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La primera cosecha de marihuana de Nueva York ya está lista para ser vendida

Michael Hant, el maestro de ceremonia, explica los distintos tipos de cogollo, con sugerentes nombres como "UK Cheese", "Bubblegum" y "Purple Punch"

Con 30 plantas se puede producir un kilogramo de aceite, cuyo precio, como el del resto de productos todavía se desconoce debido a que la venta aún no ha comenzado (EFE/ Ángel Colmenares)

15 minutos. La granja Pura Hepworth, situada a orillas del río Hudson, en la localidad de Milton, al norte del estado de Nueva York, ya tiene lista su primera cosecha de cannabis para uso recreativo.

Sus dueños solo esperan para su distribución que las autoridades neoyorquinas den el pistoletazo de salida a su venta, con la apertura -antes de fin de año- de dispensarios legales de marihuana.

Las manos hábiles de una decena de jornaleros, en su mayoría de origen latinoamericano, escogen uno a uno los cogollos de marihuana de mayor tamaño que van pasando frente a sus ojos por una cinta transportadora que termina en una pequeña cascada de cannabis, que se precipita en una caja junto al resto de las flores de la planta.

Michael Hant, el maestro de ceremonia de esa danza de cannabis, explica los distintos tipos de cogollo, con sugerentes nombres como "UK Cheese", "Bubblegum" y "Purple Punch", pero que a ojos de un inexperto, solo parecen diferenciarse por el tamaño.

Antes de llegar a este punto del proceso y ser almacenados después junto a otras decenas de cajas en un almacén contiguo hasta que se materialice la venta legal en Nueva York, las plantas fueron cosechadas a mano en octubre y colocadas en secaderos.

Gail Hepworth, que junto a su hermana Amy gestiona la granja, donde se cultivan también todo tipo de hortalizas, explica que obtuvieron un permiso para cultivar 8 mil metros cuadrados de marihuana, pero que, en total ocupan 40 mil metros cuadrados (4 hectáreas) porque se unieron al proyecto otras 4 personas con licencias.

La legalización de la marihuana en Nueva York

El estado de Nueva York legalizó en marzo de 2021 el consumo de marihuana y comenzó un proceso para regular desde el cultivo, hasta la venta de esta droga, que es ya legal en otros estados del país.

Hepworth explica que en la actualidad cuentan con permisos para el cultivo y el procesado, pero que esperan obtener el de producción y desarrollo de semillas, así como el de distribución.

Las autoridades, agrega, priorizaron a quienes, como ellas, ya producían cannabidol (CBD), un producto derivado del cannabis que no tiene psicoactividad, ya que los niveles de THC, que sí es una sustancia psicoactiva, no superan el 0,2 %; y que se consume por sus supuestos efectos terapéuticos.

En el almacén donde el químico Adosh Mehta analiza los niveles de THC de los cogollos, Gail presenta el muestrario de productos que tienen previsto poner a la venta cuando la ley seca llegue a su fin: desde paquetes de 7 gramos de cogollos, hasta protector de labios, pasando por aceite, crema hidratante y, cómo no, cigarrillos de marihuana "recreativa" listos para su consumo.

THC concentrado

En un pequeño laboratorio químico remolcable, cuyo director, Bob Hellman, asegura en broma que nada tiene que ver con la serie Breaking Bad, Hepworth también sustrae el aceite de las plantas para producir THC concentrado, que dentro de su bote parece miel líquida.

Con 30 plantas se puede producir un kilogramo de aceite, cuyo precio, como el del resto de productos todavía se desconoce debido a que la venta aún no ha comenzado.

Sin embargo, Hellman pone como ejemplo que en el estado de Michigan, cuando se legalizó la marihuana recreativa, un kilogramo de aceite de THC costaba US$ 30 mil, pero que cuando el mercado se estabilizó su precio se redujo a US$ 18 mil.

La asociación latina del cannabis

En la visita a las instalaciones, participa una pequeña comitiva de la Asociación Latina del Cannabis, cuyo objetivo es buscar inversores para ayudar a la comunidad latina de Nueva York que quiera aventurarse en el negocio de la marihuana para uso recreativo, ya que la inversión puede ir desde US$ 75 mil hasta US$ 500 mil, cuenta a EFE el cofundador de la agrupación Junior Lantigua.

"Somos 25 miembros, de los cuales 15 quieren pedir una licencia para distribución, 5 para el cultivo y el resto, para manufacturar y procesar marihuana", dice Lantigua, que aspira a crear una marca de productos de marihuana, para lo que calcula que necesitará entre US$ 2,5 y US4 5 millones.

Otra miembro de la organización, Indhira Mojica, tiene previsto soliticitar un permiso para el procesamiento de la planta para crear "aceite para fumada, para hacer dulces, sodas y cigarrillos electrónicos".

Mojica insiste en que quiere "ser parte de esta nueva industria" y que no quiere dejar que se le escape esta oportunidad.

Pero antes de que termine la visita, Gail les pide a sus futuros colegas que no sean "codiciosos", que la marihuana les puede ofrecer buenos beneficios, pero que como dice su hermana "la marihuana es del pueblo" y hay que producirla con conciencia social.

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