15 minutos. El gobierno del presidente Donald Trump intensificó el jueves su disputa con la Universidad de Harvard, revocando la capacidad de la escuela para inscribir a estudiantes extranjeros.
La Casa Blanca informó a los miles de estudiantes extranjeros que cursan actualmente en Harvard que deben transferirse a otras escuelas o perderán su permiso legal para permanecer en Estados Unidos.
La medida podría afectar significativamente a la universidad, la cual inscribe a casi 6.800 estudiantes extranjeros, la mayoría de ellos en programas de posgrado. Estos estudiantes ahora podrían verse obligados a planear sus próximos pasos a toda prisa.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus iniciales en inglés) tomó la más reciente medida ante la negativa de Harvard de cumplir con las solicitudes de entregar registros de sus estudiantes extranjeros, dijo la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en una carta. Noem acusó a Harvard de “perpetuar un ambiente inseguro en el campus que es hostil hacia los estudiantes judíos, promueve simpatías a favor de Hamás y emplea políticas racistas de ‘diversidad, equidad e inclusión’”.
“Que esto sirva de advertencia a todas las universidades e instituciones académicas de todo el país”, escribió Noem en X.
La institución aseguró que se trata de una acción ilegal y socava la misión de investigación de la escuela.
“Estamos totalmente comprometidos a mantener la capacidad de Harvard para acoger a nuestros estudiantes y académicos internacionales, que provienen de más de 140 países y enriquecen inmensamente la Universidad y esta nación”, dijo Harvard.