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Miami, coronavirus y baños públicos para desamparados

Desde las 6 de la mañana, cuando la policía levanta de la calle a las personas sin hogar, se forman filas para entrar a dichas instalaciones

Con el brote del virus, la limpieza y el saneamiento de los espacios públicos se convirtieron en una prioridad (Cristobal Herrera/EFE)

15 minutos. Como limpiador y supervisor de los baños públicos para desamparados del centro de Miami, el cubano Juan Portela se siente en "primera línea de defensa" de una comunidad a la que él mismo perteneció y que es una de las más vulnerables al nuevo coronavirus.

El coronavirus "no tiene clase social", dice este cubano que atiende por igual a los desamparados y a los turistas que acuden a estos baños públicos, situados en un parque a orillas de la Bahía de Vizcaya.

Portela conoció lo que es rogar para usar el aseo de algún restaurante o centro comercial. Por ello, no se olvida de eso ahora que es el jefe de un local con dos baterías de inodoros y lavamanos.

El exmariscal de campo del equipo de los Wildcats de Kentucky estuvo metido en el alcohol y las drogas por 21 años después de haber tenido una "buena profesión (se graduó en Administración) y una buena familia" y acabó viviendo en las calles por unos meses.

En Miami-Dade hay 1.008 personas en esa situación y otras 2.464 son "desamparados bajo refugio", según informó la organización Homeless Trust.

"Estamos en la calle 24 horas, estamos sucios, necesitamos ir al baño, necesitamos lavarnos las manos y no tenemos un lugar. Cuando tu entras a un baño, tienes que comprar algo, y después si te dejan usarlo, te dicen que se dañó", recuerda Portela.

Mientras se esmera en mantener relucientes y ordenadas las instalaciones y reparte envases de gel desinfectante, dice conocer el riesgo de exponerse a tanto "contacto".

"Yo estoy en la primera línea, me tengo que cuidar", enfatizó.

Limpieza de vida o muerte

"Con el brote del virus, la limpieza y el saneamiento se convirtieron en una prioridad", dijo el comisionado de la ciudad de Miami Manolo Reyes, presidente de la entidad municipal de la que dependen los baños públicos que cuida Portela.

"Todos estamos enfrentados con una situación crítica, y para los más vulnerables, como los desamparados, es caso de vida o muerte", subraya Reyes.

Portela cuenta que desde las 6 de la mañana, cuando la policía levanta de la calle a los desamparados y él abre el baño, se forman filas para entrar. De hecho, hay días en los que atiende en su turno hasta un centenar de personas.

"Si las personas te dan oportunidad para trabajar puedes cambiar tu vida", dice el cubano al agradecer por su puesto.

Él ahora siente que recuperó su vida porque ya tiene su empleo, su carro, su vivienda y la cercanía de su familia.

A la pregunta de si solo le falta volver a jugar, se ríe y dice que cuando pasa los trapos de limpieza en los baños se da cuenta que los músculos están ahí.

Sin techo, lavamanos ni desinfectantes

En 2019 habían más de 560.000 personas sin techo en Estados Unidos (EEUU), 15.000 más que en 2018, según el Departamento de Vivienda.

Autoridades del condado de Miami-Dade señalaron que los sin hogar son los más vulnerables al coronavirus. Estos, por su precaria situación y por el exceso de demanda por el COVID-19, ahora carecen de desinfectantes y toallitas, de los que hacen gran uso debido a la falta de duchas públicas.

Ron Book, presidente de Homeless Trust, explicó que los desafíos que plantea el coronavirus a esta comunidad "son sustanciales".

Enumeró que estas personas viven en promedio 15 años menos que la población en general, la mayoría tiene problemas de salud crónicos, un gran porcentaje son personas de edad y además "realmente no entienden el distanciamiento social".

Homeless Trust los está educando sobre el aislamiento como medida preventiva y entregándoles desinfectantes y toallitas. Igualmente, están estableciendo protocolos de entrada a los refugios para saber dónde estuvieron y con quién.

Señaló, por otro lado, que las cuarentenas voluntarias no son posibles, porque no pueden cumplirlas en la calle ni tampoco permanecer en los albergues por un tiempo prolongado.

A una desamparada en cuarentena tuvieron que aislarla en un hotel ante la falta de instalaciones.

Entre tanto, Antonio Villasuco, director de la organización privada fundada en 1922 Miami Rescue Mission, dijo que tienen en cuarentena por 14 días a las más de 300 personas que atienden en el refugio por "depresión, falta de dinero, drogas y alcohol".

Solo se permiten las salidas por razones médicas.

Villasuco se mostró preocupado por un posible incremento de los sin techo por la desestabilización económica que va a causar el COVID-19.

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