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Juan Carlos I, de salvador de la democracia a expatriado 40 años después

El 23 de febrero de 1981 ha pasado a la historia de España como la prueba más difícil de la entonces recién estrenada democracia

Luego de 40 años persisten teorías de que Juan Carlos tuvo complicidad con los golpistas (Wikipedia)

15 minutos. El 40 aniversario el martes del intento de golpe de Estado contra la joven democracia española tras la dictadura de Francisco Franco tendrá entre sus protagonistas al rey emérito, Juan Carlos I, por haber sido quien desactivó el asalto militar pero también por su actual alejamiento de España mientras es investigado por presuntos negocios ocultos.

El 23 de febrero de 1981 ha pasado a la historia de España como la prueba más difícil de la entonces recién estrenada democracia. Pero su fracaso sirvió también para su consolidación definitiva tras casi cuarenta años de régimen totalitario.

Si hace una década, aún como rey en activo, Juan Carlos I acudió al Congreso español de los Diputados al acto del 30 aniversario del triunfo de la democracia sobre la asonada militar, ahora lo vivirá en Abu Dabi donde reside desde hace seis meses para evitar dañar la imagen de la monarquía y por tanto la de su hijo, el actual monarca, Felipe VI.

El rey emérito tiene abiertas en España varias investigaciones judiciales relacionadas con el supuesto cobro de comisiones ilegales, blanqueo de capitales y delitos fiscales. En junio de 2014 abdicó a favor de su hijo y desde ese momento perdió su inmunidad como jefe de Estado.

Pieza decisiva para la democracia

Pese de todo, muchos españoles siguen considerando a Juan Carlos de Borbón, de 83 años, una pieza decisiva del fracaso del golpe.

En la hemeroteca audiovisual queda su mensaje televisado, con el que neutralizó la intentona siete horas después de que un teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, entrara al Congreso español pistola en mano cuando se votaba la investidura del centrista Leopoldo Calvo Sotelo como nuevo presidente del Gobierno de España en sustitución de Adolfo Suárez.

"He ordenado a las autoridades civiles y a la Junta de Jefes del Estado Mayor que tomen las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente", fue la instrucción que dictó el rey español, vestido con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra para dar más fuerza a su mandato.

Sin embargo a lo largo de estos 40 años han persistido algunas teorías sobre si Juan Carlos I pudo tener más o menos complicidad con los golpistas, aunque "no puede probarse el que él estuviera al tanto" de la operación, asegura a EFE el profesor de Historia Contemporánea de la Extremadura (UEX) Alfonso Pinilla.

Al rey emérito hay que juzgarle "en función de las circunstancias históricas y de su actuación en cada momento", dice Pinilla. Agrega que las posibles irregularidades conocidas en los últimos meses que "no deben empañar" su papel.

"Buen político y un hombre vulgar"

Para el periodista José Antonio Zarzalejos, el caso de Juan Carlos I no es el único de un "gran estadista" con "conductas totalmente inadecuadas".

"Es la naturaleza humana, que es capaz de desdoblarse. En el caso de Juan Carlos I, es el típico caso de desdoblamiento: un buen político y un hombre vulgar", reflexiona en una entrevista con EFE el periodista, que atribuye un "enorme mérito" al papel que el monarca desempeñó en la transición entre la dictadura y la democracia en España y en el intento del golpe de Estado.

Por su parte, el exministro Rafael Arias Salgado sostiene que el golpe legitimó la conducta de Juan Carlos I en la defensa de la democracia.

"De él sólo tendré presente su acción política, su gestión institucional, el que fue un motor del cambio. Pasará a la historia por eso. Lo demás, cada uno es libre de juzgarlo, pero no estará en los libros de historia", señala a EFE.

El histórico dirigente socialista Alfonso Guerra, asegura con rotundidad que las sospechas lanzadas son fruto de la "malevolencia".

"Mezclar sus asuntos financieros con el servicio a España y a la democracia es utilizar un bulo lanzado entonces por los golpistas", concluye Guerra.

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