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Trump califica al coronavirus de "virus extranjero"

Durante la campaña previa a las elecciones legislativas de 2018, el presidente estadounidense describió como una "invasión" la oleada de indocumentados centroamericanos

Hasta principios de febrero, Trump tenía poco que temer respecto a las elecciones presidenciales de noviembre (EFE/EPA/Michael Reynolds)

15 minutos. Definió a COVID-19 como un "virus extranjero", vetó la entrada a millones de extranjeros y aprovechó para promocionar su muro con México. La crisis del coronavirus sacó punta al nacionalismo de Donald Trump, que insiste en la idea de un Estados Unidos (EEUU) "puro" frente a un mundo amenazante.

"Este es el esfuerzo más agresivo para enfrentar un virus extranjero en la historia moderna (de EEUU)", dijo Trump en su discurso del miércoles. Culpó a China y a Europa de la propagación del coronavirus en su país y anunció un veto a los viajes desde 26 países europeos que entra en vigor esta medianoche.

En plena campaña electoral, Trump se escudaba así en el adjetivo "extranjero" para empujar más allá de sus fronteras la responsabilidad sobre una crisis que aun promete empeorar en EEUU. También aprovechó, de paso, para incidir en una de las ideas que más motivan a su base de votantes.

"(Trump) ha gobernado exclusivamente a base de convertir cada asunto en un 'nosotros contra ellos', y también lo está haciendo con esta peligrosa epidemia. La está usando para intentar explotar un sentimiento antiextranjero". Así lo dijo el profesor de ciencias políticas de la Universidad George Mason (Virginia), Bill Schneider.

"Eso no sirve para unir al país, solo para apelar al ala derecha" de su partido, añadió.

UN EEUU "puro y amenazado"

Desde que lanzó su primera campaña presidencial en 2015, Trump ha "narrado la historia de un Estados Unidos puro, pero amenazado desde el exterior", recordó la experta en la retórica del presidente, Jennifer Mercieca, que es historiadora y profesora en la Universidad de Texas A&M.

El ejemplo más notable es su veto a la entrada al país de los ciudadanos de cinco países de mayoría musulmana. Pero Trump también perfiló un EEUU "amenazado por los inmigrantes indocumentados, por Gobiernos extranjeros o por el globalismo", afirmó Mercieca.

Durante la campaña previa a las elecciones legislativas de 2018 en EEUU, Trump describió como una "invasión" la oleada de indocumentados centroamericanos que se dirigían a su país. Incluso, llegó a referirse a algunos de ellos con la palabra "infestar", que evoca a patógenos o insectos.

Y esta misma semana, la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, defendió que habría "amenazas a la salud pública" de EEUU si se permitiera la entrada en el país de los miles de inmigrantes que esperan en México a que se tramite su petición de asilo.

En ese contexto, "tiene sentido que Trump incluya la amenaza del COVID-19 en su discurso ya consolidado sobre la pureza de Estados Unidos y sus amenazas extranjeras", opinó Mercieca.

Un guion difícil de ajustar al coronavirus

Trump tiene debilidad por "los vetos migratorios, los muros, las restricciones comerciales y la ruptura de acuerdos de cooperación". Intenta aplicar el mismo guion al coronavirus, según Doris Meissner, experta en la política migratoria de EEUU del Instituto de Política Migratoria (MPI), con sede en Washington.

"Sin embargo, en un mundo globalizado, la enfermedad no puede contenerse con ese tipo de medidas", explicó Meissner.

Quizá por eso, porque el coronavirus ya hace mucho que llegó a EEUU y sigue expandiéndose por todo su territorio, un exasesor de Trump criticó este jueves el nuevo veto a los viajes de extranjeros desde la zona Schengen, que se suma a las restricciones impuestas a quienes hayan visitado China e Irán.

"Imponer restricciones a los viajes desde Europa sirve de muy poco. Antes, sí (habría servido). Ahora, tenemos casi tanta enfermedad aquí como en los países de Europa. Tenemos que centrarnos en medidas de mitigación en nuestras comunidades, ¡ahora!", tuiteó Thomas Bossert, exasesor de Trump en seguridad e inmigración.

Con la mirada en las elecciones

Hasta principios de febrero, Trump tenía poco que temer respecto a las elecciones presidenciales de noviembre. La economía seguía viento en popa, él salió reforzado del juicio político en el Senado y su base de votantes continuaba tan fiel como siempre.

En las últimas semanas, sin embargo, el nerviosismo creció en la Casa Blanca. El fuerte impacto en los mercados del coronavirus amenaza con robarle a Trump su mayor baza para pedir la reelección.

Además, la escasez de tests para detectar el COVID-19 en los centros médicos ha comenzado a difundir entre muchos estadounidenses la impresión, acertada o no, de que quizá a alguien en el Gobierno de Trump no le interesa que se diagnostiquen demasiados casos de coronavirus y se sepa el impacto real de la enfermedad en el país.

Ante ese panorama, Trump se escudó esta semana en su táctica favorita, al retuitear el mensaje de un comentarista conservador sobre el "virus de China" y añadir: "¡Necesitamos el muro más que nunca!", a pesar de que en México apenas hay doce casos confirmados de coronavirus y el impacto en Latinoamérica es leve.

"(Trump) espera que, para noviembre, lo único que recuerden los estadounidenses sea que él defendió al país de la amenaza externa del 'virus extranjero', y no el hecho de que no actuó rápidamente para establecer procedimientos de pruebas y preparación", concluyó Mercieca.

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