15 minutos. El jefe de epidemiología del Centro chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, Wu Zunyou, afirmó que el brote de coronavirus detectado el pasado jueves en Pekín “está controlado” gracias a las medidas adoptadas para contenerlo.
“En los próximos días seguiremos viendo nuevos casos confirmados, pero la transmisión del virus está bajo control, con lo que la curva se irá aplanando poco a poco. El brote está controlado”, afirmó Wu en una rueda de prensa en Pekín.
Según el epidemiólogo del Centro chino, este tipo de brotes, como el que ha dejado hasta ahora 158 casos en la capital, eran “de esperar”. Agregó que “podrían haber aparecido en cualquier parte”, pero afortunadamente “Pekín ha actuado rápido para minimizarlo todo lo posible”.
“Esto no quiere decir que a partir de mañana los casos vayan a reducirse drásticamente, la curva irá bajando poco a poco. Habrá nuevas infecciones, pero de forma esporádica”, acotó Wu. Añadió que “el 13 de junio se llegó al pico de transmisiones” en la ciudad.
El experto opinó que el origen de este brote está relacionado con el almacenamiento de mariscos en mercados a baja temperatura y con humedad, tal y como habría sucedido en el mercado de Xinfadi, donde se originó este brote.
“Todavía son necesarias más investigaciones, pero creo que estas condiciones hacen que el virus pueda esconderse y sobrevivir. El año pasado, cuando comenzaron los casos en Wuhan, los expertos sospechamos que los animales salvajes podrían ser la causa. Este nuevo brote en Pekín nos ha hecho volver la mirada atrás: ofrece una nueva dirección a la que mirar para resolver este misterio”, dijo.
Wu añadió que el número de vendedores de marisco supera al de otros puestos en el mercado de Xinfadi. Además, indicó que, de acuerdo con estudios epidemiológicos, estos vendedores presentaron síntomas de COVID-19 “muy pronto”.
Medidas contra la propagación
La capital china aumentó el martes por la noche el nivel de respuesta a emergencias por la COVID-19 en un intento de frenar la propagación del brote. Todavía continúa realizando pruebas a sus residentes, incluyendo los empleados de todos los restaurantes, universidades y mercados de la ciudad.
Además, no podrán abandonar la ciudad personas que hayan dado positivo por COVID-19, contactos cercanos, casos asintomáticos, personas que muestren síntomas, aquellos que hayan tenido contacto con el mercado y residentes en zonas de riesgo alto y medio.
Hasta ahora, sólo el barrio de Huaxiang, donde se encuentra el mercado, se considera de zona de riesgo alto -la única ahora mismo en toda China-. También se declararon 32 áreas de riesgo medio a lo largo de la ciudad.
El subdirector de Seguridad Pública municipal, Pan Xuhong, indicó este jueves que “las restricciones no significan que la ciudad haya quedado sellada”. Aclaró que el objetivo es “impedir que el virus se extienda por la capital o llegue a otras ciudades”.
La subsecretaria general del Gobierno municipal, Chen Bei, anunció el martes que la ciudad pasaba del tercer al segundo nivel de emergencia. Entre otras medidas, esto implica que las comunidades de vecinos vuelven a comprobar la identidad y el estado de salud de los residentes y a tomarles la temperatura.
Aunque el segundo nivel de emergencia no lo incluye, se suspendieron también los vuelos interprovinciales. Más del 60 % de vuelos de entrada y salida fueron cancelados. Asimismo, se cancelarons las clases presenciales y se aconseja a los residentes que trabajen desde casa.