15 minutos. El avión de Azerbaijan Airlines que se estrelló el 25 de diciembre en el oeste de Kazajistán, matando a 38 personas, tiene en su cubierta marcas similares a los daños causados por un misil.
La aeronave volaba de la capital de Azerbaiyán, Bakú, a la ciudad rusa de Grozni, en Chechenia.
Por alguna razón, el avión tuvo que girar hacia el este y cruzar el mar, emitiendo una señal de socorro sobre el Mar Caspio.
El vuelo habría sido derribado por un sistema de defensa aérea ruso, según cuatro fuentes con conocimiento de la investigación en curso, citadas por la agencia de noticias Reuters.
Flightradar24 declaró en una publicación en redes sociales que la aeronave fue “expuesta a interferencias y suplantaciones de GPS cerca de Grozny”. La interferencia de GPS puede obstaculizar significativamente la capacidad de un avión para navegar y comunicarse, dijo Flightradar24, creando riesgos potenciales para la seguridad.
EEUU y Ucrania afirman que fue un ataque ruso
Si las primeras indicaciones se confirman, podría ser un caso de identidad equivocada, dijo el funcionario estadounidense, donde unidades rusas mal entrenadas han disparado de manera negligente contra el uso de drones por parte de Ucrania.
Esa versión es compartida por Andriy Kovalenko, el jefe del Centro de Contraataques de Desinformación de Ucrania, quien dijo en las redes sociales que el avión fue “derribado por un sistema de defensa aérea ruso”.
Los rusos han negado su vinculación en el accidente. Por su parte, funcionarios de Azerbaiyán y Kazajstán, países que están bajo la influencia del Kremlin, han dicho que hay que esperar los resultados de las investigaciones.
No es la primera vez que ocurre algo como esto. En 2014, un vuelo comercial de Malaysia Airlines que volaba de Ámsterdam a Kuala Lumpur se estrelló y las 298 personas a bordo murieron. A pesar de que una investigación determinó que el avión fue derribado por un misil disparado por rebeldes prorrusos, ni estos ni el régimen ruso aceptaron su responsabilidad por el hecho.