15 minutos. Luego de más de 200 años de existencia, la Ley de Enemigos Extranjeros fue invocada en tres ocasiones, la última de ellas este fin de semana cuando el Gobierno de Donald Trump expulsó a 200 venezolanos, presuntos miembros del Tren de Aragua.
Un juez bloqueó temporalmente la aplicación de la ley, pero la orden fue desafiada por el Gobierno de Trump.
La Ley de Enemigos extranjeros (Alien Enemies Act) fue aprobada por el Congreso de Estados Unidos en 1798, poco tiempo después de la fundación del país, durante la Presidencia de John Adams, quien apoyó su promulgación.
La ley da autoridad a los presidentes para detener y expulsar a ciudadanos de aquellos países con los que se encuentre en guerra Estados Unidos.
Campos de detenidos
Fue invocada por primera vez en 1812, durante un conflicto bélico con el Reino Unido, cuando las tropas británicas incendiaron la Casa Blanca.
Luego, pese a la gran cantidad de guerras en las que se vio envuelto los Estados Unidos, pasó más de un siglo para que fuese aplicada nuevamente.

La Ley fue usada durante la Primera Guerra Mundial para detener a enemigos extranjeros, la mayoría de ellos, alemanes. El Servicio de Alguaciles registró 480.000 enemigos extranjeros, de los cuales fueron detenidos 6.300.
En la Segunda Guerra Mundial a Ley fue invocada nuevamente para retener a 30.000 alemanes, italianos y sobre todo japoneses que fueron internados en campos de detención.
“Incursión predatoria”
Nuevamente, pese a la participación de EEUU en varias guerras, volvió a pasar casi un siglo para que el país utilizara de nuevo la ley, esta vez en contra de presuntos delincuentes venezolanos.
El sábado Trump aprobó un decreto en el que argumentó que “perpetrando, intentando y amenazando con una invasión o incursión predatoria contra el territorio de EE.UU”.
Tomando eso como justificación, ordenó que todos los venezolanos en EEUU, de al menos 14 años de edad, que sean miembros del Tren de Aragua y que “no estén naturalizados o sean residentes permanentes legales” sean “detenidos, asegurados y expulsados por ser enemigos extranjeros”.
El juez del Distrito de Columbia, James Boasberg, bloqueó temporalmente la Ley, argumentando que esta declaración era insuficiente para aplicar la ley, en tanto que fue creada pensado en un conflicto bélico.
Sin embargo, cuando el juez tomó la decisión, ya estaban en el aire los aviones que llevaban a los presos venezolanos.
Los expertos aseguran que esta ley agiliza el proceso de deportación porque los afectados no pueden recurrir a tribunales de inmigración y también les impide defenderse mediante el debido proceso.