El empresario deposita sus esperanzas en el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, que este mes debe pronunciase sobre su extradición
3 de marzo de 2021 7:50 AM | Pedro Alonso (EFE)
15 minutos. El empresario colombiano Álex Saab, supuesto testaferro del mandatario chavista de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró que "no colaboraría con Estados Unidos (EEUU)" de ser extraditado a ese país por Cabo Verde, donde está detenido a petición de Washington.
El nombre del empresario dio la vuelta al mundo el pasado 12 de junio, cuando fue arrestado, por sorpresa, mientras su avión hacía escala para repostar en el Aeropuerto Internacional Amílcar Cabral de la isla caboverdiana de Sal. A Saab lo detuvieron tras una solicitud de EEUU cursada a través de Interpol por presunto blanqueo de dinero.
"Mi detención ilegal tiene una motivación totalmente política y es patético que el Gobierno de Cabo Verde haya doblado la rodilla ante (…) EEUU", declaró Saab a EFE en una entrevista hecha con cuestionario remitido por escrito desde su cautiverio en Sal, donde solo tiene acceso telefónico a su familia y sus abogados.
El Gobierno y una corte del país africano aprobaron la entrega a EEUU de Saab, de 49 años de edad, nombrado por Venezuela "enviado especial" y "representante permanente adjunto" ante la Unión Africana. Sin embargo, Saab apeló ante el Supremo Tribunal de Justicia de Cabo Verde.
Con todo, el empresario deposita sus esperanzas en el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO). Este mes debe pronunciase sobre su extradición. A finales de 2020 falló a favor de su arresto domiciliario, que las autoridades caboverdianas acataron muy a regañadientes.
"No he cometido ningún delito", dijo Saab, que empezó su carrera en Barranquilla (Colombia) vendiendo llaveros de promoción y hoy guarda relación con varias empresas, entre ellas Group Grand Limited (GGL), acusada de tapar los sobrecostes del programa CLAP del régimen de Maduro para suministrar alimentos a los desfavorecidos.
RESPUESTA: Para ser sincero, nada ha cambiado en realidad. Estoy bajo arresto domiciliario solo de nombre. Estoy vigilado por 50 guardias armados. Mis abogados son registrados cuando vienen y cuando se van. Mis frascos de medicamentos son vaciados, incluso cuando son nuevos y están cerrados. Si salgo al jardín, la Policía Nacional sigue todos mis movimientos con drones. No se me permite el acceso a Internet. Si quiero hablar con mi familia, debo hacerlo con un móvil suministrado y vigilado por la Policía Nacional.
R: En una palabra, no. Cabo Verde sigue negándose a dejarme acceder a los médicos especialistas de mi elección, incluso a costa mía. Con tantos guardias armados a mi alrededor estoy muy estresado. El juego caboverdiano de la tortura psicológica, iniciado en la cárcel, continúa bajo este falso arresto domiciliario. Los guardias están continuamente apuntando sus armas al alcance de mi oído y temo que solo hace falta un error, un error de cálculo por su parte, un dedo picado y quién sabe lo que puede pasar.
R: No estoy seguro de por qué mi ciudadanía tenía que ser "públicamente conocida". No soy un funcionario público, ni deseo ser una figura pública. Nunca he buscado la fama ni el reconocimiento público y tampoco lo hago. Me siento honrado de haberme convertido en ciudadano venezolano y, como he declarado en varias ocasiones, estoy orgulloso de mis raíces de Barranquilla, así como de mi herencia libanesa/palestina. Soy ciudadano tanto venezolano como colombiano.
R: Conocí al presidente Maduro cuando era ministro de Asuntos Exteriores con el presidente (Hugo) Chávez. Comencé a trabajar con departamentos de la República Bolivariana de Venezuela durante la época del presidente Chávez. A partir de la construcción en 2011 de un proyecto de viviendas sociales, he podido demostrar que puedo entregar proyectos importantes a tiempo y dentro del presupuesto (…). La experiencia que adquirí mientras gestionaba y organizaba la logística que implicaba el contrato de viviendas sociales fue reconocida por el Gobierno del presidente Maduro y se nos adjudicó nuestro primer contrato para convertirnos en proveedores del programa de alimentos de bienestar social del Gobierno en 2015.
R: No he hablado con el presidente Maduro, pero estoy encantado de haber recibido, a través de los canales oficiales, un mensaje de apoyo y ánimo que agradezco.
R: Siempre es triste que quien se ha beneficiado tanto de un país, como la exfiscal, se vuelva ahora contra ese mismo país, por lo que solo puedo suponer un error de cálculo político. Es una persona irrelevante y cada vez más busca hacer afirmaciones sin fundamento solo para mantenerse en el candelero.
R: Desde mi imputación y designación en julio de 2019, EEUU no ha presentado ni una sola prueba que sustente las acusaciones que se han hecho. Ni una sola. Las únicas pruebas consisten en insinuaciones y medias verdades que provienen de testigos desacreditados que recibieron a cambio la ciudadanía estadounidense (…). En cuanto a la cifra de 350 millones de dólares, mi equipo de defensa ha reunido una poderosa refutación de las acusaciones y sé que, si llega el momento, podremos desestimarlas con contundencia.
R: El hecho es que Cabo Verde no podía ni debía detenerme. Yo era (y sigo siendo) un enviado especial de la República Bolivariana que realizaba una misión especial humanitaria para adquirir alimentos básicos, medicinas y equipos médicos muy necesarios para el pueblo de Venezuela. Por lo tanto, gozaba de inmunidad e inviolabilidad, tal y como establecen las leyes centenarias que rigen la circulación de los diplomáticos y agentes políticos.
Mi detención ilegal tiene una motivación totalmente política, y es patético que el Gobierno de Cabo Verde haya doblado la rodilla ante la voluntad política de EEUU en lugar de preservar su propia dignidad y negarse a participar en esta farsa de extralimitación judicial por motivos políticos.
R: Sí, por supuesto. Es claro e inequívoco.
R: El presidente Biden ha anunciado que "¡América ha vuelto!". Que EEUU está preparado para volver a ocupar su asiento en la mesa de las naciones que respetan el Estado de derecho y sus obligaciones internacionales. Los hechos hablan más que las palabras, así que solo puedo esperar que los hechos del presidente Biden estén a la altura de sus palabras.
R: Si con la ayuda del Todopoderoso, el Tribunal de la CEDEAO falla de esta manera, solo puedo rezar para que el actual régimen de Cabo Verde lo tome como una oportunidad para salvar lo que queda de la fachada de "una democracia africana modelo" y se libere del hechizo político lanzado por el régimen de Trump y honre tal decisión.
R: No, no colaboraría con EEUU. Sin embargo, permítame ser muy claro. No he cometido ningún delito. Mis abogados y yo lucharemos, si es necesario, en todos los tribunales para demostrarlo con todo el apoyo de Venezuela. El único culpable aquí es EEUU, que ha orquestado una campaña de hegemonía política contra Venezuela.
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