15 minutos. Venezuela y España no se ponen de acuerdo sobre el exilio del opositor venezolano Edmundo González Urrutia en territorio español, donde recibirá asilo político.
La vicepresidenta de Venezuela Delcy Rodríguez contradijo al ministro español de Exteriores José Manuel Albares. Según la funcionaria chavista, hubo “amplias conversaciones y contactos” para garantizar la salida de González a España.
“La falsaria no es buena consejera. Amplias conversaciones y contactos tuvieron lugar para operativizar la partida del opositor González Urrutia del país con las plenas garantías que ofrece un salvoconducto, producto del acuerdo entre ambos gobiernos. Es un hecho comunicacional el aterrizaje de una aeronave de la Fuerza Área española con autorización de las autoridades aeronáuticas de Venezuela”, dijo en su canal de Telegram.
Albares, por su parte, afirmó que “no ha habido ningún tipo de negociación política entre el Gobierno de España y el Gobierno de Venezuela”. Supuestamente, la solicitud de asilo político fue una decisión “personal” de González Urrutia. “El Gobierno de España no da ninguna contrapartida para que se haya podido producir esa salida de Edmundo González”, insistió en TVE.
“Su vida corría peligro”
Tras su llegada a Madrid, el excandidato presidencial de la oposición venezolana aseguró que recibió “presiones, coacciones y amenazas”. “Quería informarles que hoy en horas de la mañana llegué a Madrid. Mi salida a Caracas estuvo rodeada de episodios de presiones, coacciones y amenazas de no permitir mi salida”, sostuvo en un mensaje de audio grabado.
González Urrutia aprovechó para manifestar su agradecimiento por las “expresiones de solidaridad recibida de muchos de ustedes”. “Confío que próximamente continuaremos la lucha por lograr la libertad y la recuperación de la democracia en Venezuela. Un abrazo fuerte para todos”.
Entretanto, María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, escribió en sus redes sociales que, “a partir de nuestra histórica victoria del 28 de julio de 2024, el régimen desató una brutal ola de represión en contra de todos los ciudadanos, calificada como terrorismo de Estado por la CIDH, la cual incluyó todo tipo de ataques contra el Presidente electo y su entorno“.
“Su vida corría peligro, y las crecientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión e incluso los intentos de chantaje y de coacción de los que ha sido objeto, demuestran que el régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión de silenciarlo e intentar doblegarlo. Ante esta brutal realidad, es necesario para nuestra causa preservar su libertad, su integridad y su vida”, agregó.