15 minutos. El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y los jefes de los poderes Legislativo y Judicial llamaron este lunes a mantener la “serenidad” y “defender la democracia” en paz, tras el intento de golpe de Estado de miles de radicales bolsonaristas.
“El país necesita normalidad, respeto y trabajo” para alcanzar “el progreso y la justicia social”. Así lo señaló una nota conjunta firmada por Lula, los jefes del Congreso y la presidenta de la Corte Suprema Rosa Weber.
Los máximos representantes de los 3 poderes, encabezados por Lula, se reunieron este lunes para analizar la grave crisis vivida en la capital brasileña el domingo. Miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro invadieron y causaron graves daños en las sedes del Parlamento, la Presidencia y la Corte Suprema.
En la nota, rechazaron los “actos terroristas, de vandalismo, criminales y golpistas” ocurridos en Brasilia. También subrayaron que están “unidos para que sean tomadas todas las providencias institucionales, en los términos” que marcan “las leyes brasileñas”.
“Llamamos a la sociedad a mantener la serenidad, en defensa de la paz y de la democracia de nuestra patria”, dijo la nota. Además de Lula y Weber, estamparon su firma el presidente de la Cámara de Diputados Arthur Lira y el jefe del Senado en ejercicio Veneziano Vital do Rêgo.
Bajo control
La situación está bajo control, tras la detención de 300 manifestantes golpistas el domingo y otros 1.200 este mismo lunes; estaban refugiados en el campamento que tenían montado frente al Cuartel General del Ejército desde la celebración de las elecciones de octubre.
Esos grupos radicales de extrema derecha desconocen la victoria en las urnas de Lula, quien asumió el poder el 1 de enero. Han venido exigiendo desde entonces una “intervención” militar que devuelva al poder a Bolsonaro.
Lula acusó en la víspera al ahora exgobernante, quien se encuentra en Estados Unidos (EEUU) sin previsión de vuelta a Brasil, de “estimular” el asalto a los 3 poderes. La acción duró unas 4 horas y media hasta que las fuerzas de seguridad recuperaron el control de los edificios públicos.
Bolsonaro, capitán retirado del Ejército y nostálgico de la dictadura brasileña (1964-1985), rechazó las acusaciones del actual jefe de Estado. Rreprobó de forma tibia la violenta invasión y los graves destrozos de sus simpatizantes en la plaza de los Tres Poderes de Brasilia.