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Su estilo de vida, donde imperaban el alcoholismo, la desnutrición, la falta de sueño y el agotamiento mental, pudo estar muy relacionado al "delirio tembloroso"
Dichas manifestaciones comenzaron a evidenciarse muy pronto en la vida de Van Gogh (EFE/ Imane Rachidi)
2 de noviembre de 2020 6:07 PM | Con información de EFE
15 minutos. El artista neerlandés Vincent van Gogh experimentó trastornos psiquiátricos y al parecer tuvo que abandonar intempestivamente el consumo de alcohol durante su hospitalización, a la que fue sometido tras cortarse la oreja izquierda, asegura un estudio publicado este lunes por el Hospital Universitario de Groninga.
Los investigadores apuntan que este pintor impresionista habría experimentado, en dos ocasiones, el llamado "delirio tembloroso" que lo condujo a un psiquiátrico.
En dicho estudio psiquiátrico, los investigadores del Hospital Médico Universitario (UMCG) proponen que Van Gogh luchó contra una mezcla de trastornos psiquiátricos o comorbilidad.
Concluyeron eso luego de haber estudiado aproximadamente 902 cartas, escritas por el artista, informes médicos conocidos y entrevistas con expertos en la vida de Van Gogh,
En sus cartas, mencionaría varias veces una sintomatología coincidente con el trastorno bipolar, experimentó alteraciones anímicas y un posible Trastorno Límite de la Personalidad (TLP).
Estos síntomas se agravaron por su adicción al alcohol y la desnutrición.
Puede que uno de estos quiebres haya tenido lugar el 23 de diciembre de 1888, cuando discutió con su colega, el pintor francés Paul Gauguin. La tensión llegó a tal punto que acabaría por cortarse la oreja.
Según los investigadores, se trata de la primera investigación psiquiátrica extensa sobre Van Gogh, cuyo fallecimiento sobrevino dos años más tarde, el 29 de julio de 1890, incentivado por las heridas que él mismo ocasionó al intentar suicidarse.
Esta última aseveración es una de las teorías más aceptadas sobre la muerte del pintor.
El profesor emérito de psiquiatría Willem Nolen matiza que nadie puede afirmar los trastornos que sufría Van Gogh "con certeza absoluta", pero subraya que en general, las conclusiones de este análisis "son muy probables".
Como resultado, la condición psicológica del artista "empeoró todavía más". Van Gogh sufrió varios episodios depresivos graves de los que nunca pudo recuperarse.
Se barajan muchas teorías sobre los trastornos psiquiátricos del artista. Sin embargo, Nolan opina que se basan en argumentos limitados sin considerar otras informaciones.
Los investigadores del UMCG desacreditan así otros diagnósticos sugeridos hasta la fecha. Consideran "muy poco probable" que Van Gogh padeciera esquizofrenia, una de las enfermedades metabólicas conocidas como porfirias, o una intoxicación por monóxido carbónico.
Aunque no descartan la epilepsia, han dicho que "no presenta convulsiones clásicas, sino un trastorno del comportamiento basado en la actividad epiléptica en las partes más profundas del cerebro".
Lo que hoy se llama epilepsia focal, cuyos ataques generan "manifestaciones extremadamente variables de ansiedad, delirios y alucinaciones".
En el caso de Van Gogh, esto podría haber sido causado por daño cerebral resultante de su estilo de vida, como por su abuso de alcohol, desnutrición, falta de sueño y agotamiento mental.
"No pudimos hablar con el paciente en persona. Esto significa cada conclusión tiene que tomarse de forma precavida. Aunque las cartas de Van Gogh contienen mucha información, recordemos que no se las escribió a un médico, sino a su hermano Theo y otros familiares y conocidos para informarlos o tranquilizarlos", aseguran.
"Puede ser que estuviera minimizando o embelleciendo ciertos detalles", advierte Nolen.
"Investigamos todos los posibles síntomas mentales usando entrevistas diagnósticas estructuradas", explica el Hospital en un comunicado.
Se basaron en "tres historiadores del arte", solventes conocedores de Van Gogh y su correspondencia (902 cartas, incluyendo 820 que le envió a su hermano Theo). Y también por información de doctores suyos.
En enero, el Museo Van Gogh de Ámsterdam confirmó la originalidad de un autorretrato suyo, elaborado en 1889, donde a juicio del investigador Louis van Tilborgh, "vemos a un hombre muy nervioso, que mira de reojo, con la mirada típica de un paciente deprimido".
