15 minutos. El Papa aseguró que “las 50 personas más ricas del mundo podrían salvar millones de vidas cada año”. Durante su discurso a los participantes en el encuentro ‘Nuevas formas de fraternidad solidaria, inclusión, integración e innovación’.
El Pontífice denunció que, cada año, cientos de miles de millones de dólares, que deberían pagarse en “impuestos para financiar la atención médica y la educación, se acumulan en cuentas de paraísos fiscales”, mientras que son “las personas empobrecidas en países muy endeudados” las que soportan “cargas impositivas abrumadoras”, a medida que sus gobiernos pagan deudas contraídas “insensible e insosteniblemente”.
En su discurso, subrayó que “la pobreza ha propiciado que millones de personas sean víctimas de la trata y de las nuevas formas de esclavitud”.
Pobreza extrema
“Según informes oficiales el ingreso mundial de este año será de casi 12,000 dólares por cápita. Sin embargo, cientos de millones de personas aún están sumidas en la pobreza extrema. Carecen de alimentos, vivienda, atención médica, escuelas, electricidad, agua potable y servicios de saneamiento adecuados e indispensables”, señaló Francisco ante los participantes del encuentro organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales en el Vaticano.
Asimismo, señaló que se calcula que aproximadamente cinco millones de niños menores de 5 años este año morirán a causa de la pobreza” mientras que “otros 260 millones carecerán de educación debido a falta de recursos, las guerras y las migraciones”.
Para el Pontífice, estas situaciones “han propiciado que millones de personas sean víctimas de la trata y de las nuevas formas de esclavitud, como el trabajo forzado, la prostitución y el tráfico de órganos”.
Problemas solucionables
Sin embargo, para el Papa esto “no debe ser motivo de desesperación, sino de acción”. “Se trata de problemas solucionables y no de ausencia de recursos, porque no existe un determinismo que nos condene a la inequidad universal –dijo–. Esto posibilita una nueva forma de asumir los acontecimientos, que permite encontrar y generar respuestas creativas ante el evitable sufrimiento de tantos inocentes”,
Asimismo, el Papa subrayó que “un mundo rico y una economía vibrante pueden y deben acabar con la pobreza”, ya que “se pueden generar y estimular dinámicas capaces de incluir, alimentar, curar y vestir a los últimos de la sociedad en vez de excluirlos”.
En este sentido, afirmó que “si existe la pobreza extrema en medio de la riqueza (también extrema)” es porque se permitió que la brecha se amplíe hasta convertirse en “la mayor de la historia”.
En la misma línea, insistió en que “las 50 personas más ricas del mundo tienen un patrimonio equivalente a 2,2 billones de dólares”. Cifra que haría posible que, por si solas, “pudieran financiar la atención médica y la educación de cada niño pobre en el mundo, ya sea a través de impuestos, iniciativas filantrópicas o ambos”.
En todo caso, Francisco explicó que la postura de la Iglesia no es estar en contra del dinero, sino de una “globalización de la indiferencia” y de la “idolatría del dinero, la codicia y la especulación”.
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