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Las palabras que no verás en el diccionario de la RAE y que muchos siguen buscando

Las deformaciones vulgares, fruto del desconocimiento o del descuido, no suelen tener cabida

A menudo, las búsquedas de estas palabras erróneas en el diccionario de la RAE responden a dudas o confusiones ortográficas (Cortesía Twitter @5deseptiembrecu)

15 minutos. Palabras como "murciégalo", "cocreta", "agusto" o "vertir" no aparecen en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) porque son erróneas. Sin embargo, su búsqueda es frecuente y abunda entre las más de 3 millones de consultas diarias que recibe.

La Crónica de la Lengua Española 2020, la obra que reúne las novedades lingüísticas del español y que acaba de publicar la RAE, dedica un espacio a estas palabras ausentes en el diccionario. Se trata de un "nada desdeñable" grupo de formas erróneas, tanto de palabras (murciégalo por murciélago, hechar por echar, triage por triaje, procastinar por procrastinar) como de expresiones (enmedio por en medio, agusto por a gusto).

Hay incluso una leyenda urbana sobre la "cocreta", usada a menudo en el lenguaje popular, que la Academia insiste en desmentir. Ese vulgarismo, que es la alteración de la correcta croqueta, "no figura y nunca ha figurado" en el diccionario.

"Desde hace tiempo circula en medios sociales la leyenda urbana de que las academias aceptan esta forma o que la palabra está en el diccionario. Nada de eso es cierto", reiteró la RAE.

Y recalca que las deformaciones vulgares de las palabras, fruto del desconocimiento o del descuido, no suelen tener cabida en los diccionarios. Eso sí, salvo excepciones justificadas por su presencia en textos clásicos de la literatura.

Algo que ocurre, por ejemplo, con "almóndiga", a pesar de que la única forma considerada válida sea albóndiga. Figura en el diccionario académico desde 1726 pese a que se considera una deformación vulgar que debe evitarse en el habla culta.

La famosa "cocreta"

La palabra "croqueta" es, en español, una adaptación del francés "croquette". Por un fenómeno lingüístico, denominado "metátesis", comenzó a circular su variante incorrecta. Y en la pugna entre ambas formas, la originaria y la modificada, perdió "cocreta".

Otra voz que tampoco es válida es la de "haiga" en lugar de haya. No obstante, aquella aparece en el diccionario como un sustantivo coloquial, ya en desuso, para referirse al "automóvil muy grande y ostentoso, normalmente de origen norteamericano".

Tal como cuenta la Crónica de la RAE, surgió en la posguerra española para denominar jocosamente en el habla coloquial a estos ostentosos vehículos que podían ser adquiridos por personas que se habían enriquecido rápidamente, pero que carecían de cultura. Aludía presumiblemente a lo que diría ese "analfabeto adinerado" al ir a comprar un auto: quiero "el mejor que haiga". Este es el único "haiga" que puede encontrarse en el diccionario.

Tampoco es correcto, explicó la RAE, "agusto" en lugar de a gusto, aunque reconoce que no es raro que muchos hablantes duden a la hora de escribir esta expresión adverbial. Existen otras expresiones del mismo tipo, formadas en origen por una preposición y un sustantivo, que han acabado formando una sola palabra.

Hay formas defectuosas, tanto respecto a una palabra como de una expresión. Esto ocurre con "arcoiris", que ni es la alocución arco iris, ni tampoco la forma univerbal y admitida arcoíris.

Dudas o confusiones

A menudo, las búsquedas de estas palabras erróneas en el diccionario de la RAE responden a dudas o confusiones ortográficas. Por ejemplo, "preveer" por prever, posiblemente debido a un cruce con proveer, según considera la Academia.

También es frecuente la búsqueda de "espúreo" en lugar de espurio, incluso en el habla culta. Está también extendidísima la confusión entre el incorrecto "inflingir" y el correcto infligir, quizá debido al verbo infringir, con el que a veces se confunde.

Aparte de las dudas ortográficas, otras palabras erróneas y ausentes en el diccionario de la RAE pero que son bastante buscadas se deben a despistes o a "mera desidia en la escritura, en particular en las formas que deben escribirse con tilde".

Y es que, aseguró la Academia, se ha convertido en un hábito ahorrar signos ortográficos al escribir en redes sociales o en buscadores de Internet, lo que explica que "empatia" y "etica", en lugar de empatía y ética, respectivamente, sean 2 de las formas erróneas más buscadas en el diccionario, con miles de consultas.

Algo de lo que tampoco se libran las diéresis, como se comprueba en la frecuencia con la que los hispanohablantes consultan "arguir" en lugar de argüir.

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