La nutrición emocional, que tiene en cuenta lo que comemos y cómo nos afectan nuestros pensamientos y emociones al alimentarnos, permite conseguir cambios positivos en nuestra autoestima y apariencia
12 de enero de 2021 4:08 PM | María Jesús Ribas (EFE)
15 minutos. Las dietas y el ejercicio son la solución a la que recurren muchas personas para solucionar sus problemas de peso corporal y falta de autoestima que les provoca no aceptar su propio cuerpo, pero ¿por qué no la llevan a la práctica?
Si fuera tan sencillo adelgazar ejercitándose más y siguiendo una dieta, ¿por qué tienden a aumentar los casos de sobrepeso y obesidad?
Para Fran Sabal, licenciada en Nutrición y Dietética por la Universidad de Valparaíso (Chile) y experta en gestión emocional, "las dietas y el ejercicio funcionan en el nivel de la acción, generando cambios a corto plazo, pero para cambiar tenemos que ir a nuestros pensamientos y emociones que están en la base de nuestras acciones".
Sabal dirige la Escuela de Nutrición Emocional y es autora del libro Nutrición emocional (2020). Además, posee un máster en Programación Neurolinguística (PNL).
"¡No somos una calculadora ni todo se resume en un cálculo de cuántas calorías comemos y gastamos!", señaló Sabal.
"Convencionalmente entendemos la nutrición solo como algo físico. Efectivamente, es fundamental nutrir nuestro cuerpo, pero ¿qué pasa con nuestros pensamientos y emociones? ¿Cómo los estamos nutriendo? ¿Con qué ideas y creencias nos estamos alimentando? ¿Cómo nos hacen sentir?", reflexiona la nutricionista.
"Si no complementamos una pauta alimentaria y rutina de actividad física, interviniendo a un nivel más profundo, los resultados, en la mayoría de los casos, son insostenibles en el tiempo, volviéndose a recuperar el peso perdido" pese a la dieta, señaló.
"La nutrición emocional va más allá, ya que además de trabajar la parte física, trabaja la parte mental y emocional. No somos simplemente un cuerpo ni una talla ni un número en una balanza", según esta experta chilena afincada en España.
Para lograr cambios profundos y resultados a corto, medio y largo plazo en nuestro peso sin hacer dietas, más allá de ser conscientes de qué estamos comiendo, "necesitamos entender nuestra relación con la comida, descubrir qué es lo que nos lleva a comer de una manera determinada; y aprender a observar, conocer, aceptar y nutrir nuestro interior", apuntó.
Para Sabal, "pocas veces nos detenemos a observar cómo nos estamos sintiendo al elegir nuestros alimentos, algo que podemos indagar planteándonos preguntas tan sencillas como: ¿qué estoy pensando antes de comer?, ¿qué me digo a mí mismo?, ¿cómo me siento al alimentarme?, ¿estoy acudiendo a la comida para nutrirme o para anestesiar alguna emoción?
Otras "preguntas a nosotros mismos", que según Sabal pueden ayudarnos a tomar consciencia de nuestros pensamientos y emociones en torno a la comida, son: ¿qué pienso sobre mí?, ¿cómo me hablo y me trato?, ¿cuáles son mis sensaciones al mirarme al espejo?, ¿cómo me siento con mi vida?, ¿en qué áreas necesito poner más atención?, ¿qué heridas necesito sanar?
"Por lo general, vivimos en piloto automático, por lo que detenernos, observarnos y tomar consciencia, nos ayudará a tomar mejores decisiones", enfatizó.
"Nuestro peso y la forma en la que nos alimentamos no es más que un síntoma que esconde una causa más profunda siendo, a la vez, una gran oportunidad de aprendizaje y superación", dijo.
"Para conseguir un peso saludable sin dietas es fundamental aprender lo básico de nutrición ('lo que comemos'), lo cual equivale a unos cimientos sólidos para construir una casa", señaló Sabal, quien describe los primeros 3 pasos para lograrlo:
Según Sabal, también es importante observar y controlar la forma en que estamos comiendo. En este sentido, recomienda: