15 minutos. Decenas de personas, principalmente mujeres y niños, murieron en el oeste de Afganistán por la explosión de una bomba colocada por los talibanes, según las autoridades.
El dispositivo explotó al paso del autobús en el que viajaban, al día siguiente de la publicación de un informe de la ONU en el que se refiere a las víctimas civiles de este conflicto.
“Estaba oscuro y el autobús fue destrozado por la explosión de una bomba. Hubo muchos muertos y heridos”, dijo Ali Juma, un pasajero de 40 años, hospitalizado.
La unidad circulaba por carretera desde Kandahar y se dirigía hacia Herat, cuando se produjo la explosión, hacia las 06:00 locales (01:30 GMT).
Un portavoz de la policía provincial, Muhibulá Muhib, asegura que la bomba la colocaron los talibanes “junto a la calzada”.
El explosivo tenía como objetivo a vehículos de las fuerzas de seguridad.
Convoyes militares han sido atacados con minas artesanales similares, pero, en ocasiones matan o hieren a civiles inocentes.
La semana pasada, un vehículo en el que viajaba una familia sufrió la explosión de una mina colocada junto a la ruta en Nangarhar. Murieron nueve personas, seis mujeres y tres niños.
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El jefe de Urgencias del hospital de Herat, Ebrahim Mohamadi, indicó que 34 pasajeros del autobús murieron y otros 17 resultaron heridos, advirtiendo que este balance podría empeorar.
El portavoz de la presidencia afgana, Sediq Sediqqi, confirmó este balance, atribuyendo el ataque a los talibanes.
Nasrat Rahimi, portavoz del ministerio del Interior, calificó la explosión como un “acto de barbarie perpetrado por terroristas”.