Los problemas que rodean a la inyección letal han propiciado que algunos estados del país contemplen formas opcionales para cumplir con la pena de muerte de los reos
La silla eléctrica fue el método más utilizado en EEUU en la primera mitad del siglo XX (Pikist)
14 de agosto de 2020 4:33 PM | Iván Sandoval
15 minutos. La escasez y controversia alrededor de algunos componentes de la inyección letal en Estados Unidos, provocó que varios reclusos prefirieran otros métodos de ejecución descartados por su crueldad.
Algunos estados han adaptado sus legislaciones para permitir que un recluso muera por la silla eléctrica, cámara de gas, fusilamiento o la horca, en caso de que no se pueda usar la inyección letal o que ellos así lo escojan.
La pena de muerte es legal en 28 de los 50 estados de Estados Unidos. Sin embargo, en 3 de ellos -California, Oregon y Pensilvania- existe una moratoria que prohíbe su utilización.
Actualmente hay 2.620 reos en el corredor de la muerte. La mayoría en California (725) y Florida (347).
Desde 1967 a 1976 las penas de muerte fueron suspendidas hasta el que el Tribunal Supremo de Justicia confirmó su constitucionalidad.
Desde 1976 1.513 personas fueron condenadas a muerte en Estados Unidos. De ellos, 170 fueron absueltos. En algunos casos la absolución llegó después de que se concretara la ejecución.
De los reclusos ejecutados, el 55,9 % corresponde a blancos; el 34 % a negros y 8,5 % a hispanos.
Las ejecuciones están reguladas por la Octava Enmienda, que prohíbe que el Gobierno imponga castigos inusuales o crueles.
Fue inventada por Harold P. Brown, un empleado de Thomas Edison, en medio de la guerra de las corrientes.
Es legal en 9 estados de los Estados Unidos. Falla el 1,9 % de las veces.
El primero en morir de esta forma fue William Kemmler (Nueva York -1890), quien asesinó a su amante. "Caballeros, les deseo buena suerte. Creo que voy a un buen lugar y estoy listo para partir", les dijo a los testigos.
En 1929 ocurrió la única electrocución masiva del país, cuando 7 personas fueron ejecutadas, una detrás de la otra, en la penitenciaría estatal de Kentucky.
Uno de los casos más peculiares ocurrió en 1944, cuando el adolescente de 14 años, George Stinney, fue electrocutado por el asesinato de dos niñas. Fue absuelto de los crímenes en 2014.
Una silla eléctrica de Luisiana, que incluso tenía nombre: "La Horripilante Gertie", fue testigo en 1946 del único hombre que ha sobrevivido a una electrocución.
Willie Francis sobrevivió a la terrorífica experiencia luego de que un reo voluntario, que hacía las veces de guardia, no verificó bien parte del sistema porque estaba ebrio. Francis fue ejecutado al año siguiente. "Estoy listo para morir", fueron sus últimas palabras.
Uno de los más famosos en ser ejecutado de esta manera fue el asesino serial Ted Bundy, conocido también por sus artimañas para retrasar su último día, ocurrido el 24 de enero de 1989.
Desde 1982 el uso de la silla eléctrica disminuyó drásticamente. Esto se debió en parte a casos dramáticos como el de Frank J. Coppola, a quien ese mismo año los testigos vieron arder por la cabeza y las piernas mientras recibía la descarga.
Otro de los casos que escandalizó a la opinión pública fue el de Allen Lee Davis, ocurrido en Florida en 1999. Debido a su gran tamaño se le construyó una silla especial. Sin embargo, al momento de la electrocución estuvo sangrando durante varios minutos. Su foto sirvió para que otros reos no corrieran con su misma suerte.
Hasta el 2008 era el único método usado en Nebraska.
Desde el 2014 la silla eléctrica es obligatoria en Tennessee si el estado no cuenta con los fármacos para la inyección letal. Los reos juzgados antes de 1999 pueden elegir el método de ejecución.
En los últimos 2 años, 4 personas han sido ejecutadas con la silla eléctrica en Estados Unidos, 2 en 2018 y 2 en 2019, todos en el estado de Tennessee.
La electrocución no solo es traumática para quienes la sufren, también es incómoda para los guardias, quienes luego deben despegar pedazos de piel de los cinturones e incluso limpiar la orina y heces de los reclusos que pierden el control de sus músculos durante la ejecución.
Comenzó a usarse en 1920 y surgió intentando sustituir la crueldad de la silla eléctrica. Es el método más complicado y costoso.
Para el 2019 al menos 6 estados de Estados Unidos tienen este método como una opción: Wyoming, Misuri, Arizona, Alabama, Mississippi y California.
Oklahoma lo aprobó en 2015 y después de pasar varios años diseñando el protocolo y luego de gastar 300.000 dólares en la cámara, lo desestimó en 2020.
Desde 1976, cuando se reinstaló la pena de muerte en Estados Unidos, 10 reos han sido ejecutados de esta forma.
Otros países que también utilizan la cámara de gas son Lituania y Corea del Norte.
El antecedente más antiguo que se tiene de su utilización se remonta al general Rochambeau, quien durante la revolución haitiana (1803) adaptó las bodegas de los barcos para matar a prisioneros de guerra con dióxido de azufre.
Asimismo, buscando experimentar, el ejército británico usó una versión no letal en indios reclutas, ocasionándoles graves enfermedades y quemaduras.
En el primer método usado por las cárceles estadounidenses, al reo lo ataban a una silla dentro de una cámara hermética y disolvían una pastilla de cianuro de potasio -o cianuro de sodio- en un envase con ácido sulfúrico ubicado debajo del asiento. El reo podía ver el gas.
En el procedimiento actual, llamado, "asfixia por nitrógeno o aire empobrecido", el condenado -al menos en teoría- debería detectar poca sensación anormal a medida que caen los niveles de oxígeno. Sin sensación dolorosa o sensación traumática de asfixia o efecto secundario de la intoxicación.
La extracción del cuerpo también es un paso delicado. La cámara se purga con aire y cualquier gas remanente se neutraliza con amoníaco anhidro. Todo se hace con sumo cuidado porque pueden quedar bolsas de gas atrapadas entre la ropa de la víctima.
En Nevada (1924) el recluso Gee Jon murió con gas venenoso introducido directamente a su celda.
Burton Abbott fue ejecutado en California (1957) mientras el gobernador estaba al teléfono para suspender la ejecución.
En Arizona (1992) Donald Harding tardó 11 minutos en morir. El director de la cárcel dijo que renunciaría. Fue la última que se hizo allí.
En 2010 el gobernador de Nueva York, David Paterson la declaró ilegal.
Hace dos años, un grupo de 50 reos de Alabama dijeron que preferían esta opción al de la inyección letal luego de que el estado la incluyera dentro de las posibles formas de ejecución.
El último reo en morir de esta manera fue Walter LaGrand (37) en Arizona, en 1999. Walter y su hermano Karl, de nacionalidad alemana, fueron condenados a muerte por asesinar al gerente de un banco durante un robo en 1984.
Ambos escogieron "la forma de morir más cruel posible" como una protesta por la pena de muerte. Sin embargo, a última hora Karl (35) se decidió por la inyección letal.
Ambos fueron ejecutados con una semana de diferencia. Karl fue el primer alemán ejecutado en Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial.
Quienes presenciaron la ejecución afirmaron que una nube de color rosáceo subió por la silla negra acolchada de Walter, provocándole un ataque de tos. Luego comenzó a tener espasmos y convulsiones hasta que quedó inmóvil.
El canciller alemán e incluso el tribunal de La Haya pidieron que se aplazara la sentencia, pero las solicitudes fueron rechazadas.
La ejecución escandalizó a Europa en su momento.
Un informe encargado en 1996 por el Tribunal de Apelaciones de California asegura que la muerte a través de este método se produce luego de un largo e intenso dolor, suma de ansiedad, pánico y dolor.
El fusilamiento está permitido como forma de ejecución en 3 estados: Mississippi, Oklahoma y Utah.
Su porcentaje de eficiencia es perfecta. Es el único método que nunca falla.
Esta forma de ejecución es tan emblemática en Utah, como lo es la silla eléctrica en Tennessee.
Desde 1976 tres reos han sido ejecutados de esta manera: todos en Utah.
Hasta 2015 era el único estado que lo permitía a pesar de haber sido prohibido en 2004. Sin embargo, los reclusos sentenciados antes de ese año podían escogerlo.
En la actualidad Utah lo permite si los fármacos para la inyección letal no están disponibles.
En 2018 un fiscal de Ohio pidió que se recuperarán los pelotones de fusilamiento para detener los retrasos por las apelaciones a la inyección letal.
Ese mismo año pero en Tennessee, 4 reos pidieron ser fusilados de esa manera, pero la solicitud les fue denegada.
El último recluso en morir de esta forma fue Ronnie Lee Gardner en 2010. Escogió este método por razones religiosas. No se usaba desde hace 14 años.
Poco antes de las 8:00 de la mañana Lee Gardner fue sentado en una silla de metal dispuesta en una habitación con vidrios antibalas y opacos en la cárcel estatal de Utah.
Le colocaron una capucha y una diana que apuntaba directo a su corazón; todo a petición suya.
Cinco tiradores con rifles calibre 30 se colocaron delante de él. Cuatro dispararon balas reales y uno de salva.
El ahorcamiento fue el método de ejecución más utilizado en Estados Unidos hasta el siglo XIX (1890).
Esto se debe en gran parte a la influencia de los ingleses. Es por ello que se ve con mucha frecuencia en las películas del Oeste.
Falla en el 3,2 % de las veces. Desde 1965 ha sido utilizado en 3 ocasiones.
Está vigente en los estados en New Hampshire y Washington.
Sin embargo, en New Hampshire no se ha ejecutado a nadie a través de este método desde 1939.
En cuanto a Washington, todas las ejecuciones, excepto las últimas 3, han sido mediante la horca.
Delaware fue el estado donde se ejecutó por última vez a una persona usando este método.
Bill Bailey murió ahorcado el 25 de enero de 1996 por dos asesinatos.
Además de Bailey, el caso de los otros dos reos ahorcados desde 1965: James Lathan y George York se hizo famoso luego de que el escritor Truman Capote lo recogiera en su libro "A sangre fría".
Varias de las ejecuciones más famosas de Estados Unidos se concretaron de esta forma.
Algunos de los condenados por los célebres juicios de las Brujas de Salem (1692) murieron ahorcados.
Los cuatro líderes sindicales que pasaron a la historia como "Los Mártires de Chicago", fueron ejecutados en la horca en 1886.
Igualmente, los nazis condenados durante los juicios de Nurenberg fueron ahorcados.
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