3 de agosto de 2021 1:25 PM | Con información de EFE

15 minutos. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, trató este martes de minimizar el repunte de la pandemia en este estado, además de reiterar que no tomará medidas como ordenar el uso de mascarilla. Eso a pesar de que el número de personas ingresadas en hospitales floridanos marcaba un nuevo récord.

Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU, este martes había 11.515 personas ingresadas en Florida por la COVID-19, es decir un nuevo récord. Sin embargo, DeSantis dijo que la tendencia al alza de las hospitalizaciones se está ralentizando.

De esa cifra, unos 2.400 enfermos se hallan en cuidados intensivos.

Fracaso de medidas restrictivas

"No vamos a cerrar, vamos a tener las escuelas abiertas, estamos protegiendo el trabajo de todos los floridanos", insistió el DeSantis en una conferencia de prensa.

DeSantis reiteró que el uso obligatorio de mascarilla "han fracasado una y otra vez a lo largo de esta pandemia, no solo en los Estados Unidos sino en el exterior".

"No han detenido la propagación de (la variante) delta, que es aún más transmisible, y si no la detuvo antes, definitivamente no va a detenerlo ahora", añadió.

Al igual que el senador Marco Rubio, el gobernador acusó a los medios de "histeria", por poner el foco en la cifra de casos diarios.

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DeSantis resaltó que las hospitalizaciones y casos graves se han reducido de "forma dramática" gracias a las vacunaciones.

"En las instalaciones para el cuidado de personas mayores la mortalidad se ha reducido en un 90 %", dijo. En su opinión esta tasa certifica los beneficios de que su administración hiciera de esta población una prioridad de su programa de vacunación.

Florida es, según datos oficiales, el centro de la actual ola de COVID-19 en EEUU. Los expertos atribuyen esto tanto a la expansión de la variante delta, como a un nivel bajo de vacunación, con 49 % de la población está plenamente vacunado. También a la reticencia a medidas como el uso de mascarillas.

¿Un repunte estacional?

"Estas cosas suceden, tenemos temporada de verano por cualquier motivo en el cinturón solar (sur de EEUU)", señaló.

DeSantis dio a entender así que considera estacional el reciente repunte de casos en Estados Unidos y en especial en Florida. El sábado pasado el estado alcanzó la cifra récord de 21.683 nuevos casos en un solo día.

La presidenta de la Asociación de Hospitales de Florida, Mary Mayhew, señaló a la cadena MSNBC, que a Florida le tomó 60 días alcanzar el anterior récord (10.179 hospitalizaciones) en julio de 2020, ello antes de que las vacunas estuvieran disponibles. Explicó que el domingo llegó a las 10.207 hospitalizaciones en 27 días.

En Tampa, el hospital más grande de esa área, el Tampa General, más del 90 % de camas destinadas para pacientes de COVID-19 están ocupadas, de acuerdo a medios locales.

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"Esto es horrible", reconoció el lunes el alcalde de Broward, Steve Geller. Señaló que este condado y el de Miami-Dade son los de mayor número de hospitalizaciones en todo EEUU.

"Los números se duplican cada 10 u 11 días", añadió Geller sobre la cifra de casos. En gran parte estos se han disparado por las personas no vacunadas.

Las autoridades escolares de Broward informaron el lunes que retiraron su decisión de requerir mascarilla a todos los estudiantes, maestros, personal administrativo y visitantes. El anuncio respondió al decreto del gobernador DeSantis que deja exclusivamente en manos de los padres si los niños deben usar mascarilla en las escuelas.

De forma unánime, el pasado miércoles los 9 miembros de la junta escolar de este condado acordaron volver a imponer el uso de mascarillas en todos los centros educativos, siguiendo la recomendación emitida esa semana por los gubernamentales Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) para el uso de cubrebocas, sin importar si están vacunados o no.