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La fiesta del Thanksgiving impregna a los estadounidenses más allá del pavo

La tradición, celebrada el último jueves de noviembre para agradecer a Dios la cosecha, nació en las casas de los colonos llegados a Nueva Inglaterra

No pueden faltar platos como el relleno de pan, la salsa de arándanos, la tarta de calabaza y, sobre todo, el pavo (EFE/EPA/Michael Reynolds)

15 minutos. Thanksgiving o el día de Acción de Gracias, que se celebra mañana, es la fiesta familiar de los estadounidenses por antonomasia. Una celebración que, más allá de la opípara cena presidida por un gran pavo horneado con el que todo el mundo la identifica, ha ido evolucionando a lo largo de los siglos mezclando tradición, política, mito y deporte.

La tradición de esta fiesta, celebrada el último jueves de noviembre para agradecer a Dios la cosecha, nació en las casas de los colonos llegados a Nueva Inglaterra. Esta región abarca varios estados del noreste de Estados Unidos (EEUU).

Con los años, el mito fue vinculándose con el considerado primer grupo de colonos británicos llegados a Norte América, los conocidos como "peregrinos". El grupo tomó tierra en el actual Massachusetts en 1620, tras atravesar el océano a bordo del legendario Mayflower.

Sin embargo, la expansión de este mito que unía la celebración con los primeros colonos a otras zonas del país no comenzó hasta la década de los años 40 del siglo XIX.

La tradición no terminó de cuajar hasta finales de esa centuria y principios del siglo XX. Así lo contó el profesor de la Universidad de Wheaton (Illinois) Tracy MacKenzie, autor del libro The First Thanksgiving (La primera acción de gracias).

Origen del mito del Thanksgiving para los estadounidenses

Un año después del desembarco, los peregrinos celebraron en julio de 1621 la culminación de su primera cosecha con una fiesta comunitaria al aire libre. En ella participó casi un centenar de indios americanos. Solo existe una única referencia escrita, redactada por uno de los colonos, Edward Winslow.

Pero esa celebración, considerada tradicionalmente como el primer Thanksgiving de los estadounidenses, no fue ni un evento familiar ni un día de Acción de Gracias. Tampoco se comió pavo ni, evidentemente, estuvo acompañada de un gran partido de la liga de fútbol americano.

De hecho, según MacKenzie, durante 200 años ese suceso permaneció prácticamente en el olvido. Todo cambió en 1841 cuando se editaron las crónicas de los peregrinos del Mayflower. En la obra se rescataba la referencia a aquel encuentro entre colonizadores y nativos.

"Pero en la década de 1840, Thanksgiving no se celebraba en el sur ni en muchas partes del oeste del país", dijo el profesor de la Universidad de Wheaton. Asimismo, subrayó que 2 décadas antes de la guerra civil (1861-1865), en un país cada vez más dividido, los estadounidenses del sur "no tenían mucho entusiasmo" por celebrar el Thanksgiving por ser "una tradición que asociaban con el norte".

Fin de la guerra contra los indios y miedo a los migrantes

Para MacKenzy, "el momento en que realmente los estadounidenses comienzan a asociar a los peregrinos con el Día de Acción de Gracias es entre 1900 y la primera mitad del siglo XX".

Según el experto, 2 de las principales razones fueron que, para entonces, la guerra contra los nativos estaba prácticamente terminada. Además, ya se podía recuperar la presencia de los indios en el mito y recordarlos de una manera "sentimental".

Por otra parte, la llegada a finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX de grandes oleadas de migrantes europeos también contribuyó al desarrollo y expansión de la tradición.

Para los estadounidenses nativos había una ansiedad y preocupación considerables sobre si esta nueva ola de migración estaba teniendo un efecto adverso en EEUU. Por ello, empezó a desarrollarse una amplia literatura en torno a los peregrinos del Mayflower, que los describía como "inmigrantes modelo, como gente profundamente religiosa que trabajaba muy duro y que enfatizaba la familia".

Una visión que acabaría universalizándose e imprimiéndose en los libros de texto de las escuelas. Los peregrinos se describen como "los primeros migrantes en EEUU y una especie de ejemplo, de modelo al que se suponía que los nuevos migrantes debían aspirar".

La forja de la leyenda y su progresiva transformación en un símbolo de unidad nacional fue también acompañada por una paulatina pérdida de su sentido religioso original. Esto permitió que fuera "accesible para todo el mundo".

El pavo

Desde la escritora y editora Sarah Josepha Hale, que presionó al presidente Abraham Lincoln para que declarara Thanksgiving como día nacional en 1863, y hasta libros como Christmas Carol, escrito por Charles Dickens en 1843. Todos contribuyeron a forjar tanto la tradición y las creencias en torno al día de Acción de Gracias como a estandarizar el copioso menú de las celebraciones. No pueden faltar platos como el relleno de pan, la salsa de arándanos, la tarta de calabaza y, sobre todo, el pavo.

Pero MacKenzie destaca a la escritora norteamericana Jane Goodwin Austin. Su novela La república de los peregrinos (1888) se convirtió en un éxito de ventas en su época. De hecho, contribuyó a extender el mito de los primeros colonos y la celebración del primer día de Acción de Gracias.

"Yo diría que, más que nadie, la ficción que escribió esta mujer 270 años después, es lo que realmente creó la mayoría de los estereotipos populares de la celebración de 1621", concluyó el profesor.

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