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Entérate por qué la dieta mediterránea fomenta una vejez saludable

Científicos analizaron el microbioma intestinal de 612 personas de entre 65 y 79 años procedentes de Francia, Italia, Holanda, Polonia y Reino Unido

Seguir la dieta mediterránea durante doce meses se asoció a cambios beneficiosos en el miocrobioma intestinal, indica el estudio (Pixabay)

15 Minutos. Hace una década que la dieta mediterránea fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pero es ahora que los beneficios de esta alimentación se asocian con el microbioma intestinal y su influencia en una vejez saludable.

Seguir durante un año una dieta mediterránea potencia los tipos de bacterias intestinales relacionadas con el envejecimiento "saludable". Además, reduce las bacterias asociadas a la inflamación dañina en las personas mayores. Así lo señala un estudio que publica la revista Gut, del grupo The British Medical Journal.

El envejecimiento se relaciona con el deterioro de las funciones corporales y un aumento de la inflamación, que anuncian la aparición de la fragilidad. Sin embargo, la dieta mediterránea actúa sobre las bacterias intestinales de manera que "ayudaría a frenar el avance de la fragilidad física y cognitiva relacionado con la vejez", según los investigadores.

Los resultados no establecen un papel causal del microbioma en la salud y algunas de la implicaciones se infieren en lugar de medirse directamente. Los científicos advierten que la interacción entre dieta, microbioma y salud de la persona "es un fenómeno complejo en el que influyen varios factores".

El equipo liderado por Paul O'Toole, de la Universidad de Cokc (Irlanda), estudió si una dieta mediterránea podía mantener el microbioma en el intestino de las personas mayores y promover la retención e incluso la proliferación de las bacterias asociadas con el envejecimiento saludable.

Para ello, analizaron el microbioma intestinal de 612 personas de entre 65 y 79 años procedentes de Francia, Italia, Holanda, Polonia y Reino Unido. Se dividieron en dos grupos y se les siguió durante un año antes y después de empezar la dieta.

Mejoras en varios niveles

Uno grupo siguió con su dieta habitual y el otro con una alimentación mediterránea especialmente diseñada para gente mayor, rica en frutas, vegetales, nueces, legumbres, aceite de oliva y pescado y baja en carne roja y grasas saturadas.

Seguir la dieta mediterránea durante doce meses se asoció a cambios beneficiosos en el miocrobioma intestinal, indica el estudio.

En este sentido, se vinculó con una contención de la pérdida de la diversidad bacteriana. También con un aumento de las bacterias vinculadas con indicadores de reducción de la fragilidad, como la velocidad al caminar o la fuerza del agarre con la mano. Además, con la mejora de la función cerebral, como la memoria, así como con la menor producción de sustancias químicas inflamatorias potencialmente nocivas.

Análisis detallados revelaron que los cambios en el microbioma estaban asociados con el aumento de bacterias conocidas por producir beneficiosos ácidos grasos de cadena corta.

Además, se relacionó con una disminución de las bacterias implicadas en la producción de determinados ácidos biliares. Su sobreproducción está relacionada con un mayor riesgo de cáncer de intestino, resistencia a la insulina, hígado graso y daño celular.

Los cambios se debieron, en gran medida, a un aumento de la fibra alimentaria y de las vitaminas y minerales asociados. Especialmente, C, B6, B9, cobre, potasio, hierro, manganeso y magnesio.

Los resultados observados fueron independientes de la edad o el peso (índice de masa corporal), los cuales influyen en la composición del microbioma.

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