Un total de 68 empresas japonesas se comprometieron a extender sus contratos de patrocinio hasta las nuevas fechas
El presupuesto final, que aún puede crecer en los próximos meses, superará probablemente al de Londres 2012, de 14.950 millones de dólares. También será mayor al de Pekín 2008, estimado en 15.000 millones de dólares (EFE/EPA/Franck Robichon)
22 de enero de 2021 9:26 AM | Antonio Hermosín (EFE)
15 minutos. Los Juegos Olímpicos (JJOO) de Tokio, previstos para este verano, van camino a convertirse en los más caros de la historia, con un importe de 15.400 millones de dólares. Es decir, un 20 % más debido al retraso por la pandemia y al gasto en medidas anti-COVID-19.
La cita olímpica de Tokio, cuya continuidad estaría en entredicho según una información publicada por el diario británico The Times y luego desmentida por los organizadores, costará al menos 15.400 millones de dólares.
Así lo indicó la última versión del presupuesto anunciada a finales de diciembre. La cifra incluye los gastos derivados de celebrar el evento un año más tarde de lo inicialmente previsto. Asimismo, contempla las medidas para prevenir contagios entre atletas y público.
Dicho monto es un 21 % superior a la estimación anterior y más del doble de la cantidad inicialmente estimada por Tokio cuando ganó la candidatura para albergar los JJOO en 2013.
El presupuesto final, que aún puede crecer en los próximos meses, superará probablemente al de Londres 2012, de 14.950 millones de dólares. También será mayor al de Pekín 2008, estimado en 15.000 millones de dólares por el comité organizador, aunque otros cálculos lo sitúan por encima.
Los 2.800 millones de dólares adicionales presupuestados para los JJOO de Tokio 2020 irán a parar a la renegociación de contratos para el uso de sedes deportivas en las nuevas fechas y a costes laborales. Además, a una amplia batería de medidas para prevenir contagios que aún están por definir.
Ante esta factura creciente, el COI pidió a los anfitriones "simplificar los Juegos" en todo lo posible. Los organizadores respondieron recortando gastos que afectan a delegaciones participantes invitadas y a otros gastos considerados superfluos, pero no a los atletas ni a las competiciones.
Pero este ajuste, solo permitió ahorrar unos 280 millones de dólares. Los organizadores han tenido que recaudar una considerable cantidad de dinero de diferentes vías. Principalmente, de las arcas públicas.
El Gobierno central de Japón y el de Tokio aportarán unos 1.700 millones de dólares adicionales para asumir el coste extra. Los 1.100 millones restantes provendrán de un fondo privado del comité organizador y de una contribución adicional de los patrocinadores domésticos.
Un total de 68 empresas japonesas se comprometieron a extender sus contratos de patrocinio hasta las nuevas fechas de los Juegos. De esta forma, amplían su apoyo económico en 210 millones de dólares, según las cifras aportadas por los organizadores.
Esto eleva el montante total aportado por las empresas japonesas a unos 3.570 millones de dólares, lo que supone aproximadamente una cuarta parte del presupuesto total para los JJOO de Tokio y también representa una cantidad sin precedentes.
La cifra triplica las contribuciones aportadas por patrocinadores domésticos en los Juegos de Pekín y en los de Londres.
Detrás de este esfuerzo colosal hay empresas como el gigante de las bebidas Asahi, las tecnológicas Canon, Mitsubishi y Fujitsu, la alimentaria Meiji, el fabricante de equipamiento deportivo Asics y las corporaciones financieras SMCB, Mizuho y Nomura.
El apoyo adicional es especialmente significativo en un año de "vacas flacas" para muchos de los patrocinadores domésticos, debido al profundo impacto económico de la pandemia.
"Este nivel de cooperación de empresas de todo el país es extremadamente alentador". Así lo dijo al anunciar la extensión de los contratos el presidente del comité organizador, Yoshiro Mori. También añadió que gracias a ese apoyo, los anfitriones "han podido seguir adelante con los preparativos" pese a las muchas dificultades atravesadas.
En cualquier caso, la mayor parte del dinero vendrá del bolsillo de los contribuyentes nipones. Ello supone uno de los principales motivos por los que ha caído el respaldo popular a los Juegos durante los últimos meses, junto al temor a que el evento pueda causar una mayor propagación del coronavirus en Japón.