Cho Ju-bin, señalado de operar una trama conocida como Sala N, fue trasladado a la Fiscalía donde se le investigará por múltiples cargos
Al menos 74 mujeres, 16 de ellas menores, fueron víctimas de la "Sala N (Yonhap/EFE)
25 de marzo de 2020 12:32 PM | Por EFE
15 minutos. El sospechoso de operar una trama "online" de torturas y abusos sexuales a decenas de mujeres en Corea del Sur se definió este miércoles a sí mismo como "un diablo sin freno" después de que la policía anunciara que transfiere la investigación del caso a la Fiscalía.
Al menos 74 mujeres, 16 de ellas menores, fueron víctimas de esta trama, conocida como "Nth room" o "Sala N". El nombre asignado a esta red se debe a las salas de chat en la aplicación de mensajería Telegram (llamadas Sala N1, Sala N2…) empleadas para difundir videos de los mencionados abusos a miles de usuarios que pagaron por verlos.
"Gracias por poner freno a la vida de un diablo sin freno", dijo Cho Ju-bin, de 24 años, al salir, esposado y escoltado por policías de la comisaría del distrito de Jongno en Seúl.
A las afueras lo esperaba una multitud formada por periodistas y también por personas que le increparon y pidieron la condena más dura posible.
Cho, que lucía un collarín y un vendaje en la cabeza, fue trasladado a la oficina de la Fiscalía del Distrito Central de Seúl. Esta lo investigará por múltiples cargos, incluyendo la vulneración de la ley para la protección de menores contra delitos sexuales.
La policía cree que los operadores de la trama primero accedían a datos personales de las víctimas a través de distintos métodos para luego amenazar con difundir dicha información si no enviaban fotos de ellas desnudas.
Una vez que las víctimas enviaban esas imágenes, los operadores de la red supuestamente amenazaban con difundir dicho material si las mujeres no accedían a grabarse en video autolesionándose o realizando actos sexuales.
El caso generó una tremenda indignación en Corea del Sur. Varias peticiones "online" a la oficina presidencial pidieron el máximo castigo y la difusión de los nombres de todos los participantes de la trama. Estas también pedían castigo contra los usuarios de los chat que se cree que llegaron a pagar hasta 1,5 millones de wones (1.200 dólares/1.100 euros) por ver los videos.
La policía detuvo de momento a 126 personas relacionadas con el caso. Se cree que puede haber unos 260.000 personas que pagaron para visionar los contenidos.
No es la primera trama de este tipo en Corea del Sur. En los últimos años las mujeres subrayaron su hartazgo con los repetidos casos de "molka", videos de contenido íntimo o sexual difundidos por Internet
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, pidió investigar a fondo la trama. Por su parte, el Ministerio de Justicia reconoció que este caso es "un desastre derivado de la tibia respuesta dada a los crímenes sexuales en la esfera digital".