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“Ojalá hayamos aprendido algo”: el violinista Ara Malikian reflexiona sobre la pandemia

Su nuevo disco Petit Garage, nacido en medio de la crisis del coronavirus, sigue una línea de cercanía con el público

Malikian tuvo que pasar de los grandes aforos a pequeñas salas por la pandemia (EFE/Christian Hors)

15 minutos. A pesar de estar acostumbrado a grandes escenarios, la pandemia obligó a Ara Malikian a convertir su gira Royal Garage World Tour en un proyecto más íntimo, al punto de terminar tocando en la escalinata de la Plaza de España en Roma, los jardines del Teatro Real de Madrid o el Panteón de Arocutín en México.

Su nuevo disco Petit Garage, nacido en medio de la pandemia, sigue esa misma línea de cercanía con el público, razón por la cual se estrenó el día 1 en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid, como una forma de recibir el año con esperanza y ofrecer una cálida bienvenida a los viajeros que no pueden ser esperados por sus seres queridos. Con él hablamos en la capital de España.

Extrañaba despertar en otro país

Ha afirmado varias veces que en Petit Garage las personas son las protagonistas por encima de la música, ¿cómo es esto?

Porque cuando hemos empezado después del confinamiento y volvimos a hacer conciertos en julio, con todas las medidas de seguridad, los aforos limitados y los protocolos, el protagonista real es el público porque se atreve a venir a pesar de todos sus miedos.

El público iba a vernos, iba a ver música, teatro, danza, cine y esto hace que ellos formen parte de nuestra actuación. Los protagonistas no son solo los que están en el escenario, sino que somos todos. Hacemos juntos que la cultura siga.

Malikian realiza conciertos en pequeños aforos durante la pandemia
"El protagonista real es el público porque se atreve a venir a pesar de todos sus miedos", afirma Malikian (EFE)

Para usted que está acostumbrado a las grandes presentaciones, ¿cómo ha sido tener que tocar en pequeños recintos con aforos mucho más limitados?

Fue maravilloso, no me costó nada. Es verdad que últimamente estábamos acostumbrados a tocar en pabellones, estadios y lugares muy grandes; pero luego en sitios más íntimos y pequeños hay cosas que no las tienen esos lugares grandes, como la intimidad, la cercanía y la emotividad.

¿Qué significó para usted tener que interrumpir la gira Royal Garage World Tour en medio de toda esta situación?

Fue duro porque teníamos planeado ir a muchos lugares, algunos de ellos por primera vez. Además, estábamos abriendo mucho mercado, pero sabiendo que todo el planeta estaba en la misma situación teníamos que aceptarlo.

Por otro lado, se me ha abierto una cosa muy bonita que es estar con mi familia, algo que no lograba hace muchos años: disfrutar de mi hijo, de su crecimiento y educación, y de mi mujer. Cuando todo vuelva a la normalidad las cosas cambiarán, porque yo quiero estar más con ellos.

Ya es difícil hacer una gira en un contexto normal, pero, ¿qué complicaciones trae un proyecto de estas dimensiones en plena pandemia de la COVID-19?

Es difícil viajar. Nosotros durante la pandemia hemos tenido varios viajes largos que fueron muy emocionantes: a México, a Dubai o a Italia. Parecía que no se podía hacer, pero se pudo y fue precioso.

Nos dimos cuenta que echábamos mucho de menos despertar en otro país de repente, en una ciudad con otra cultura, otro humor, otra manera de vivir y de ver las cosas. Eso es muy sano.

Inspiraciones mexicanas

En este disco hay una especial presencia mexicana, como La Llorona o Estrellita de Manuel Ponce, ¿a qué se debe?

Sí, están Estrellita y está La llorona. Una de las cosas más importantes que hicimos durante la pandemia fue ir a México para hacer el concierto del Día de los Muertos, en homenaje a los fallecidos por COVID-19. Ha sido una de las cosas más bellas y emocionantes que he hecho en mi vida.

Fuimos a un pueblo de Michoacán, a un cementerio donde las personas decoraron de una manera tradicional, ancestral, como suelen hacerlo todos los años. Este 2020 no iban a tener su celebración multitudinaria, pero a pesar de esto hemos podido hacer un concierto en su panteón, con todas las flores, los colores y lo hemos grabado en vivo. Fue muy emocionante.

Además, no fue un homenaje que se haya pensado de un momento a otro, ¿cómo fue el proceso de preparación y de qué manera la cultura mexicana sirvió como puente para el mensaje?

Estaba muy bien organizado de parte del pueblo de Arocutín y del Gobierno de Michoacán. También es muy importante que toda la dirección artística y la dirección del video estaba a cargo del cineasta mexicano Gabriel Beristáin.

Todo estaba muy bien cuidado y lo que a mí me tocaba era la parte musical. Tampoco queríamos hacer música tradicional mexicana, aunque esté dentro del repertorio. Queríamos hacer música universal.

La celebración del Día de los Muertos que se hace en México se ha convertido en algo universal, un evento ejemplar para el mundo por su concepto: si das lugar a la muerte, también darás lugar a la vida. Esta idea es muy sana y se debe adoptar en todo el mundo.

Petit Garage, lejos de tener una línea estricta, mezcla ritmos clásicos y modernos de una forma muy interesante, ¿cuál es ese hilo conductor de este disco que mezcla a Mozart con Komitas e incluso con algunos clásicos latinoamericanos?

El hilo conductor es mi visión de la música, mi violín y mi interpretación. Cuando toco La Llorona no intento tocarla de una manera purista tradicional mexicana, lo mismo cuando toco Mozart.

Yo lo hago a mi manera, como lo entiendo, lo veo y lo siento, y todo el disco es así. Me costó muchos años aprenderlo: encontrar mi voz y mi personalidad. Cuando lo hice, hallé mi felicidad musicalmente. No intento imitar a nadie ni ser lo que no soy.

Un estilo propio

Además que rompe con el estereotipo clásico de los violinistas, ¿no?

Bueno, es mi estilo. Cuando vivía más el mundo de la música clásica siempre me ponía un disfraz, algo con lo que no me sentía identificado y es verdad que me costó mucho salir de ese mundo.

Hablemos ahora de su presentación en Barajas, ¿qué tal ha sido la experiencia y por qué se eligió esta locación en específico?

Fue muy bonito hacer la presentación del disco en una locación que antes de la pandemia era un lugar muy común. Para viajar siempre pasábamos por el aeropuerto, era el lugar al que teníamos que ir y, de un día a otro, se ha convertido en el lugar más exótico del mundo.

Era un gesto para desear que pronto podamos volver a viajar, que podamos volver a ver otros países, otras culturas y otras ciudades, pues ello significaría que hemos vuelto a la normalidad.

En todas las promociones de Petit Garage se ha mostrado un abordaje bastante reflexivo de todo lo que hemos vivido en esta pandemia. Como músico y como persona, ¿cuál es el mensaje más importante que le ha dejado esta difícil situación?

Me ha enseñado que tenemos que bajar el ritmo de nuestra vida, tenemos que cuidarnos a nosotros mismos, a nuestro planeta, a nuestra sociedad y toda esta mejoría no pasa por intereses económicos o territoriales. Hubo guerra durante la pandemia, yo soy armenio y mi país se metió en una guerra por razones de fronteras, que hoy en día en el siglo XXI es incomprensible.

También está el tema de la inmigración, que tanto se ha criticado antes y durante la pandemia. Somos un planeta y, si no nos cuidamos a nosotros mismos, vamos a cargárnoslo. Tenemos que respetarnos el uno al otro, al margen del lugar que venimos, pues somos todos del mismo sitio. Ojalá hayamos aprendido algo de todo esto.

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