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Se disparan las alarmas con las imágenes de 2 periodistas torturados por los talibanes

"Empezamos a correr, pero nos capturaron, nos tiraron al suelo y nos esposaron y comenzaron a dar puñetazos y patadas en la cara, cabeza y cuerpo", dijo uno de los reporteros

La situación de la prensa bajo el nuevo régimen talibán comienza a revelar el peligroso futuro pese a las promesas de cambio de los islamistas (EFE/EPA/Stringer)

15 minutos. Las imágenes de 2 periodistas afganos torturados por los talibanes por cubrir una protesta disparó las alarmas en Afganistán. El país, desde que cayó en manos islamistas el pasado 15 de agosto, ha visto cómo se multiplican las detenciones y ataques a reporteros, amenazando la ya frágil libertad de prensa.

Detenidos, torturados, castigados a latigazos o enviados con huesos rotos al hospital. La situación de la prensa bajo el nuevo régimen talibán comienza a revelar el peligroso futuro pese a las promesas de cambio de los islamistas.

Aunque los talibanes mantuvieron una relación relativamente cordial con los periodistas internacionales, en medio de los intentos de proyectar una imagen de cambio, la violencia y brutalidad con la que están reprimiendo a los reporteros afganos narra otra historia.

Esta semana, en uno de los días con una mayor represión contra la prensa, decenas de reporteros cubrieron una protesta de civiles en Kabul a favor del movimiento opositor en la provincia de Panjshir y en contra del supuesto apoyo de Pakistán a los talibanes.

Puñetazos y patadas

Durante esa jornada, al menos 14 trabajadores de la prensa fueron golpeados y arrestados por las fuerzas islamistas. Luego los liberaron con la orden de no volver a cubrir otra protesta "ilegal".

Una de las víctimas fue el reportero de un canal de noticias local, que había sido asignado para cubrir la manifestación cerca del palacio presidencial en Kabul. Ese día, la manifestación fue disuelta por un centenar de talibanes armados. Llegaron disparando al aire y comenzaron a golpear y a arrestar a manifestantes y periodistas.

"Empezamos a correr, pero los talibanes nos capturaron, nos tiraron al suelo y nos esposaron y comenzaron a dar puñetazos y patadas en la cara, cabeza y cuerpo". Así lo relató a EFE el reportero, que pidió el anonimato y que aseguró que el cámara que lo acompañaba sufrió la misma suerte.

Después, les "arrojaron a la parte trasera de un camión" y los trasladaron a una sede de la NDS, la principal agencia de inteligencia de Afganistán.

Atados con esposas a la espalda, los periodistas fueron interrogados 2 veces, en declaraciones grabadas y por escrito, mientras eran insultados y golpeados por los talibanes, aseguró.

Protestas "ilegales"

"Nos mantuvieron durante 3 horas dentro del recinto de la NDS, donde nos insultaron y golpearon hasta que llegó un portavoz talibán y medió en nuestra liberación con la condición de que no volviéramos a cubrir las protestas ilegales", afirmó el periodista.

Un talibán les dijo: "Les perdonamos por esta vez, pero después de esto no tienen permiso para cubrir las protestas ilegales".

Este periodista fue hospitalizado con lesiones internas tras los golpes. Los médicos le dijeron que "uno de los huesos" del pecho estaba roto.

"Después de todo esto, estoy muy deprimido, con estrés y preocupado. La situación no es buena para los periodistas", lamentó, mientras permanece en su casa recuperándose.

Con el regreso de los islamistas al poder, recordados por la brutalidad de su primer régimen, ahora "la libertad de prensa está amenazada. Los talibanes están tratando de silenciar a los medios y están aplicando sus reglas ultraconservadoras", dijo.

Y es que durante la última semana, cuando las protestas a favor de la fuerzas opositoras aumentaron, sumándose a otras anteriores de mujeres, periodistas y medios locales reportaron ataques y detenciones de sus equipos y trabajadores. Entre ellos, el canal de noticias Tolo o el medio de investigación Etilaatroz.

Torturas

Las imágenes de los periodistas de Etilaatroz tras las torturas muestran que fueron azotados con cables y enviados a un hospital con serias lesiones, uno de ellos sin poder caminar.

"Nuestros colegas fueron gravemente torturados de diferentes formas, sistemáticas y sin precedentes. Durante 4 horas perdieron el conocimiento 4 veces. Pudieron haber muerto". Así lo aseguró en Twitter Zaki Daryabi, propietario del periódico afgano.

En la detención, los periodistas fueron "torturados durante mucho tiempo y sin piedad", añadió.

La situación es también grave en el resto del país, con denuncias de ataques islamistas a la prensa en las provincias de Herat, Kunduz, Badakhshan y algunas otras.

La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) condenó "enérgicamente" estos ataques en Afganistán. Asimismo, instó a "respetar el derecho internacional y la integridad física de los periodistas".

La libertad de expresión fue uno de los principales logros en los últimos 20 años tras el derrocamiento de los talibanes. Un periodo de florecimiento, antes impensable, que permitió la modernización del país y el surgimiento de medios de comunicación.

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