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Clínicas de abortos podrán presentar recursos judiciales tras decisión del Supremo

Sin embargo, seguirá en vigor la ley texana que prohíbe la mayoría de las interrupciones del embarazo después de las 6 semanas de gestación

De los 9 jueces del Supremo, 8 votaron a favor de permitir que el caso siga su curso en cortes inferiores (EFE/EPA/Samuel Corum)

15 minutos. El Tribunal Supremo de Estados Unidos (EEUU) permitió este viernes que un grupo de clínicas que practican abortos continúen en instancias judiciales inferiores su desafío a la ley de Texas, estado que prohíbe la mayoría de las interrupciones del embarazo después de las 6 semanas.

Sin embargo, la Corte Suprema permitió que siguiera en vigor la ley texana mientras continúa esa batalla legal.

El Supremo no valoró este viernes si la legislación de Texas viola el derecho al aborto que practican dichas clínicas. El aborto fue reconocido en el país en 1973 a raíz del fallo en el caso "Roe contra Wade", en el que se estableció que una mujer puede acabar con su embarazo en los primeros 6 meses de gestación.

La máxima instancia judicial de EEUU se pronunció un mes después de escuchar en una audiencia las demandas en contra de la ley de Texas del Gobierno del presidente Joe Biden y de clínicas abortivas. Estas centraron sus argumentos en aspectos procedimentales de la legislación y no en su constitucionalidad.

La decisión de este viernes se limitó a decir que las clínicas pueden continuar con sus desafíos legales en cortes inferiores. Por tanto, intentar que un juez bloquee la legislación texana.

Si eso sucede, lo más probable es que el estado de Texas interponga un recurso y el caso acabe en una corte de apelaciones. Allí volvería al Tribunal Supremo.

De los 9 jueces del Supremo, 8 votaron a favor de permitir que el caso de las clínicas de abortos siga su curso en cortes inferiores. El magistrado conservador Clarence Thomas se posicionó en contra.

Polémica norma

La ley de Texas, que entró en vigor en septiembre, prohíbe el aborto desde las 6 semanas de gestación. Tampoco contiene excepciones para los casos de incesto o violación.

Uno de sus aspectos más polémicos es que deja en manos de particulares y no de funcionarios estatales, como suele ser habitual, su aplicación. Cualquier persona puede presentar demandas civiles contra alguien que ayude a una embarazada a abortar si cree que infringen la prohibición.

Además, ofrece recompensas de hasta 10 mil dólares a cada demandante si gana el juicio.

Ese sistema ha permitido hasta ahora que las autoridades de Texas eludan la responsabilidad por la aplicación de la ley. El peso de la implementación recae en esos ciudadanos particulares y no en los líderes conservadores que impulsaron el veto al aborto.

Ninguna otra ley que prohíba abortar a las 6 semanas de gestación -cuando se puede detectar el latido del corazón del feto- ha entrado en vigor en EEUU.

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