15 minutos. Cuando Tina llegó por primera vez a Pace Center for Girls Orange en la escuela secundaria, estaba experimentando problemas de comportamiento y compartió que no solo había sido testigo de violencia doméstica, sino que “podría” haber estado en una relación violenta.
Su consejero escuchó y, a través de los recursos compartidos proporcionados por Pace y la Comisión de Violencia Doméstica del Condado de Orange, Tina finalmente se dio cuenta de que no se encontraba en una situación saludable.
Durante su tercer año, Tina volvió a Pace y aún no había dejado la relación. Con el tiempo, Pace se convirtió en un espacio seguro para ella, salió de la relación y se graduó a tiempo.
Hoy, es gerente de uno de los restaurantes locales más grandes del condado de Orange y está en camino de obtener su título de asociado.
“Tina comenzó a encontrar su autoestima y a liberarse de la trayectoria violenta que siguió su familia”, explicó Rosene Johnson, directora ejecutiva de Pace Center for Girls Orange. “Esta es una vida que pudimos cambiar. No fue fácil, pero ella hizo el trabajo. Cuando comience su propia familia y tenga hijos, detectará cualquier problema potencial y no permitirá que el ciclo continúe”.
La Comisión de Violencia Doméstica del Condado de Orange está trabajando con Pace Center for Girls Orange para brindar recursos y defensa a los jóvenes que han experimentado violencia en el noviazgo, que afecta a millones de adolescentes en los Estados Unidos cada año.
La violencia en el noviazgo adolescente ocurre entre dos personas en una relación cercana y puede incluir violencia física y sexual, abuso psicológico y acoso.
Siempre ha sido un problema
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, casi 1 de cada 11 mujeres y 1 de cada 15 hombres de secundaria informan haber experimentado violencia física en el noviazgo en el último año.
Asimismo, 1 de cada 9 mujeres y 1 de cada 36 hombres estudiantes de secundaria informan haber experimentado violencia sexual en el noviazgo en el último año.
“Siempre ha sido un problema, pero lo que ha cambiado son las formas en que los jóvenes se acercan para obtener apoyo, razón por la cual escuchamos más al respecto”, explicó Johnson.
Pace trabaja con las partes interesadas de la Comisión de Violencia Doméstica para brindarles a los niños los servicios de salud mental que necesitan para procesar lo que ven en sus hogares y darse cuenta de que no es saludable. En consecuencia, cuando están en una relación, saben que la violencia no es aceptable.
“Hasta que un adolescente no se sienta seguro, no puede haber confianza y no puede convertirse en su propio defensor”, dijo Johnson. “Cuando llegan a Pace, se reúnen con un consejero de manera constante en un entorno más pequeño, lo que les permite bajar la guardia y sentirse seguros.
La comunicación bidireccional entre Pace y la Comisión de Violencia Doméstica es fundamental porque no solo comparten datos y estadísticas, sino también recursos e información sobre cómo pueden, a su vez, compartir estos recursos en todo el condado y crear más conciencia.