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Robot japonés, la mascota de niños con cáncer en Uruguay

Es un robot terapéutico que, según su creador, el japonés Takanori Shibata, los ayudará a paliar el dolor durante el tratamiento

El profesor japonés, Takanori Shibata, entrega una de sus focas robot terapéuticas PARO a un niño con cáncer de la Fundación Pérez Scremini (Alejandro Prieto/ EFE)

15 minutos. Los niños enfermos de cáncer que se tratan en la Fundación Pérez Scremini de Montevideo, en Uruguay, contarán con una nueva mascota: la foca PARO, un robot japonés.

PARO es un robot terapéutico que, según su creador, Takanori Shibata, ayudará a los niños a paliar el dolor causado por el tratamiento oncológico.

Shibata es profesor en el National Institute of Advanced Industrial Science and Technology (AIST) en Japón. A su juicio, PARO surgió a partir de su interés por desarrollar un robot personal que colaborara con las personas en el día a día.

Este jueves PARO, la mascota, fue donada al centro hospitalario.

Las mascotas brindan beneficios psicológicos, fisiológicos y sociales a los humanos.

"La interacción con los animales alegra y motiva a la gente; en lo fisiológico reduce el estrés y es buena para la rehabilitación. El beneficio social que tiene es que conecta a la gente y promueve la comunicación", expresó Shibata.

Como los animales no son admitidos en hospitales o geriátricos por alergias o miedo a rasguños y mordeduras, Shibata decidió hacer un robot que ocupa ese rol y ayudara a quienes atraviesan momentos difíciles.

Para paliar efectos secundarios

En el año 2018, el profesor recorrió, junto al embajador de Japón en Uruguay, Tatsuhiro Shindo, diversos hospitales del país sudamericano.

Para el experto, la donación de un PARO a la Fundación -única en Uruguay dedicada a tratar el cáncer infantil con tasas de curación del 80 por ciento- servirá para paliar los efectos secundarios de tratamientos como la quimioterapia.

"Como PARO no tiene ningún efecto secundario, se puede combinar la quimioterapia con la interacción con él. Esperamos que PARO sea usado por los niños antes del tratamiento para reducir la ansiedad y el dolor", indicó.

Adicionalmente, resaltó que el robot peludo y de apariencia amigable tiene muchos tipos de sensores en su cuerpo y puede aprender un nuevo nombre, entre otras funciones inteligentes.

"Todo su cuerpo está cubierto por sensores táctiles. Tiene tres micrófonos para reconocimiento de voz y localización del sonido, así que reconoce algunas palabras y si hablas reconoce la dirección del sonido", precisó.

Tambióen posee control de temperatura, así como inteligencia artificial. De allí que pueda generar su comportamiento de forma autónoma, puntualizó.

Nuevo amigo

PARO ha sido usado en más de 30 países. Tiene un costo de unos 6000 dólares.

El presidente de la Fundación Pérez Scremini, Horacio Fernández Ameglio, celebró la donación y opinó que será un nuevo amigo para los niños del centro.

"Tiene una tecnología que le permite reconocer al niño, reconoce la voz, lo estimula, pueden jugar con él, contarle sus problemas, sus dolores (...) No habla pero sí le transmite sensaciones y sobre todo amistad, lo cual es muy importante para los chicos que están sufriendo en esos momentos", concluyó.

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