"La Historia nunca se repite totalmente, pero pueden verse tendencias en uno de estos hechos también en el otro", explicó el historiador Cédric Cotter
En 1918 muchos alegaron que el uso obligatorio de mascarillas para prevenir la gripe iba contra sus libertades personales (Christophe Petit Tesson/EFE)
3 de mayo de 2020 12:08 PM | Por Antonio Broto, EFE
15 minutos. Hace un siglo la humanidad se enfrentó a otra mortal pandemia, la de la gripe de 1918, donde gobiernos y sociedades cometieron errores que desgraciadamente se repitieron en la actual crisis sanitaria por la COVID-19, reflexiona el historiador Cédric Cotter.
La conocida como "gripe española" afectó a un tercio de la humanidad y mató a 100 millones de personas. Según Cotter, investigador para el Comité Internacional de la Cruz Roja, esta guarda paralelismos con la situación actual que deben tenerse en cuenta.
"La Historia nunca se repite totalmente, pero pueden verse tendencias en uno de estos hechos también en el otro", explica. Además, pone como ejemplo el uso político que entonces se hizo de la pandemia para culpar y estigmatizar a países rivales o enemigos.
Si en 2020 políticos como el presidente estadounidense Donald Trump intentaron popularizar el término "virus chino" para referirse a la COVID-19, en 1918 se llegó a apodar a la epidemia con términos como "enfermedad bolchevique", "virus francés" o "plaga alemana".
"Es parte de los humanos culpar al otro de lo que nos ocurre, pero cuando se hace con fines políticos sólo alimenta el odio", subrayó.
Finalmente triunfó el apodo de "gripe española", hoy usado incluso por la Organización Mundial de la Salud (OMS), penalizando precisamente a uno de los países que mostró más transparencia hacia la epidemia, por su condición neutral en la Primera Guerra Mundial.
"La enfermedad no se originó en España. Sin embargo, como su prensa podía informar de ella, mucha gente lo pensó erróneamente, ya que otros países no reportaron sus casos por la censura en tiempos de guerra", explica.
Esa censura sugiere otro paralelismo entre la gripe de 1918 y el coronavirus de 2020. En ambos casos hubo un pulso entre la marea de rumores falsos, por un lado, y los esfuerzos a veces excesivos de las autoridades por controlar el flujo de información relativa a la salud pública.
Respecto a los rumores, Cotter subraya que "las 'fake news' son tan viejas como la humanidad. El historiador recuerda que en 1918 circularon entre las potencias como Rusia y EEUU ideas de que los alemanes desarrollaron la enfermedad como arma biológica.
Entretanto, en tierras germanas "se decía que el virus era un invento del gobierno, y que los muertos no eran por gripe sino por desnutrición".
Los rumores de ayer y de hoy (en 2020 multiplicados por el poder de las redes sociales) se intentaron en ocasiones detener con la censura. Sin embargo, Cotter recuerda que este método "no es el mejor, porque la gente intentará buscar información donde sea".
"Lo que hace falta es que las autoridades sean transparentes a la hora de explicar por qué toman las medidas. Así la gente las sigue y no intentan buscar respuesta en otras fuentes de información", subraya.
El historiador ve otras similitudes entre dos epidemias con un siglo de diferencia, como las protestas ciudadanas que entonces y ahora se produjeron en Estados Unidos en protesta contra las medidas de prevención.
En el EEUU de 1918 "algunos alegaron que el uso obligatorio de mascarillas iba contra la constitución y sus libertades personales". Debido a esto hubo manifestaciones y posteriores detenciones.
Aquella gripe atacó en tres oleadas (una en primavera de 1918, la segunda y más mortal en otoño de ese año, y una tercera en la primavera de 1919), lo que debería servir para recordar al mundo actual que tendrá que seguir alerta tras la retirada del coronavirus.
"Se observó entonces que en las ciudades que detuvieron sus medidas demasiado pronto hubo nuevas oleadas de gripe", alertó Cotter.
La gripe de 1918, que afectó a personalidades como el rey español Alfonso XIII, el presidente estadounidense Woodrow Wilson o el káiser alemán Guillermo II, proliferó en un mundo ya devastado por la guerra. Por ello Cotter lanza un último mensaje sobre la relación de la actual pandemia y los conflictos.
"No me quiero arriesgar a predecir si esta pandemia producirá más conflictos. Lo que sí puede causar son estragos en países que, como la Europa de 1918, ya estén destrozados por la guerra, como Siria", concluye.
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