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Colombiano D'Angelo presentó colección inspirada en Cien Años de Soledad

La propuesta Los viudos de Macondo gira en torno a vestidos, faldas y monos para mujeres, así como de pantalones, chaquetas, abrigos y guantes, a tono con la época

Se caracterizan por transparencias, escotes y hasta bikinis en las piezas para la mujer y por chaquetas y abrigos de hombres a las que falta una manga, con tamaños "oversize"(EFE/ Ruth Hernandez)

15 minutos. La novela Cien años de soledad, del escritor colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014), y su realismo mágico, inspiraron la colección otoño-invierno para mujer y hombres que el diseñador Edwing D'Angelo presentó en el marco de la Semana de la Moda en Nueva York.

La propuesta que el modisto, también colombiano, llamó Los viudos de Macondo, gira en torno a vestidos, faldas y monos para mujeres, así como de pantalones, chaquetas, abrigos y guantes, a tono con la época.

Se caracterizan por transparencias, escotes y hasta bikinis en las piezas para la mujer y por chaquetas y abrigos de hombres a las que falta una manga, con tamaños "oversize".

Su colección, que asegura es "vanguardista", está más dirigida a los jóvenes.

"Cuando leí Cien años de soledad de niño en Colombia me transportó a un mundo que me acompaña hasta el día de hoy. Los personajes los recuerdo muy bien. Al llegar aquí (Nueva York) también la leí en inglés y siempre me ha dado un sentido de optimismo pero también de pesimismo", comentó a EFE poco antes del desfile.

Aseguró que hace mucho tiempo planeó esta colección, que nace de la influencia de la novela tanto en las letras hispanas como en la literatura contemporánea.

Según D'Angelo, tras ver la película Encanto, que llegó en 2021 a los cines, filmada en Colombia, decidió trabajar en la propuesta y llevar a la pasarela los hombres y mujeres, los viudos de Macondo, el lugar ficticio donde se desarrolla la novela del premio Nobel colombiano.

Mujeres y hombres desfilaron con el negro como único protagonista con un maquillaje que simulaba lágrimas negras en sus rostros.

Las mujeres, unas viudas sensuales y atrevidas, algunas vestidas más para ir a una fiesta que a un funeral, lucieron monos de encajes transparentes con una manga, escote y una larga cola en volantes, vestidos cortos de falda acampanada en charol, o en encaje de algodón que termina en un volante.

Destacó un conjunto de falda y blusa tipo bustier, muy ceñido al cuerpo con velo largo que cubría su cuerpo mientras que otra "viuda" optó por un vestido veraniego corto y un volante "oversize" sobre los hombros.

Sus vestidos, dice, son reveladores, "con líneas muy sensuales". A los hombres les vistió con pantalones de pata ancha, falta de tabletas, abrigos cortos o sobre el tobillo, algunos con una sola manga.

"En ese sentido juego con el realismo mágico" dijo al explicar que la pieza que le falta puede ser sustituida por una falsa manga (están en el mercado y algunas incluso con tatuajes) "una tendencia ahora de moda", aseguró.

El colombiano, que nació en Buenaventura y llegó a Nueva york a los 13 años, explica que optó por transparencias, escotes y vestidos veraniegos porque los jóvenes a los que dirige sus creaciones usan este tipo de ropa todo el año porque en invierno se protegen con el abrigo.

"Esta colección es un homenaje al realismo mágico, que marcó mi creatividad", sobre Cien años de soledad afirmó.

El colombiano presentó su colección en su atelier, en el emblemático vecindario de Harlem, en el Boulevard Adam Clayton, que lleva el nombre del congresista que representó este vecindario entre el 1945 y 1971.

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