, que este miércoles sumó 752 víctimas mortales para totalizar 11.586 en su muy dramática lucha contra el virus, tomó otro paso radical más y es el de obligar el uso de tapabocas, mascarillas o trozos de tela cuando sea imposible mantener una distancia social de dos metros.