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El Senado, el obstáculo para el aborto legal en Argentina

Los senadores comenzarán a debatir este martes si aprueban la legalización y despenalización del aborto en una votación ajustada

Las manifestantes a favor y en contra fueron convocadas para ocupar las calles y presionar así a los pocos senadores que permanecen indecisos (Roberto Almeida Aveledo/Zuma Press)

15 minutos. Tras el voto afirmativo en la Cámara de Diputados, el Senado de Argentina comenzará a debatir este martes si aprueba la legalización y despenalización del aborto del país en una votación que se prevé ajustada y cuyo resultado final no está claro.

En 2018, el Senado estuvo en una situación idéntica y votó en contra de la legalización de la interrupción del embarazo. Sin embargo, los cambios en la composición de la Cámara y que esta vez el proyecto de ley haya sido enviado por el Gobierno podrían suponer que la balanza se incline a favor de la legalización y la despenalización en esta ocasión.

Las 'verdes' --por el color del pañuelo que llevan las mujeres a favor de la legalización-- y 'celestes' --que identifica a las que están en contra-- volvieron a ser convocadas para ocupar las calles durante la votación y presionar así a los pocos senadores que permanecen indecisos.

"Está todo muy justo. Yo creo que estará todo bien, pero... Yo hasta que no vea qué vota qué en todo el momento. Supuestamente hay un grupo de senadores indecisos, hay mucho hermetismo en el Senado", explicó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.

Según los cálculos de medios locales, 33 senadores votarán a favor del aborto legal y 32 en contra, cinco permanecen indecisos y dos estarán ausentes.

El proyecto

En Argentina, son legales las interrupciones del embarazo en casos de violación o que pongan en peligro la salud de la mujer. Fuera de esta lista, el resto de abortos son un delito penado con la cárcel, algo con lo que este texto legislativo busca terminar.

Con el nuevo proyecto, las argentinas mayores de 16 años podrán abortar legalmente durante las 14 primeras semanas de gestación tras firmar un consentimiento.

Belski calificó como "muy bueno" el proyecto al que considera "superador" respecto a otras leyes de aborto legal aprobadas en Latinoamérica.

Además, el proyecto de ley obliga a todos los hospitales a tener un médico dispuesto a practicar un aborto.

La politóloga Florencia Messore señaló que este tipo de requisitos se incluyen en texto para evitar que algunos sectores "tanto judiciales como médicos" utilicen ciertos procedimientos para evitar práctica el aborto, una situación que se da en las provincias del norte de Argentina.

En estas zonas, Messore explicó que se excusan en la objeción de conciencia para retrasar los procesos, hasta que el parto es inevitable. En el país fueron especialmente sonados casos en los que estaban relacionados niñas que habían sufrido violencia sexual a manos de un familiar.

A principio de mes, una niña de 12 años dio a luz a dos gemelos en Jujuy. En este caso, según la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir, se produjo un retraso interesado de la interrupción del embarazo para que la niña diera a luz.

Junto al proyecto, también se vota el conocido como 'Plan de los 1.000 días'. Este paquete de medidas económicas busca dotar de mayor seguridad a las mujeres que tengan hijos en un contexto de crisis social en el país.

El Senado y la controversia

Precisamente, las provincias del norte se encuentran representadas en mayor proporción en el Senado. Estas fueron las que en el proyecto de 2018 decantaron la balanza y consiguieron que la ley fuera rechazada.

Pese a que Argentina es una sociedad fuertemente polarizada, la grieta entre el Gobierno y la oposición no explica completamente las distintas intenciones de votos entre los senadores, subrayó la politóloga, que señala que la oposición al aborto legal, los llamados 'celestes', es un movimiento transversal con representantes de izquierda y derecha.

Tanto dentro del peronismo, la coalición gobernante, como en la oposición habrá senadores que defiendan el 'sí' y el 'no'. Esto da muestras de la división que existe respecto a la interrupción voluntaria del embarazo en la sociedad argentina.

En regiones del norte del país o que comparten frontera con Chile, la Iglesia Católica tiene mucha influencia, lo que según Messore supone que estas provincias y los senadores sean más conservadores y estén en contra del proyecto de ley.

La Iglesia presiona para que se vote en contra de la legalización, y ahora varios senadores han reconocido haber recibido llamadas del obispado. Además, la Conferencia Episcopal no solicitó mantener un encuentro de fin de año con el presidente del país, como es tradición.

La votación se anticipa tan ajustada, que no se descarta que termine en empate y sea la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien con su voto de calidad como presidenta del Senado lo rompa.

Fernández estuvo gran parte de su carrera política en contra de la legalización. No obstante, en 2018 votó a favor y se espera que haga lo mismo en caso de que se necesite para aprobar el proyecto.

La implementación

En caso de que el Senado apruebe el proyecto, Amnistía Internacional espera un largo camino hasta que funcione de manera regular en toda Argentina.

"Al día siguiente que salga el proyecto va a haber una presentación judicial de pedidos de inconstitucionalidad a mansalva", aseguró Belski, antes de añadir que las organizaciones que defienden la legalización ya tienen preparados argumentarios legales para contrarrestarlo.

Sin embargo, la aplicación no se disputará solo en los tribunales, ya que la directora ejecutiva de Amnistía Internacional cree que, al residir las competencias de sanidad en las provincias, las más conservadoras pondrán problemas en la implementación o buscarán desarrollar reglamentos "menos garantistas" que el proyecto regional".

"Hasta que los médicos acepten que lo tienen que hacer hay una cosa cultural que va a llevar un tiempo. La ley es un 'recontra' triunfo, pero el trabajo difícil empieza después", ha concluido.

Belski espera que la legalización del aborto en Argentina sea un comienzo de una expansión por Latinoamérica en base a la acción diplomática del país y los ejemplos extraídos del movimiento de mujeres que ha impulsado desde las calles el debate.

No obstante, para que eso ocurra, deberá haber más votos positivos que negativos en el Senado este martes en una jornada que marcará el final de un año complicado para los argentinos pero, según el resultado y el pañuelo que porten, un esperanzador comienzo de 2021.

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