El pasado abril se instaló una morgue de emergencia en el paseo marítimo del condado de Brooklyn
23 de noviembre de 2020 3:14 PM | Con información de EFE
15 minutos. Más de 600 cuerpos de neoyorquinos que murieron por la pandemia permanecen aún almacenados en congeladores en la ciudad, señaló este domingo The Wall Street Journal.
El pasado abril se instaló una morgue de emergencia en el paseo marítimo del condado de Brooklyn, donde aún permanecen aproximadamente 650 cuerpos de víctimas de la pandemia cuyas familias no pueden ser ubicadas o no pueden pagar un entierro, señaló la Oficina del Médico Forense de la ciudad al diario neoyorquino.
Mientras el destino de estos cuerpos aún se desconoce, la ciudad se prepara para afrontar una nueva ola de la pandemia.
De acuerdo con los datos provistos por la oficina forense, han tenido problemas para localizar a los familiares de unos 230 fallecidos.
En esos casos, no es raro que los fallecidos se hayan separado de sus familias y que los datos de los familiares más cercanos puedan estar incorrectos.
Dina Maniotis, subdirectora ejecutiva de la oficina forense, recordó que todas las familias tienen derecho a solicitar un entierro gratuito.
El rotativo agregó que antes de la pandemia, la mayoría de los fallecidos habrían sido enterrados en unas pocas semanas.
El alcalde Bill de Blasio prometió en abril que no se realizarían entierros masivos tras los informes de que la ciudad estaba considerando el uso de tumbas temporales para indigentes en Hart Island, que se encuentra en Long Island Sound, muy cerca de El Bronx.
"Esto ha sido traumático. Estamos trabajando con ellos tan amablemente como podemos y persuadiéndoles para que hagan sus planes. Muchos de ellos decidirán que quieren ir a Hart Island, lo cual está bien", señaló Maniotis.
Entre mediados de septiembre y mediados de noviembre el número de cadáveres almacenados se redujo de 698 a 650.
El rotativo destaca que la oficina forense no fue creada para hacer frente a una pandemia global que ha matado a miles de neoyorquinos.
Esta agencia cuenta con 15 empleados encargados de identificar los cuerpos y otras siete personas son responsables de contactar a los familiares.
El Departamento de Salud acudió en su ayuda enviando a más de 100 empleados para administrar el volumen de llamadas.