15 minutos. Al mejor estilo de El Gran Hermano, Donald Trump, sorprendió a los presentes en el sorteo del Mundial de Clubes que se realizará en Estados Unidos en 2025.
El capo de la FIFA, Gianni Infantino, como el astuto maestro que es de las relaciones públicas, invitó a Trump a participar como orador en el sorteo.
Luego de unas palabras de Infantino, la silueta de Trump apareció de pronto en las pantallas gigantes del escenario como aquel hombre magnánimo que todo lo ve.
Luciendo una inusual corbata amarilla y delante de una egocéntrica pared de su mansión de Palm Beach, Trump se disculpó por no haber podido asistir en persona al evento -su hija Ivanka sí estuvo-, pero dijo que iba a estar muy atento al sorteo.
También dijo que se sentía “honrado” de que la competición se realice en su país y puso a su hijo como ejemplo de cómo el fútbol (soccer para los estadounidenses) a conquistado el corazón de ese país.
“Mi hijo Barron es un gran fanático del fútbol. De hecho, es un buen jugador, aunque no a ese nivel, pero sí muy bueno. Ama el fútbol”, dijo Trump.
Los dos somos presidentes
Trump vaticinó que el mundial será “increíble” y prometió que hará todo lo posible por asistir. “Intentaré estar ahí, si puedo; me encantaría” (…) “Va a ser un evento fantástico, ¡disfrutad! Sed todos bienvenidos”, dijo.
También se refirió a la Copa del Mundo 2026 que se jugará en EEUU, Canadá y México. “Vamos a estar viendo el Mundial muy pronto, lo cual también es muy importante. Tuve un papel importante, junto con Gianni, para lograr que esto sucediera, y será algo fantástico”.
En 2018 Trump recibió a Infantino en la Casa Blanca para hablar sobre el Mundial 2026 y la química entre ambos fue instantánea.
Trump devolvió el gesto a Infantino lanzándole algunas flores. “Están liderados (FIFA) por un hombre llamado Gianni… Es un ganador, es el presidente, y yo también soy presidente, y nos conocemos desde hace mucho tiempo”.
El presidente se refirió siempre a Infantino como Gianni: “yo solo lo conozco como Gianni”, seguramente para no enredarse pronunciando su apellido.