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La unificación monetaria en Cuba ya tiene fecha: el 1 de enero dejará de circular el peso convertible

Es uno de los principales pendientes dentro de las reformas impulsadas por Raúl Castro

El anuncio, largamente esperado, pone fin a meses de especulaciones (EFE/captura de pantalla)

15 minutos. Cuba iniciará su proceso de unificación monetaria y cambiaria el próximo 1 de enero con la salida de circulación del peso convertible (CUC) -paritario con el dólar-, lo que dejará como única moneda oficial del país al peso cubano (CUP), con una tasa única oficial de conversión de 24 pesos por dólar.

El anuncio, largamente esperado y que pone fin a meses de especulaciones sobre el "día cero" en que desaparecería el CUC y sobre la nueva tasa de cambio del CUP, lo realizó en la televisión estatal el presidente del país, Miguel Díaz-Canel-, acompañado por el exmandatario y líder del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro.

"Reiteramos la trascendencia e importancia de esta tarea que pondrá al país en mejores condiciones para llevar a cabo las transformaciones que demanda la actualización de nuestro modelo económico y social sobre la base de garantizar a todos los cubanos la mayor igualdad de derechos y oportunidades", dijo el gobernante.

Una tarea pendiente

La unificación monetaria en Cuba, que tardó 7 años en concretarse, es una de las principales tareas pendientes dentro de las reformas económicas impulsadas desde hace una década por Raúl Castro.

Renombrada oficialmente como "tarea ordenamiento", consiste en la desaparición del CUC, creado en 1994, y el establecimiento de una sola tasa de cambio. Hasta ahora, en el sector estatal es paritaria entre CUP, CUC y dólar (1:1:1), mientras para el público general es de 25 CUP por cada CUC o dólar.

Esta multiplicidad cambiaria distorsionó durante años la contabilidad de las empresas estatales, donde el CUP y el CUC se fusionan como uno solo en los libros de cuentas. Esto dificulta, entre otras cosas, determinar el estado real de la centralizada economía cubana.

Especulaciones

A partir de octubre pasado, el Gobierno de Cuba comenzó a informar frecuentemente sobre la unificación monetaria y el paquete de medidas conjuntas. Esto aumentó las especulaciones y provocó que cientos de cubanos acudieran a los bancos y casas de cambio para deshacerse de los CUC, que se devaluaron en el mercado informal.

Las autoridades adelantaron que existirá un plazo de 6 meses durante el que las personas podrán cambiar el CUC en tiendas y bancos.

El anuncio de una tasa única de 24 pesos por dólar echa por tierra los pronósticos de una severa devaluación oficial de la moneda nacional. La población mostraba preocupación al respecto, por la posibilidad de que sus ahorros en CUP perdieran valor.

Este ordenamiento vendrá acompañado además por una reforma salarial, de pensiones y la retirada de subsidios. Los precios se mantendrán centralizados para un reducido grupo de productos y servicios básicos, entre ellos el combustible, la electricidad o la leche infantil.

Sin soluciones mágicas

En su comparecencia, Díaz-Canel subrayó que el fin de la doble moneda no será "la solución mágica a todos los problemas" de la maltrecha economía cubana. No obstante, sostuvo que "permitirá avanzar de manera más sólida", en un contexto marcado por la crisis económica internacional, la COVID-19 y los efectos del embargo.

"La tarea no está exenta de riesgos. Uno de los principales es que se produzca una inflación mayor que la diseñada, debido al déficit de ofertas. Los precios abusivos y especulativos no se permitirán. Se enfrentarán socialmente con medidas de contención y severas sanciones para los incumplidores", aseguró el presidente.

La eliminación de la doble moneda llega en un momento de fuerte tensión económica para el país. Su ya precaria situación financiera se vio agudizada por el parón del turismo. También por la crisis en su aliada Venezuela y la tardanza en actualizar su obsoleto sistema centralizado.

El desabastecimiento y la incertidumbre dispararon los precios en el mercado negro, mientras el Gobierno mantiene una guerra sin cuartel contra la especulación y los acaparadores.

Una de las últimas estrategias fue la dolarización parcial de su economía. Esta solución que levantó polémica entre la gran mayoría de la población, sin acceso a remesas desde el extranjero.

Al final de su alocución, Díaz-Canel remarcó que serían "receptivos a los criterios de la población". Reiteró que "están creadas las condiciones que permiten asegurar que nadie quedará desamparado" en la isla.

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