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Misuri ejecutó al hombre condenado a muerte por asesinar a 3 personas en un robo en 1994

Sus abogados argumentaron ante el Tribunal Supremo de EEUU que Ernest Johnson, de 61 años, tenía una discapacidad intelectual y que, por lo tanto, su ejecución era inconstitucional

Antes de recibir la inyección letal, a Johnson le sirvieron una última comida a su elección: 2 hamburguesas dobles con queso y tocineta, aros de cebolla, una pizza y 2 batidos de fresa (Cortesía Twitter @helenprejean)

15 minutos. El estado de Misuri ejecutó este martes a Ernest Johnson, condenado a muerte por asesinar a 3 trabajadores de un supermercado durante un robo en 1994.

Johnson, un afroamericano de 61 años, fue declarado muerto a las 18:11 hora local (23:11 GMT). Recibió una inyección letal en la penitenciaria de Bonne Terre, al sur de San Luis, según el Departamento Correccional de Misuri.

En una declaración escrita antes de ser ejecutado, Johnson aseguró que sentía "remordimientos" por sus actos, por los que pidió perdón.

La defensa del reo orquestó en las últimas semanas una campaña con el objetivo de suspender la ejecución con peticiones de personalidades destacadas, incluido el papa Francisco.

Además, sus abogados argumentaron ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos (EEUU) que Johnson tenía una discapacidad intelectual y que, por lo tanto, su ejecución era inconstitucional. El Supremo, sin embargo, rechazó estos argumentos sin que ningún magistrado, ni siquiera los progresistas, se opusiera.

Su última comida

Johnson fue condenado a muerte por asesinar en febrero de 1994 a Fred Jones de 58 años, Mary Bratcher de 46 y Mabel Scruggs de 57. El crimen ocurrió durante un robo en el supermercado de Columbia en el que trabajaban y del que el ejecutado era cliente habitual. Johnson les disparó con un revólver y remató con un martillo y un destornillador.

Cuando alertaron a las autoridades de madrugada, encontraron a 2 de los trabajadores muertos en un baño y al otro en un congelador. Durante un registro posterior a la vivienda de Johnson, hallaron calzado con restos de sangre que coincidía con las huellas en la escena del crimen. También tenía dinero de la caja registradora.

En una confesión años después, Johnson aseguró que actuó bajo los efectos del crack. Además, dijo que asesinó a los trabajadores porque se negaron a entregarle las llaves de la caja fuerte. El dinero que robó era para comprar drogas.

Antes de recibir la inyección letal, a Johnson le sirvieron una última comida a su elección: 2 hamburguesas dobles con queso y tocineta, aros de cebolla, una pizza y 2 batidos de fresa.

Johnson es el primer reo que Misuri ejecutó en lo que va de año y la séptima ejecución en todo el país. Desde que el Supremo restituyó la pena de muerte en 1976, 1.536 personas han sido ejecutadas en EEUU, 91 de ellas en Misuri.

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