Elizabeth Stanton ganó una nueva independencia femenina

Elizabeth Stanton ganó una nueva independencia femenina

15 minutos. “La sociedad dice que las mujeres no necesitan un conocimiento del mundo, la capacitación liberal que debe brindar la experiencia en la vida pública, todas las ventajas de la educación universitaria. Pero cuando por la falta de todo esto la felicidad de la mujer se arruina, solo ella lleva su humillación”. Elizabeth Cady Stanton pronunció estas palabras durante su discurso de renuncia a la presidencia de la Asociación Nacional Americana del Sufragio de Mujeres (NAWSA), en 1892. Tenía 77 años.

Ni siquiera por estar de salida, cediendo el testigo a otra generación de mujeres feministas en Estados Unidos (EEUU), bajó el volumen de sus aguerridos mensajes. Pese a conseguir la victoria de muchas batallas, sentía que la guerra no había acabado. Y tenía razón.

Elizabeth Stanton vino al mundo el 12 de noviembre de 1815 en Johnstown, Nueva York. Y lo hizo como pocas mujeres de su época: rodeada de comodidades y lujos.

Sus padres, Margaret Livingston y Daniel Cady, gozaban de excelente reputación. La madre, por pertenecer a una familia ligada a la Revolución Americana; Margaret era hija del coronel del Ejército Continental, James Livingston, héroe de la Guerra Revolucionaria Americana durante la invasión de Canadá. El padre, entretanto, por ser un reconocido abogado y político, llegando a formar parte de la Asamblea del Estado de Nueva York (1808-1813), del Congreso de EEUU (1815-1817) y desempeñarse como juez de la Corte Suprema de Nueva York (1847-1854).

Los primeros contactos con la desigualdad

Aunque tuvo enormes ventajas materiales, Elizabeth Stanton experimentó en carne propia la discriminación desde muy joven y en más de una ocasión. Por ejemplo, cuando egresó de la Johnstown Academy no pudo estudiar en el Union College, universidad privada de artes liberales (la primera que autorizó la Junta de Regentes del Estado de Nueva York en 1795). El motivo: solo aceptaba alumnos hombres. De hecho, mantuvo este requisito hasta 1970, es decir, 175 años de exclusión femenina.

Elizabeth Stanton ganó una nueva independencia femenina
Así luce en la actualidad el Union College (Cortesía Twitter @Jeff_d_corbin)

Así, pues, tuvo que conformarse entonces con la Emma Willard School (originalmente llamada Troy Female Seminary), de la que se graduó en 1832. Posteriormente, en 1837, Elizabeth Stanton fue admitida por el Oberlin College, convirtiéndose en una de las primeras mujeres estadounidenses en asistir a la universidad.

Pero, quizás, el momento que la marcó con mayor contundencia no fue el machismo institucional sino el personal, procedente de su propio padre. Cuando murió su hermano mayor, Eleazar, escuchó a Daniel Cady lamentarse por el hecho de que ella no era varón. Algunos autores señalan este preciso instante como el catalizador de su trayectoria feminista.

Como la inmensa mayoría de las mujeres de ese tiempo histórico, Elizabeth Stanton se casó tempranamente, en 1840, a la edad de 25 años. El escogido como su esposo fue Henry Stanton, abogado y abolicionista, a quien conoció en casa de su primo Gerrit Smith. Dicho lugar era el epicentro de frecuentes reuniones con activistas e intelectuales en las que discutían sobre temas de interés social, como la libertad de los indios y negros esclavos. En total, tuvieron 6 hijos: David (1842), Henry (1844), Gerrit (1845), Theodore (1851), Margaret (1852), Harriot (1856) y Robert (1859).

El nido que no podía faltar

Poco después del matrimonio, viajaron a Londres para asistir a la Convención Mundial contra la Esclavitud, de la cual Henry Stanton era delegado. Allí conoció a Lucretia Mott, igualmente pionera del sufragio femenino en EEUU y una de las seis delegadas mujeres de ese evento a las que se les impidió ser partícipe del proceso antiabolicionista, obligándolas incluso a sentarse en una zona apartada. Aunque Henry Stanton se pronunció a favor de las mujeres allí presentes, la situación no cambió. Fueron excluidas, una vez más.

Es bien sabido lo que ese encuentro londinense entre Lucretia Mott y Elizabeth Stanton produjo 8 años después: la primera convención anual sobre los derechos de las mujeres en suelo estadounidense. Se llevó a cabo en Seneca Falls, Nueva York, en julio de 1848, con la firma de la llamada Declaración de Sentimientos por parte de 68 mujeres y 32 hombres, de un total de 300 personas. La autora principal del texto fue Elizabeth Stanton, que se inspiró en -y tomó como base- la Declaración de Independencia de EEUU.

En la Declaración de Sentimientos, listó una serie de puntos o “sentimientos” en contra del totalitarismo del hombre:

  1. “En el pacto del matrimonio, ella se ve obligada a prometer obediencia a su esposo, y él se convierte, a todos los efectos, en su amo, la ley que le da poder para privarla de su libertad y administrar el castigo”.
  2. “Él le ha negado las instalaciones para obtener una educación exhaustiva: todas las universidades están cerradas en su contra”.
  3. “Él ha monopolizado casi todos los empleos rentables, y de aquellos a los que se le permite seguir, ella recibe una escasa remuneración”.

Precursora del feminismo moderno

El espíritu de ese emblemático documento resume a la perfección lo que perseguía Elizabeth Stanton: una transformación radical de los derechos de propiedad, educación, oportunidades de empleo, disposiciones de divorcio y derechos de custodia de los hijos. Prácticamente, todo lo que le era vetado a las mujeres tanto en el ámbito público como privado.

En vista de esta amplitud de reclamos, “ella sentó las bases de las tres ramas principales del feminismo que existen en la actualidad: el feminismo liberal, que se centra en las similitudes de las mujeres con los hombres y enfatiza la igualdad; feminismo cultural, que celebra las diferencias de las mujeres con los hombres y aspira a la equidad de género; y dominar el feminismo, que se centra en el poder masculino/sumisión femenina y tiene como objetivo anular todas las formas de jerarquía de género”, según Dorothy Rogers, de la Montclair State University.

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Elizabeth y Susan juntas (Cortesía Encyclopaedia Britannica)

En la Convención de Seneca Falls de 1848 conoció a quien sería su mejor amiga y compañera de lucha, Susan Anthony. Esta amistad se prolongó por más de medio siglo, tal y como lo recordó Anthony en una carta publicada en 1902 en la revista Pearson’s por el 87 cumpleaños de Elizabeth Stanton. Un fragmento reza así: “Han pasado 51 años desde la primera vez que nos conocimos y hemos estado ocupadas con cada uno de ellos, estimulando al mundo a reconocer los derechos de las mujeres”.

En 1854, Elizabeth Stanton fue invitada a la Legislatura de Nueva York. Gracias a su discurso, se aprobó una nueva legislación en 1860, con la cual se le otorgó a las mujeres casadas el derecho a su salario y a la tutela de sus hijos. Es decir, ¡una gran victoria!

La esclavitud como punto de quiebre

Junto con Susan Anthony, se unió al movimiento abolicionista durante la Guerra Civil. En 1863, ambas fundaron la Liga Nacional de Mujeres Leales, que obtuvo más de 400.000 firmas a favor de la emancipación. Si bien en 1865 se abolió la esclavitud en EEUU con la aprobación de la Decimotercera Enmienda a la Constitución, se opusieron a las otras dos enmiendas: la Decimocuarta, que llamó “ciudadanos masculinos” a los votantes; y la Decimoquinta, que permitió el voto sin distingo de “raza, color o condición previa de servidumbre”, dejando por fuera al sexo femenino.

Tal fue su desconcierto, que crearon su propia Asociación Nacional de Sufragio de Mujeres (NWSA) en 1869, de la que fue presidenta Elizabeth Stanton hasta 1890. Ese año, se fusionó con la rival Asociación Americana de Sufragio de Mujeres, para dar paso a la Asociación Nacional Americana del Sufragio de Mujeres (NAWSA).

A pesar del discurso antiesclavista de la adultez, la infancia de Elizabeth Stanton transcurrió entre esclavos. Con ella vivieron 3 sirvientes negros, de nombres Abraham, Peter y Jacob. De hecho, en el condado de Johnstown había 588 afroamericanos esclavizados en 1790, mientras que en 1810 se contabilizaron 712. El 4 de julio de 1827, la esclavitud fue abolida en Nueva York, pero prefirieron celebrar a lo grande un día después, para que su gesta no fuese opacada por la independencia estadounidense.

Obra elocuente y polémica

Elizabeth Stanton ganó una nueva independencia femenina
Sello conmemorativo del centenario de la Convención de Seneca Falls (Cortesía Wikipedia)

Con fluidez para la narrativa, Elizabeth Stanton escribió para varios periódicos feministas, además de ser la autora principal de la Declaración de Derechos de la Mujer, que se presentó en Filadelfia en 1876. Con Susan Anthony y Matilda Joslyn Gage, compiló los primeros 3 de 6 volúmenes de Historia del sufragio femenino. Asimismo, redactó la controversial obra La Biblia de la mujer en dos volúmenes (1895 y1898) y su autobiografía Ochenta años y más (1898).

“Mientras decenas de miles de biblias se publiquen cada año, circulen por todo el globo habitable y la masa en todas las naciones de habla inglesa las venere como Palabra de Dios es inútil minimizar su influencia. Las inclinaciones sentimentales que todos tenemos por aquellas cosas que nos han educado para creer sagradas no ceden fácilmente a la pura razón”.

La Biblia de la mujer

Elizabeth Stanton murió en Nueva York el 26 de octubre de 1902, 18 años antes de la aprobación de la Decimonovena Enmienda a la Constitución de EEUU.

Su legado, sin embargo, está más vivo que nunca. Un Sendero Nacional de Votos para las Mujeres recorre virtualmente EEUU a lo largo de 1.336 sitios, así como 250 marcadores en carretera que cuentan la historia de las líderes sufragistas. Sin dejar de mencionar el Monumento de las Pioneras de los Derechos de la Mujer que se construye en el Central Park de Nueva York, protagonizado por Sojourner Truth, Susan Anthony y Elizabeth Stanton y esculpido por la artista, Meredith Bergmann.

Ninguna de las 23 estatuas de Central Park enaltece a las mujeres: todas son de hombres. Detrás del proyecto -cuya inauguración está prevista para el mes de agosto de 2020- figura Coline Jenkin, tataranieta de Elizabeth Stanton, líder del Fideicomiso Elizabeth Stanton y vicepresidenta de Monumental Women, la organización a cargo de la estatua neoyorquina. Así, todo queda en familia.

Fuentes consultadas

  • Steve Bodnar. “Celebrating the Centennial: Q&A with Coline Jenkins” (27 de febrero de 2020). William G. Pomeroy Foundation: https://www.wgpfoundation.org
  • Katy June-Friesen (Julio/Agosto de 2014, Volumen 35, Número 4). “Old Friends Elizabeth Cady Stanton and Susan B. Anthony Made History Together”. National Endowment for the Humanities: https://www.neh.gov
  • “For Stanton, All Women Were Not Created Equal” (13 de julio de 2011). National Public Radio: https://www.npr.org
  • Dorothy Rogers. “Elizabeth Cady Stanton (1815—1902)”. Internet Encyclopedia of Philosophy: https://www.iep.utm.edu

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