15 minutos. El Congreso de Estados Unidos certificó el lunes al presidente electo Donald Trump como ganador de las elecciones de 2024 en un acto que se desarrolló con total normalidad.
Los legisladores se reunieron bajo estrictas medidas de seguridad y una tormenta de nieve para cumplir con la fecha establecida por ley para certificar la elección.
La vicepresidenta Kamala Harris, presidiendo los procedimientos como es el rol de la oficina, leyó el recuento.
La cámara estalló en aplausos, primero los republicanos por Trump, luego los demócratas por Harris. Esta vez no hubo violencia, protestas.
Un gran momento en la historia
Trump dijo en una publicación en línea el lunes que el Congreso estaba certificando una victoria electoral “GRANDE” y la llamó “UN GRAN MOMENTO EN LA HISTORIA”.
Con pompa y tradición, el día se desarrolló como lo ha hecho innumerables veces antes, con la llegada de cajas ceremoniales de caoba llenas de certificados electorales de los estados. Esas mismas cajas hace cuatro años tuvieron que ser protegidas mientras la turba de Trump asaltaba el edificio.
Los senadores caminaron por el Capitolio, que hace cuatro años se había llenado de alborotadores errantes, algunos defecando y llamando amenazantemente a los líderes, otros participando en combates cuerpo a cuerpo con la policía, para comenzar a certificar el voto.
Harris presidió el recuento, como es el requisito para el vicepresidente, y certificó su propia derrota, de la misma manera que el demócrata Al Gore lo hizo en 2001 y el republicano Richard Nixon en 1961.