15 minutos. Superada la crisis, la cantante colombiana Shakira decidió hablar sobre su guerra con la Agencia Tributaria española. En una carta publicada en exclusiva por el diario El Mundo, la artista se explayó en señalamientos.
“Ahora comprendo, porque lo viví en carne propia, que una institución creada para el servicio de los ciudadanos no debería utilizar todo su poder y recursos para criminalizar caprichosamente a quien le conviene, pero todo el mundo sabe que el romance se vende bien“, dijo.
En 2018, la Agencia Tributaria denunció a Shakira por un delito fiscal: consideró que entre 2012 y 2014 residía en España y, por tanto, debía tributar en ese país por la mayor parte de sus ingresos generados en todo el mundo. El resultado fue una acusación de fraude por 14,5 millones de euros. En 2023, Shakira aceptó ante el juez el delito y pagó una multa de más de 7 millones de euros.
En la carta, Shakira explicó que siempre regresó a España por su relación amorosa con Gerard Piqué. “Lo hacía para que prosperara esa relación, no por ‘vocación de permanencia’ (…). Si el cantante hubiera sido un hombre estadounidense, se hubiera enamorado de una española y la visitara regularmente, me cuesta creer que la Agencia Tributaria hubiera considerado que tenía una intención de arraigo. Hay un machismo estructural que da por descontado que una mujer solo puede seguir a un hombre, incluso cuando no le conviene”.
Ni cobardía ni culpabilidad
También dijo que sus finanzas fueron investigadas por instituciones “tan poco sospechosas” como la Casa Blanca o el Servicio de Impuestos Internos (IRS) estadounidenses. Además, fueron “aprobadas por otros países de la Unión Europea, y en todo ese tiempo nunca encontraron ni la menor seña de ilegalidad, mientras que un director general de inspección de la Agencia Tributaria española se permitió criminalizarme en un programa de la televisión antes incluso de que se celebrara el juicio”, escribió Shakira.
Para la cantante, “la Agencia Tributaria no trata de castigar a quien no cumple, sino de mostrar trofeos de caza para reconstruir una credibilidad en entredicho. ¿Y cómo se consigue eso? Amedrentando a las personas, amenazando con la cárcel, poniendo en compromiso la tranquilidad de nuestros hijos y sometiéndonos a presión para quebrarnos”.
Justifica la publicación de esta carta porque quiere dejarles a sus hijos “el legado de una mujer que expuso sus razones con calma y en sus propios tiempos, cuando ella lo consideró necesario, no cuando la obligaron a hacerlo. Necesito que sepan que tomé las decisiones que tomé para protegerles, para estar a su lado y seguir con mi vida. No por cobardía ni por culpabilidad”.