No tienen cómo mantenerse en la ciudad donde se encuentran y tampoco hay manera de regresar a su país debido a las restricciones impuestas por el coronavirus
El brote de COVID-19, y su impacto sobre las economías de la región, ha agravado la ya difícil situación de muchas personas refugiadas y migrantes de Venezuela y de sus comunidades de acogida (Cortesía @marilachang @venezuela_migra)
15 de julio de 2020 5:15 PM | Carla Spector
15 minutos. No tienen garantías sobre lo que encontrarán al llegar a Venezuela, país que no hace mucho dejaron atrás, unos temporalmente -por turismo, estudios o temas personales-, otros para buscar oportunidades ante la grave crisis política, económica y social del país, ahora agravada por los efectos de la COVID-19.
Son los varados y migrantes venezolanos que, por cientos, hoy se encuentran atrapados por las circunstancias creadas por la pandemia en distintos destinos del mundo. No tienen cómo mantenerse en la ciudad donde se encuentran. Tampoco hay manera de regresar a la tierra donde los primeros tienen su hogar o en la que los segundos buscarán refugio en la familia, con la esperanza de recomenzar su vida… una vez más.
Se carece de cifras oficiales. Sin embargo, de las listas configuras por los propios afectados se deduce que son más de 650 los venezolanos que llegaron a Argentina buscando oportunidades y que, ante la situación de vulnerabilidad en la que están actualmente, desean retornar. Debido al coronavirus, perdieron sus empleos y con ellos sus ingresos, lo que les impide cubrir sus necesidades básicas de vivienda y alimentación. Algunos, incluso, fueron desalojados de los lugares que habitaban a pesar de la prohibición expresa establecida por el Gobierno de Alberto Fernández.
A ellos, se suman, además, al menos 350 que viajaron por turismo, para visitar a sus seres queridos o atender temas personales y se quedaron varados, debido a las restricciones de movilización impuestas por la pandemia, incluso con pasaje de retorno comprado. Así lo expresó a 15 minutos Dalila Méndez, quien tiene cerca de 2 años en Argentina y administra la cuenta @venezolanospidenserrepatriados. Ella está entre venezolanos que decidieron volver a su país porque el confinamiento le impidió continuar con el trabajo que tuvo durante 8 meses en una casa de familia argentina.
Los números que maneja la representación de la Asamblea Nacional de Venezuela en Argentina, encabezada por Elisa Trotta, con base en estadísticas levantadas por los contactos directos con afectados son menores, pero reconocen que la cifra es más alta. “En nuestra lista hay 81 personas varadas que tenían su pasaje y 417 que quieren ser repatriados. Extraoficialmente, sabemos que hay listas que llegan a más de 1.000 personas”, dijo a 15 minutos Carlos Velasco, quien es parte del equipo de voluntarios que apoya la gestión de Trotta.
“Todas las semanas se van sumando personas. A medida que avanza la cuarentena y las restricciones para trabajar, muchos se ven en dificultad para mantenerse en el país”, relató Velasco, quien va camino a cumplir 4 años en Argentina.
En la medida de sus posibilidades, según relató el voluntario, la representación de Guaidó en Argentina ha entregado ayuda para las familias de venezolanos que están en situación de necesidad. Estas se han documentado a través de las redes sociales.
Incluyendo los que se encuentran Argentina, el balance es de alrededor de 4.500 venezolanos varados en varios países. Un reciente artículo del portal venezolano runrun.es da cuenta de al menos 4.461 varados desde que se dio el cierre del espacio aéreo en Venezuela.
Según el registro del medio, 1.000 están en Estados Unidos (EEUU), 560 es España, 540 en Chile, 400 en Colombia, 400 en México, 250 en Aruba. Además, hace referencia a 100 venezolanos varados en la isla de San Martín, 110 en Costa Rica y 292 en Panamá. A todos los une un llamado común: la coordinación de vuelos humanitarios que les permitan regresar a Venezuela frente la imposibilidad de hacerlo en líneas comerciales. El cierre del espacio aéreo venezolano se extendió nuevamente hasta el 12 de agosto.
Ante la nueva prórroga anunciada por las autoridades de su país, los Venezolanos Varados en Argentina hicieron un nuevo llamado al régimen de Nicolás Maduro. Recordaron que tienen más de 100 días solicitando regresar.
“El brote de COVID-19, y su impacto sobre las economías de la región, ha agravado la ya difícil situación de muchas personas refugiadas y migrantes de Venezuela y de sus comunidades de acogida. Muchos dependían de ingresos insuficientes para cubrir necesidades básicas como vivienda, alimentación y atención médica”, explicó vía correo a 15 minutos, Daniela Rovina, oficial de comunicaciones de la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que da Respuesta Regional a la Situación de Venezuela.
“Hoy, cada vez más se enfrentan a numerosos desafíos, incluida la pérdida de medios de vida y los desalojos, corriendo el riesgo de quedar expuestos a la violencia de género, la estigmatización, la explotación y el abuso. A menudo, muchos no pueden acceder a instalaciones básicas de salud e higiene y cumplir con las medidas de distanciamiento físico. Quienes viven en una situación irregular y sin documentación también corren el riesgo de quedar excluidos de los programas nacionales de salud y asistencia social”, agrega Rovina.
“La situación de la migración venezolana en Argentina es bastante complicada. En realidad, la de toda la migración en Argentina, inclusive la de los nacionales, es bastante complicada. En el caso de la comunidad venezolana en el país, 75 % está golpeada por el desempleo”. Así lo refirió Vincenzo Pensa, presidente de la Asociación de Venezolanos en Argentina, Asoven, en conversación con 15 minutos.
Pensa, quien está por cumplir 17 años en el país, comenta que “familias enteras han tenido que mudarse de un departamento de 2 o 3 habitaciones a un monoambiente”.
Sin embargo, aclara que esta situación no es consecuencia exclusivamente del coronavirus. “Esto no lo generó la pandemia, ya estaba latente en mucha gente. Veían que la economía estaba decreciendo, que la situación de empleo era complicada y también le tenían miedo a la estigmatización del venezolano”. Precisa que ya en noviembre mucha gente estaba volviendo a Venezuela por el cambio de Gobierno.
En respuesta a 15 minutos, Rovina, junto al oficial nacional de Comunicaciones y Medios de OIM Argentina, Juan Pablo Schneider, sostienen que en Argentina, la OIM trabaja muy estrechamente con las organizaciones de migrantes venezolanos. Con estas articula "distintas acciones de respuesta para dar asistencia a aquellas personas que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad". Esto incluye a nacionales venezolanos varados o con intenciones de regresar con necesidades de asistencia.
En ese mismo sentido, indicaron que la OIM coordina acciones con la Cancillería Argentina y la Dirección Nacional de Migraciones, organismos del Estado argentino encargados de la gestión de las repatriaciones y el control de fronteras.
Consultados acerca de la posibilidad de apoyar en la articulación de una respuesta que facilite el vuelo humanitario que están solicitando los varados y migrantes, aseguraron que “las coordinaciones de los vuelos humanitarios son potestad de los Gobiernos de origen y destino”.
“Según cifras oficiales, a mayo de este año la Argentina había otorgado aproximadamente 203.000 permisos de residencia a migrantes provenientes de Venezuela. Si bien este número considera solo las solicitudes de residencia otorgadas, resulta un elemento orientativo de la cantidad de personas venezolanas que actualmente se encuentran en el país”, detallaron los representantes de la OIM.
Sobre el número de personas en el país suramericano que se encuentran en situación de vulnerabilidad, el organismo considera que se trata aproximadamente de 130.126 con necesidades específicas en materia de asistencia humanitaria, salud, protección e integración socioeconómica.
Los voceros del ente explican que esta situación “posiblemente se haya visto agravada debido al contexto de pandemia y cuarentena que estamos atravesando”.
Las cifras de la OIM se desprenden de las estimaciones realizadas en el marco del Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela (RMRP). Este instrumento de coordinación y movilización de recursos trabaja para beneficiar a los refugiados y migrantes venezolanos y a las comunidades de acogida en 17 países.
“Estar en un país que no es el tuyo pasando necesidades es muy duro. A veces haces una comida diaria, a veces no la haces porque no tienes cómo y además estás pariendo para pagar un alquiler… Por lo menos en Venezuela está tu familia, si no tienes qué comer al menos una taza de café te van a dar”, dijo Dalila Méndez en conversación telefónica con 15 minutos.
Esta venezolana, que está entre los coordinadores de los grupos que buscan la repatriación, afirma que en su caso particular no ha recibido ayuda. Aunque ha escrito y contactado a los organismos que ofrecen apoyo a sus connacionales, supone que hay casos que tienen prioridad, bien sea por tratarse de familias con niños o de personas mayores o con enfermedades.
Dalila, que viajó 13 días por tierra para llegar a Buenos Aires, dejó atrás a sus hijos, ya mayores, y a su mamá, a quienes ayudó mientras estuvo a su alcance. "Me llevó a irme la situación económica (...). Somos muy humildes, vivimos en un barrio alto de Caracas, El Cementerio; decidí aventurarme y aquí estoy. Ayudé a mi familia, pero por la cuarentena no puedo ayudarlos más", comenta.
Con resignación, Méndez comparte que no han recibido respuesta. “No nos hemos reunido con nadie, nadie nos hace caso. Hemos ido a la Embajada de Venezuela y nadie nos atiende. Enviamos una carta al presidente de Argentina para ver si nos servía como mediador para poder irnos a Venezuela y no recibimos respuesta. Llevamos dos cartas, pero las recibió la seguridad de la Cancillería de Argentina”.
“Nos sentimos como decaídos, como qué hacemos, a dónde vamos… hasta al aeropuerto hemos ido acompañando a los varados y nadie contesta”, agrega.
Méndez también hizo referencia a una comunicación enviada por la Cancillería venezolana en atención a sus reclamos. La misma exponía que estaban al tanto de la situación y que cuando se activaran los vuelos serían contactados sin intermediarios. “Pero eso fue a finales de mayo”, recuerda.
Asimismo, hizo alusión a la representación de Juan Guaidó. “Hemos estado conversando con Elisa Trotta, pero nos dice que se escapa de sus manos porque no cuentan con recursos para ayudarnos por repatriación y por los problemas diplomáticos”, indica Méndez. Cabe recordar que, durante los primeros días de enero de 2020, el Gobierno de Alberto Fernández retiró las credenciales diplomáticas a Elisa Trotta Gamus.
Alexis Dugarte, un joven de 23 años, con alrededor de 3 en Argentina, se considera migrante y varado. Antes de la cuarentena tomó la decisión de regresar a su país por motivos personales. Renunció a un trabajo estable en el que permaneció dos años y tenía pasaje para retornar en el mes de abril.
Hoy, después de varios meses sin empleo, cuenta que consiguió ocupación como mecánico de bicicletas hace un mes. Reconoce que el alivio que esto le produce se ve empañado por la situación que están pasando muchos de sus connacionales. “No me quejo, más bien agradezco que tengo trabajo, (...) pero sabiendo lo que otros están pasando es como chimbo (lamentable)”, dijo el joven que vive actualmente con su hermano, quien sí permanecerá en el país suramericano.
Cuenta que muchos venezolanos en Argentina están pasando situaciones difíciles y reciben ayuda de las iglesias, Acnur y otras organizaciones. “Hay mucha gente que va a buscar comida porque ya simplemente no tiene cómo sustentarse y gente que también va a los refugios”.
“Somos más de 300 personas con pasaje en mano y 30 o 40 más dispuestas a comprar pasaje en caso de que salga un vuelo”, explica Dugarte. Además, asegura que la situación "es frustrante porque fueron a buscar gente en Perú, en Chile, en Ecuador y no vinieron a Argentina”.
Frente a la imposibilidad de viajar por aire, Alexis incluso intentó salir por la frontera con Brasil a finales de mayo. “Traté de salir y no pude entrar a Brasil porque no era residente”.
“Es bastante lamentable. Es el primer calificativo que se me viene a la mente”, dice el periodista venezolano Carlos Suárez, de esreviral.com, consultado sobre la situación vía telefónica.
“Hay personas que vinieron en búsqueda de un mejor futuro y en vista de esta situación se ven en la obligación de regresar a Venezuela porque la empresa donde trabajaban cerró o hubo reducción de personal, o no es un trabajo esencial. Entonces no han podido pagar alquiler o comprar comida. Además, se vino el invierno que es una situación a la que los venezolanos no estamos acostumbrados”, comenta.
“Antes de la pandemia la mayoría conseguía trabajo, pero si bien había inflación estaban tranquilos; con lo que ganaban podían costear alquiler, comida y hasta enviar dinero a Venezuela”, agrega el comunicador.
Venezuela es considerado como el segundo país con mayor número de desplazados en el mundo. Las imágenes de familias enteras movilizándose a pie recorrieron el globo. Hoy, algunos, vuelven sobre sus pasos.
Según información recogida por la OIM, alrededor del 2 % de los venezolanos que se encuentran en países receptores han retornado a Venezuela. Sin embargo, en información enviada a 15 minutos el organismo indicó que es muy difícil establecer una cifra, pues muchos de ellos ingresan al país por puntos no oficiales de la frontera.
La información de este ente de Naciones Unidas confirma que algunas personas retornan en autobuses dispuestos por autoridades locales y/o nacionales. “Muchos también están regresando a pie, caminando largas distancias y cruzando pasos fronterizos irregulares que podrían estar acompañados de mayores riesgos de protección, incluida la exposición a redes de tráfico, trata, grupos criminales presentes en las zonas fronterizas y abuso sexual, entre otros”, explicó Rovina.
Frente al grave riesgo que suponen estos movimientos de retorno desordenados, la funcionaria explica que el organismo, líder junto con Acnur del Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela (RMRP), tiene como prioridad preservar la salud de los venezolanos y venezolanas según las disposiciones sanitarias de distanciamiento social y aislamiento.
“En tal sentido, se está apoyando a los Gobiernos de la región a implementar medidas de protección sanitaria, alimentación, alojamiento, iniciativas de asistencia a través de efectivos y otros medios que les permitan superar la falta de empleo, con el fin de que los migrantes y refugiados venezolanos puedan quedarse en los países receptores sin exponerse”, explica.
Quienes tomaron la decisión de volver retornan al país con una crisis que ya conocían y encontrarán profundizada. Pero además, aquellos que se están arriesgando a entrar por los pasos fronterizos ilegales enfrentarán una situación para la que quizá no están preparados.
Este martes, el mandatario Nicolás Maduro hizo un llamado a denunciar a sus connacionales que llegan por los pasos fronterizos ilegales. "Si no fuera por los trocheros en Venezuela estuviera totalmente controlado el virus y estuviésemos disfrutando de la flexibilización total”, afirmó.
El presidente de Asoven, Vincenzo Pensa, entiende la situación que están viviendo sus compatriotas, pero no los acompaña en su decisión de volver al país. "En este momento querer, por todos los medios, volverse a Venezuela cuando sabemos que hay un Gobierno que está dejando entrar a sus nacionales a cuentagotas, que los humilla, que los violenta en las fronteras, donde la corrupción es cada vez peor, donde se están intensificando los ingresos por los caminos verdes, me parece que no está planificado”.
Las cifras más recientes de pobreza en el país suramericano, según la Encuesta Nacional de condiciones de Vida (Encovi) colocan a Venezuela como el país más pobre de América Latina. El 96,2 % de los hogares reporta pobreza por ingresos, mientras que 79,3 % se encuentra en pobreza extrema.
El deterioro de los ingresos, con un promedio diario de 0,72 dólares, está entre las principales causas del incremento de la pobreza en el país.
Frente a esta realidad, algunos son alertados por sus familiares. "Mis hijos me dicen que tengo que pensar muy bien porque la cosa está difícil en Venezuela”, compartió Dalila. Pero como ella misma dice: "...por lo menos en Venezuela está tu familia".
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